Evolé quiso hacer la segunda parte. No era lo que el viento se llevó, pero casi, porque quizá el tono, sí se lo llevó el viento. Rencillas, palabrejas, palabrería, insultos, ¿hay quién de más?. No había un café, ni era el Bar del Tío Cuco, sino un triste vaso de agua, y un parquet recién pulido en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Todo distinto o quizá lo esperado. La realidad es que nadie se esperaba ese tono chulesco entre dos que aspiran a gobernar España, ni siquiera Jordi. ¿O sí?
En una mesa, mejor pulida, se atisbaban el dime y el direte a los pocos minutos de comenzar. Ya nada era cercano ni tampoco de amiguetes; de los que en otro tiempo, acaso hace siete meses, eran colegas recién estrenados. Unas vistas envidiables, pongamos que hablo de Madrid, decía Sabina; y al final, un congreso de los diputados, allí, de fondo, para que recordaran en un momento dado el futuro prometedor de ambos cual era el sitio destinado para ellos.
Ayer, con esos mimbres ya habíamos hecho un sillón; uno en donde acomodar términos y descalificaciones, miradas que no eran precisamente halagüeñas, nada parecido a aquel entonces. Pulseras sí, y camisas remangadas; acaso de mejor calidad que las de antaño, y vaqueros porque el duelo iba a comenzar. Parecían John Wayne con su contrincante; solamente faltaba la puerta de vaivén porque el tono; el tono, sí era amenazante.
Iglesias le soltó con ironía, «No mientas a la gente, Albert; lo mismo que dice el PP es lo mismo que dices tú»
Rivera se defendió habiendo ya pisado el terreno venezolano; «Tú que tienes y que conoces a la gente del gobierno de Maduro, ayúdanos a sacar a los presos políticos»
…»El PP de Mariano Rajoy y tú habéis impedido que el PSOE y Ciudadanos hayan puesto en marcha un proyecto de Gobierno, que es lo que pedía la ciudadanía en la calle. Sois los máximos aliados del inmovilismo porque os interesa que siga Rajoy. Otros queremos cambios, pero cuadrando las cuentas, dialogando con otros partidos», afirmó Rivera
«Somos una opción política para ganar al PP y creo que mucha gente tiene la impresión que Ciudadanos es el equipo filial del PP, que en última instancia es lo que va a servir para que Rajoy u otro del PP, que es exactamente lo mismo, siga gobernando. Nosotros queremos ganarles las elecciones y esperamos contar con el PSOE», respondió Pablo Iglesias.
«Tú haces demagogia con las muertes. Me indignas», criticó Rivera a a Iglesias.
«Se puede dialogar, se puede estar en un Parlamento. Yo me reuní con el señor Puigdemont, puedo hablar con cualquier diputado independentista. Pero una cosa es hablar y otra es gobernar con los que quieren romper España, es muy distinto», opinó Iglesias.
No era un partido de tenis, eran dimes y diretes, y tú más, y tú, ni te cuento. Hubo para todos y se habló de todo; o mejor dicho no, ni siquiera se notó la cordialidad de dos que hablan. Era la oportunidad de oro para arrebatarle votos al color naranja y unirlos a esos indecisos al corazón de las sonrisas. Para risas no está la gente en España que sigue cabreada porque no tiene gobierno, está haciendo la Renta o sigue en paro. Los dirigentes, todos cobran. Más tiempo, más políticas y más sillones que es en definitiva lo que ambos pregonaban.
No hubo diálogo porque no existe ni ha existido en estos seis últimos meses. La socialdemocracia plural que hoy acuña Pablo Iglesias prefiere recoger nuevos votantes o posibles nuevos votos; los de Izquierda Unida tienen el corazón partío y se irán a un lado o a otro; y los de Pedro Sánchez, están desaparecidos en combate. Mientras todo eso sucede, el gallego sube como la espuma. Su partido a pesar de estar imputado, tienen escaños porque existe más intención de voto. La gente, al menos en España dice muchos refranes; hay de aquel que reza, más vale malo conocido que bueno por conocer. Nú sé, pero suben en las encuestas que han dado hoy. Y Pedro, hijo, como sigas así te cargas un partido centenario para dar paso a uno de reciente color morado. Eso de recopilar votos no se te da bien y el lema, por el cambio está ya muy manido.
La realidad que es la que se ve en la caja tonta ha sido la que ya conocíamos. Una intención buena del colega Evolé que llegó, vió pero no venció. No creo que se esperara esta trifulca llegado el caso ni tampoco que no llegaran ni al menor de los acuerdos futuros. Cada uno se retrata como quiere que le conozcan y aunque ambos lucieron looks informales, se ve de qué pie cojean, quieran o no y las encuestas dice que ganó el morado, aunque los naranjas dicen que se defendieron de sus calumnias. ¡Ay, qué triste llegado el caso! Ni para hablar valemos.
Mientras eso sucedía el deporte tenía una cara agridulce. Luis Colom moría en un accidente mientras Garbiñe Muguruza lloraba escuchando el himno de España en un París inundado por el agua. Ha muerto un subcampeón de Moto2 y ha nacido una campeona en Rolland Garros. Ambos son españoles de bien, como ellos hay muchas personas invisibles que votarán y que querrán lo mejor para su país; para el mismo, para ese que se reinventa cuando hablamos de solidaridad. Habrá que esperar al debate a cuatro. No nos van a enseñar más dientes; los lobos ya tienen a sus ovejas encarriladas; todavía puede salir alguna negra, pero churras y merinas, nunca se llevaron bien.