El libro póstumo de Umberto Eco, “Pape Satàn Aleppe, Cronache di una società liquida”, saldrá a la venta en Italia el viernes 26 de febrero de 2016, exactamente cuando se cumple una semana de la muerte del novelista, lingüista y filósofo a los 84 años, y tres meses antes de lo previsto, según ha anunciado La Nave di Teseo, la nueva editorial que Eco había fundado recientemente junto con la antigua editora general de Bompiani, Elisabetta Sgarbi, después de que Berlusconi comprara la editorial, pertenciente a RCS Libri (Rizzoli), donde Eco venía publicando desde sus comienzos en la narrativa.
“Pape Satàn Aleppe, crónicas de una sociedad líquida” es un ensayo de 470 páginas que reúne textos publicados desde 2000 en el semanario L’Expresso. Con una portada “en tonos indios, del rojo al fucsia”, el libro tiene algunas páginas dedicadas al papa Francisco –“al que Eco estimaba mucho”- y el resto “intenta reflejar la confusión de nuestro tiempo”, según palabras que firma el propio autor en el resumen disponible en Amazon: costumbres, política y vida cotidiana de los últimos quince años, “el hundimiento de las ideologías, de la memoria y el énfasis de aparentar”.
El título del libro retoma las tres primeras palabras con que comienza el canto VII del Infierno de La Divina Comedia, de Dante Ailghieri. El sentido, “muy misterioso”, ha dado lugar a múltiples interpretaciones.
Umberto Eco, lingüista semiólogo, filósofo, ensayista y novelista, se dio a conocer en la novelística con la publicación de un thriller medieval titulado «El nombre de la rosa», traducido a 43 lenguas y cuya venta mundial ha superado ya varias decenas de millones de ejemplares. Publicado en 1980, cuando estaba a punto de cumplir 50 años –lo que le valió ser considerado un escritor tardío, de lo que se defendía diciendo que comenzó tarde a escribir ficción porque «antes consideraba la novelística como un juego infantil que no le parecía serio »
El nombre de la rosa fue adaptado al cine, con enorme éxito también, por el realizador francés Jean-Jacques Annaud, en 1986, con el actor escocés Sean Connery en el personaje del fraile Guillaume de Baskerville, un antiguo inquisidor encargado de investigar la sospechosa muerte de un monje, en un abadía localizada en el norte de Italia. Trufado de frases y expresiones latinas, el libro también ha sido objeto de ediciones piratas, como la publicada hace años en árabe con el título de “Sexo en el convento” que, evidentemente, no tiene nada que ver con las intenciones del autor.
Umberto Eco, nieto de un editor procedente de la pequeña burguesía, empezó a escribir historias a la edad de diez años, él mismo se encargaba de la edición en la imprenta familiar. Nació en Alessandria, en el norte de Italia, el 5 de enero de 1932; estudió filosofía en la Universidad de Turín y se doctoró con una tesis sobre “El problema estético en Tomás de Aquino”. Especialista en Historia Medieval, trabajó también para la RAI (la radio televisión pública italiana), lo que le sirivió para estudiar a fondo el tratamiento de la cultura en los medios de comunicación. Políglota, enseñó en varias universidades, empezando por Bolonia donde ocupó la cátedra de semiótica hasta 2007, fecha en que se jubiló.
Tras «El nombre de la rosa», Umberto Eco publicó las novelas «El péndulo de Foucault», «La isla del día de antes», «Bandolino», «La misteriosa llama de la reina Loana», «El cementerio de Praga» y, la última, «Numero Zero», un thriller contemporáneo centrado en el mundo de la prensa.
Fue también autor de cientos de ensayos sobre temas tan variados como estética medieval, la poesía de Joyce, James Bond, la memoria vegetal, las falsificaciones, la historia de la belleza…. Afirmaba que escribía para divertirse y que siempre había “sentido cariño por los monstruos”. Mucho antes de ser reconocido como novelista triunfó como ensayista, especialmente en medios universitarios, con obras de tanto calado como «Apocalíptios e Integrados» (sobre la cultura de masas, un bestseller de mediados de los años 1960), «Socialismo y consolación», «Tratado de semiótica general», «Sociología contra psicoanálisis», «El espanto hecho muro», «De los espejos y otros ensayos»…
El escritor, a quien sus alumnos llamaban “il professore”, era un bibliófilo que poseía más de 30.000 libros, incluidas ediciones raras.
Hombre de izquierdas, tras la victoria de Berlusconi en 2008 le dedicó un artículo asimilando la llegada del político con un “regreso a los años ‘40” y lamentando escuchar “discursos parecidos a los de la defensa de la raza, que no solo atacaban a los judíos; también a los gitanos, los marroquíes y los extranjeros en general”.
Su último acto militante fue el abandono en octubre de 2015 de Bompiani editores, en el momento en que se convirtió en propiedad de Silvio Berlusconi, dueño ya de Arnoldo Mondadori Editores (ambas editoriales son propietarias a su vez de publicaciones diarias, semanales y mensuales, además de medios audiovisuales) con lo que se ha consumado la concentración editorial en el país: el gigante de la edición controla ahora el 40 % del mercado italiano.