«Alba»: cuando el silencio dice más que las palabras, en Horizontes Latinos
Tras haber ganado un premio a la escritura del guion en su país, la joven directora ecuatoriana Ana Cristina Barragán, que tiene ya en su haber tres cortometrajes, logro montar esta coproducción con México y Grecia, que ha iniciado su brillante recorrido por los festivales internacionales, con premio Fipresci en la última edición de Cine latino en Toulouse.
Siguiendo la temática de sus cortos, Barragán no ha optado por la facilidad al hacer una película sobre la entrada en la pubertad de una niña de once años. Una película con niños y con una niña como protagonista, que ha exigido un riguroso casting de seis meses de duración, antes de encontrar esa perla rara, que se llama Macarena Arias.
Un verdadero papel de composición para esa niña que al caer su madre enferma, es recogida por un padre al que no conoce y que vive en la pobreza y la soledad, un hombre hosco y que como ella tiene problemas para expresar sus sentimientos. La iniciación de esa niña a la pubertad, el descubrimiento de su cuerpo, los prejuicios en la escuela, las vejaciones que sufre y sus relaciones con los compañeros de colegio, y la difícil relación con el padre, son los elementos que vamos descubriendo en una puesta en escena que da prioridad a los silencios, más que a las palabras.
El contexto social de una administración caótica, y de las diferencias sociales entre las familias de sus amigas y la suya propia, está bien descrito en este relato que se va construyendo como un rompecabezas, a imagen del que Alba realiza durante la película.
El padre de la niña es el veterano actor de teatro ecuatoriano Pablo Aguirre, quien desempeña aquí un papel construido también en la introspección, con el perfil de un perdedor resignado por los golpes que le dio la vida, pero del que finalmente el espectador recibe poca información.
Seis meses de rodaje y un año y medio de montaje fueron necesarios para que Barragán acabara la versión final de su película, “Alba”, una pequeña perla que nos llega del Ecuador, ese cine con una cinematografía naciente pero todavía escasa, que nos va llegando con cuentagotas a los festivales de cine internacionales.
Ana Cristina Barragán, quien afirma haberse inspirado en su relato en algunos rasgos autobiográficos, que justifican la necesidad que llevaba en sí misma para abordar este tema del paso de la adolescencia a la vida adulta, se dice ahora lista para pasar a otra cosa con un nuevo proyecto que llevará por título “La piel del pulpo”.