Transcurrido casi un año desde el sangriento repunte de la violencia en Israel y los Territorios Palestinos Ocupados, las fuerzas israelíes siguen mostrando un espantoso desprecio por la vida humana al utilizar fuerza temeraria e ilegal contra población palestina, señala Amnistía Internacional.
En un memorándum enviado a las autoridades israelíes el 14 de septiembre, la organización ha expuesto con detalle veinte casos de homicidios aparentemente ilegítimos de personas palestinas a manos de fuerzas israelíes, y ha pedido información sobre el estado de las investigaciones. En al menos 15 de los casos, se mató deliberadamente a tiros a palestinos, pese a que no constituían una amenaza inminente para la vida, en lo que parecen haber sido ejecuciones extrajudiciales. Las autoridades israelíes no han respondido a la preocupación manifestada por Amnistía Internacional.
“Desde la escalada de la violencia producida el año pasado en Israel y los Territorios Palestinos Ocupados, ha habido un preocupante incremento de los homicidios ilegítimos a manos de fuerzas israelíes, fomentado por una cultura de impunidad”, ha manifestado Philip Luther, director de Investigación y Trabajo de Incidencia para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.
“Los casos de homicidio ilegítimo expuestos en este memorándum revelan un espantoso desprecio por la vida humana y plantean graves cuestiones a las autoridades israelíes. Los responsables deben comparecer ante la justicia para garantizar que este ciclo de violencia llega a su fin”, sostiene Philip Luther.
Desde el 1 de octubre de 2015, Israel y Cisjordania, incluido Jerusalén Oriental, han presenciado la oleada más importante de violencia desde que concluyó la segunda intifada en 2005. Más de 225 palestinos y tres ciudadanos extranjeros han muerto a manos de las fuerzas israelíes durante el último año, la mayoría durante ataques, sospechas de ataque e intentos de ataque contra soldados, policías y civiles israelíes. Al menos 35 israelíes y dos ciudadanos extranjeros han muerto durante ese mismo periodo a manos de atacantes palestinos.
En algunos casos, la fuerza letal puede haber sido el único medio de proteger la vida de la población civil o de los miembros de las fuerzas de seguridad. Sin embargo, como sucede en los casos destacados en el memorándum, en muchas ocasiones las personas fallecidas no constituían una amenaza inminente para la vida. Por ejemplo, se ha disparado contra personas que estaban heridas o huían, y también contra manifestantes desarmados.
Los homicidios ilegítimos a manos de fuerzas israelíes no son un fenómeno nuevo. En el informe de 2014 titulado Gatillo fácil: El uso de la fuerza excesiva por Israel en Cisjordania, Amnistía Internacional documentó 19 homicidios aparentemente ilegítimos, entre ellos tres casos en los que había indicios de que se trataba de homicidios deliberados, que constituyen crímenes de guerra.
Mientras en Israel y los Territorios Palestinos Ocupados la violencia continúa, las familias de las personas que han sido víctimas de homicidios ilegítimos en el último año siguen sin recibir justicia. De los 20 casos expuestos en el memorándum, sólo en uno se ha presentado acta de acusación formal contra un soldado. En muchos casos en los que parece haber indicios de ejecución extrajudicial, ni siquiera hay una investigación criminal abierta.
Algunos ejemplos:
Hadeel al-Hashlamoun tenía 18 años cuando la mataron a tiros las fuerzas israelíes en Hebrón el 22 de septiembre de 2015. Según un testigo, tenía un cuchillo, pero estaba separada de los soldados por barreras metálicas. Una revisión llevada a cabo por el ejército israelí concluyó que podrían haberla detenido viva. Amnistía Internacional no tiene conocimiento de que se haya llevado a cabo una investigación criminal sobre su muerte.
El padre de Hadeel’s, el Dr. Salah al-Hashlamoun, contó: “Recientemente he sufrido una depresión grave y una pérdida de esperanza; ya ha pasado casi un año desde que mi hija murió. El problema no es sólo que no hayamos visto ni la más mínima justicia, sino que Israel sigue matando a nuestros jóvenes, que los homicidios van en aumento.”
“Ahora que se cumple el aniversario, quiero volver a sacar a la luz el caso de mi hija, no sólo para obtener justicia, sino quizá para tratar de reducir el número de asesinatos, que va de nuevo en aumento».
El sobrino de Salman Shaalan, Mahmoud Muhammad Ali Shaalan, tenía 16 años cuando lo mataron el 26 de febrero de 2016 en el puesto de control de Beit El, cerca de Ramala. Según las declaraciones de testigos presenciales proporcionadas a Amnistía Internacional, unos soldados israelíes le dispararon a distancia después de haberlo obligado a darse la vuelta en el control. Una autopsia corroboró esta versión de los hechos, pero aún no se ha abierto ninguna investigación criminal sobre el homicidio. A su familia también se le ha negado el acceso a las grabaciones de vídeo del homicidio.
Salman Shaalan contó: “Ha sido una pesadilla para nosotros. Todos los indicios apuntan a que lo mataron sin motivo alguno, así que todo el mundo guarda silencio, limitándose a esperar que el problema desaparezca. No están investigando, no van a averiguar qué sucedió».
“A lo que nos enfrentamos hoy es a una lucha contra la realidad de que Israel puede hacer lo que le plazca sin rendir cuentas ante nadie. Espero que llegue el momento de la justicia».
Impunidad militar y policial
La investigación llevada a cabo por Amnistía Internacional muestra que el sistema de justicia militar deja constantemente sin justicia a las víctimas palestinas de homicidios ilegítimos y a sus familias. La conducta del Departamento de Investigaciones Internas de la Policía respecto a las denuncias de homicidios ilegítimos cometidos por la policía israelí también suscita serias dudas sobre la capacidad de dicho departamento de llevar a cabo investigaciones imparciales e independientes.
“Los familiares de las personas israelíes muertas a manos de palestinos pueden contar con un Estado que persigue agresivamente a los atacantes, y que a menudo, en esa persecución, traspasa los límites de la legalidad. Los palestinos, sin embargo, no tienen a nadie que proteja sus derechos”, ha manifestado Philip Luther.
“La única manera de impedir nuevos homicidios ilegítimos es poner fin a la impunidad que existe para quienes los han cometido en el pasado. Israel tiene el deber de investigar de manera exhaustiva, inmediata e imparcial todos los homicidios cometidos por sus fuerzas de seguridad, y de mantener a las familias plenamente informadas. El gobierno israelí debe reformar con urgencia sus sistemas de investigación de manera que pueda cumplir con su deber y llevar ante la justicia a los responsables de ejecuciones extrajudiciales”.