España siempre está en el candelero; ¡ay, famosa frase la tuya, querida Mazagatos! ¿Dónde estarás? Si estuvieras aquí dentro querida, en el meollo de la cuestión, no te sería dificil elegir chorizos, chorizas o algún otro fiambre de esta tierra nuestra.
Allá quedaron los gritos y pitos de una era que fue del todo la mejor para lucrarse a costa del bolsillo del prójimo. Que se lo digan a los bandoleros que jamás comieron caliente hasta entonces. Hoy, casi veinte años después, la doña, Esperanza Aguirre pa más señas, dimite como concejal y deja todos sus cargos públicos; no sabemos si porque así la estrategia se conforma en el despiece de esta mujer a la que todos sus hombres le salieron rana, y digo todos, o porque sin duda, es la que ha dimitido llegado el caso, y ya no es la primera vez.
Se ha sentido engañada y traicionada por Ignacio González, el último chorizo de la jaula de Soto, a quien considera que debería haberle vigilado. Entre las funciones de la presidenta de una comunidad como Madrid, nunca supe que vigilar que no te robara el vicepresidente fuera una función inexcusable. Ahora ya no lo dudo, aunque sí salgo con asombro a escribirles esto. ¡Menuda faena Esperanza!
La expresidente, exconcejal y extodo, ha considerado que «el problema central de la política española es la corrupción y para luchar contra ella no es suficiente la acción de la justicia, siempre rigurosa, pero demasiado lenta. Los ciudadanos tienen derecho a exigir que los políticos asumamos todas las responsabilidades con dignidad, sin dilaciones y sin excusas. Tengo como norma de conducta no eludir nunca mis responsabilidades».
Entre el año 2003 y 2012 Aguirre fue la presidenta de la Comunidad de Madrid, y el perla, hoy ya detenido y encarcelado, era su mano derecha. En febrero de 2016 la doña dejó la dirección del PP madrileño por su responsabilidad política ante las distintas imputaciones de corrupción por el Caso Púnica de varios dirigentes del partido de su comunidad, a la sazón, también de su confianza. Varias orejas, pitos y gritos…
La olla está a todo meter; entre las 60 personas investigadas en la Operación Lezo, entre ellos, Zaplana, Villar Mir y algún otro despistado, ahora están siendo juzgados también por los que se quedan entre fogones. De trama criminal a saqueo, el pp ve manchadas sus siglas una vez más, un año más, con alguna detención y encarcelamiento más. Esto si que ha sido entrar a matar querida.
En este caso concreto, en lo que respecta al bandolero González, al que ya no le queda nada en España por la incautación del juez Velasco, el ayuntamiento de Madrid estudiará con otros municipios cómo revertir la privatización del Canal. Este abaratamiento del agua no era con el interés común, sino para fines menos lícitos. Hay que recordar que a las familias numerosas se les rebaja un euro el agua del mes; todo un pastón llegado el caso no crean. Y el gashó robando 23 millones de euros; tiene guasa la cosa…
En todo caso, Aguirre se va y así el partido sigue. Un peón a cambio de seguir siendo los reyes del mambo. ¿Nadie más tiene nada que decir? ¿Nadie más se enteró de las andanzas de estos caballeros que se lucraron a costa de los madrileños? De verdad, que nadie más sabe nada. He de decir que eran unos cracks. Porque pasar de ser nadie a lucrarse siendo la mano derecha de una presidenta es para ponerles un altar en sendas cárceles. Eso, sí, que devuelvan el dinero de sus respectivos paraísos.
Voy a ver si entono la canción de Mecano, «Hawai, bombai, es un paraíso, que yo, a veces, me monto en mi piso». Le veo a Granados cantando esto en Estremera, porque mira que pega el sol ahí. El de Soto del Real estará viendo la sierra soñando que cualquier tiempo pasado fue necesariamente mejor.
Y el presidente del gobierno, Rajoy, el de «España es un gran país» ¿no tiene nada que añadir? Sí, país de gente trabajadora, honesta y solidaria que está siendo robada, y digo robada, por los acólitos del mister.
Otra cosa, que también pertenece a este país. Ha muerto Palomo Linares. Un torero, el torero.
Seguiremos informando, sorprendiéndonos, o quizá ya no, y creyendo que algo bueno saldrá de todo esto. Y que viva España; la vapuleada, la corrupta, la de los hombres y mujeres que consintieron que un país entrara en crisis robando a manos llenas. Que la justicia actúe. Es lo único que nos queda.