Figuig: tensión entre Marruecos y Argelia

Figuig es una localidad marroquí de unos 11.000 habitantes, de mayoría amazigh, que se encuentra ubicada justo en la frontera con Argelia. Su existencia se remonta hasta el siglo XI siendo un oasis en una zona desértica.

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Marruecos construye una valla fronteriza rechazada por los vecinos de Figuig

 

Desde hace más de 20 años y con el cierre fronterizo entre Marruecos y Argelia (frontera común de más de 1550 kilómetros cerrada desde 1994), sufre una parálisis económica y social, agravada con la sobreexplotación de manantiales y la actual sequía.

Las autoridades de Marruecos erigen desde primeros de febrero una barrera de vallas y muros y cavan enormes zanjas a lo largo de las fronteras que delimitan la ciudad y sus tierras. Esta separación se ha justificado por necesidades de seguridad, enjaulando a la ciudad y confiscando tierras agrícolas.

La población local no comprende nada, esta separación basada supuestamente en la seguridad, va a rodear a la localidad con toda una cerca excepto por el norte, la única salida por carretera. Además separan las tierras, propiedad de los pueblos de la zona.

No hubo estudio previo del impacto de las consecuencias económicas y sociales, entre ellas, lo que supondrá para los vecinos, tanto residentes como transeúntes, que viven en la zona y a los que, obviamente, no se les ha consultado para nada. Con los muros se pierden los puntos de referencia de la localidad, además de vivir en un estado de conspiración, como si fueran sospechosos de algo.

Afirman los residentes que es una nueva forma de gueto geográfico y social: «tenemos el derecho a rebelarnos todos juntos en contra de este intento de brecha y desplazamiento y ejercer la protesta contra esta violación de nuestro derecho básico a la libre circulación en nuestro territorio, sin líneas divisorias y sin guardias fronterizos». Consideran que la construcción del muro puede ser la muerte para su localidad y convertirla en una «zona maldita».

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Vecinos de Figuig se movilizan contra la valla apoyados por emigrantes en Europa

 

Los vecinos se han movilizado, han lanzado una petición desde el pasado 12 de febrero en internet para que las autoridades den marcha atrás con el lema: ‘No a la valla de separación en nuestra tierra’, que ya ha recogido casi 2.000 firmas -en concreto, 1895- y su página en Facebook, 238 seguidores

El martes 16 hubo una huelga general y salieron por las calles de la localidad en una ‘manifestación de la ira’ para protestar portando un simbólico ataúd donde se podía leer ‘Funeral por un pueblo’. La movilización ha llegado a los inmigrantes marroquíes originarios de la zona y residentes en Francia y Bélgica que decidieron el miércoles 17 ir a las oficinas de los consulados marroquíes a mostrar su protesta.

También señalan que mientras en Argelia se ha invertido en la zona cercana, en Beni Ounif, a tan solo dos kilómetros de Figuig, -donde, con la frontera abierta, los marroquíes podían coger el tren- y también más en al sur, en Bechar, «la administración marroquí ha dejado abandonada esta zona fronteriza mientras Argelia la ha equipado con carreteras asfaltadas, teléfono, electricidad, agua potable, alumbrado público… todo bien abastecido. Enfrente, una zona abandonada», denuncian.

Este miércoles 17 el secretario general del Partido Istliqlal (PI) y exalcalde de Fez, Hamid Chabat, ha echado más leña al fuego sosteniendo que Marruecos debe recuperar entre otras localidades argelinas Bechar, añadiendo que la posición «es la misma que Ceuta y Melilla que están bajo ocupación española». En 2013 ya hizo unas manifestaciones parecidas llamando a la «reconquista» de ciudades argelinas del suroeste, fronterizas a la región del Oriental marroquí.

Hay que recordar que Marruecos está construyendo un muro o valla de unos 150 kilómetros en la frontera con Argelia, desde el mar Mediterráneo, cerca de Saidia –la ‘Perla azul’, destino turístico- hacia el interior, hasta la localidad de Jedara, y se pretende además iluminar toda este larga cicatriz fronteriza. El objetivo es “asegurar la frontera contra las redes terroristas, el tráfico de droga, el contrabando y la emigración clandestina”. Este muro cuya construcción se inició en 2014 cuenta con radares y telecámaras y cuatro puntos de control. Figuig se encuentra más al sur, a más de 300 kilómetros de Jerada, aunque la idea de la valla fronteriza podría llegar así a los 450 kilómetros.

Las autoridades marroquíes se han enzarzando ahora con una polémica de papel con Argelia. Marruecos acusa a Argelia de usar aviones de vigilancia y crear desde 2013 un foso de unos 170 kilómetros resaltando que los agricultores fronterizos se han quejado, así como que guardias fronterizos argelinos maltratan a subsaharianos. Argelia acusa a su vez a Marruecos de espionaje aprovechando la construcción del muro.

Precisamente el incidente más grave ha sido la muerte de una persona y un herido por guardias fronterizos argelinos, para Marruecos eran vecinos de la zona «acribillados por Argelia» mientras que fuentes argelinas sostienen que era un traficante de hachís y sus cómplices.

La frontera entre Argelia y Marruecos es una de las más cerradas del mundo y además fue objeto de disputa, prácticamente desde la independencia argelina, ambos países se enfrentaron en una guerra llamada ‘de las arenas’ en octubre de 1963, donde Figuig estuvo en primera línea de fuego. Posteriormente,  se llegó a un acuerdo entre ambos países en 1972 por el que la frontera quedaba «trazada, aunque no señalizada». Los primeros problemas en la frontera surgieron a mediados de los setenta, primero bastaba con un salvoconducto para entrar en Argelia, después se exigió un cambio de cierto número de francos franceses y luego se impuso el pasaporte para finalmente el cierre fronterizo de 1994.

Hay que resaltar la importancia de Figuig, que está construída sobre un oasis de unas 200.000 palmeras (Tazdayt, ‘palmera’ en lengua tamazight ó bereber, símbolo que aparece en el escudo local).

El Fondo Mundial de Monumentos (WMF), creado en 1965 en Nueva York, ha incluido hace escasos meses este oasis en la lista de monumentos amenazados en el mundo, siendo además el único en peligro de todo el Magreb. Dicho oasis figura en la lista de 50 monumentos naturales del mundo en peligro de desaparecer debido a los cambios ambientales e impactos sociales, económicos y culturales. El listado se elabora por diferentes expertos cada dos años.

Como mayor paradoja, Marruecos ha pedido que el oasis sea catalogado por la Unesco como bien cultural Patrimonio de la Humanidad, solicitud planteada desde el año 2011. Con la presencia de la valla cercana al oasis es muy difícil, desde luego, que se pueda producir este importante reconocimiento.

Figuig también da pie a un dicho en la zona sur marroquí, en dariya o árabe coloquial, ‘fog figuig’: lo mejor de lo mejor.

Jesús Cabaleiro Larrán
Periodista. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona, rama Periodismo con cursos de doctorado, estudios sobre Marruecos contemporáneo y el Sáhara Occidental. Más de 35 años de periodismo, la mayoría en prensa escrita, ha trabajado a ambas orillas del Estrecho de Gibraltar, casi 13 años en el extinto diario El Faro Información, en Algeciras, donde empezó de redactor y del que fue su último director y en Tánger dos años en un diario digital. Además ha participado en la mayoría de los Congresos de Periodistas del Estrecho desde el inicial en 1993 hasta 2019. Titulado en ajedrez por la UAH y UNED. Amante de Portugal. Ha publicado un libro, ‘Artículos periodísticos. Apuntes para la historia de la prensa de Algeciras’.

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