Quincena de Realizadores
Una muy buena sorpresa en la selección de la Quincena de Realizadores fue anoche la proyección de “The Florida Project” (el proyecto Florida), una perla del cine norteamericano independiente, tercer largometraje de Sean Baker, que se dio a conocer ya en Cannes con “Tangerine” en 2015.
Con claves de comedia agridulce, y un brillante casting de niños traviesos, de no profesionales y un tan conocido actor como Willem Dafoe, “The Florida project” aborda un tema grave: la pauperización de toda una parte de la sociedad americana, que viven en lúgubres moteles, a tan solo dos pasos del célebre parque de atracciones de Disney World en la periferia de Orlando, en Florida.
Adicto al casting “salvaje” con actores naturales, Baker logra un coctel formidable, con la presencia carismática del gran actor profesional Willem Defoe, como gerente de ese motel, en medio de una pandilla de niños de 6 a 9 años y de otros personajes, a cargo de actores no profesionales, que otorgan gran veracidad a esta ficción. Como por ejemplo Bria Vinaite, de origen lituano, Halley en la película, la muy irresponsable y tatuada madre de la niña.
Bobby, el gerente interpretado por Defoe, trasmite a ese reparto un evidente equilibrio, como ángel guardián protector y custodio de la convivencia y de las relaciones humanas entre esa fauna de vecinos híper conflictivos. Y, sobre todo, a través de una relación de autoridad y amistad con Moonee y los otros niños.
El resultado es absolutamente original, con una película tónica y divertida, contada desde el punto de vista de los niños, sobre todo de una pequeña de seis años, Moonee, más viva que el hambre y actriz prodigio. Se trata de Broklynn Kimberly Prince, quien hizo su primera aparición en el cine con tres años y su rostro es bien conocido en la publicidad de Disney Junior.
La descripción de ese microcosmos social dejado de la mano de Dios, y de sus variopintos personajes, se hace siempre desde el punto de partida de las mil y una travesuras, de mayor o menor gravedad, perpetradas por Moonee y su amiguitos, y que conducirán a un crecimiento de la tensión dramática y de la emoción. Los cuatrocientos golpes de Moonee para pasar el tiempo en ese entorno miserable en pleno verano, tienen el encanto del relato picaresco, con una fuerte dosis de crítica social.
Con el tono agridulce de la comedia Baker invita a la reflexión del espectador sobre esa cara oculta y vergonzosa del sueño americano, a dos pasos de Disney World. Como lo explica el director este no es un caso único de Florida, miles de familias pauperizadas viven en otros lugares de Estados Unidos en tan sórdidos moteles como los de la película. Una población de desheredados de la tierra, de los cuales 41 % son familias, o mujeres solas con niños, que para pagar su alquiler y no ser expulsados practican todo tipo de tráficos ilícitos.
“Me gustaría, dijo Baker en Cannes, que saliendo de mi película, la gente vaya a ver en internet cuál es la realidad social de esa América que se ve en la ficción, pues fue cuando yo descubrí esa miseria que me vino la idea de escribir este guion”. Objetivo cumplido. “The Florida Project” es pues una sana y muy recomendable comedia, divertida, critica y eficaz.