«Yo no me iba a quedar atrás»
Carlota Monedero, tiene el Síndrome de Marfan que afecta al corazón, al cristalino de los ojos, a las extremidades y a los dientes. Una enfermedad rara que no le ha impedido ser un ejemplo y dar ejemplo a las personas que han competido con ella. Su nota más alta en la prueba de selectividad le ha hecho ganar la batalla a la enfermedad.
«Las personas que lo padecen tienen problemas cardíacos y un aspecto algo diferente, son personas excesivamente altas con extremidades muy largas», indicó Carlota. Además, deriva en problemas oculares: «Yo tengo muchos problemas con los ojos a nivel de cristalino». Tampoco se libra la boca, pues afecta a los dientes: «llevo aparato desde que tengo uso de memoria».
Su nota fue de un 13.9 sobre 14, y asegura que la constancia y no meterse atracones es su fórmula, ya que el Bachillerato es una cosa de llevarlo al día durante el curso, haciendo repaso de temas anteriores, se ha hecho más fácil, según comenta. Su enfermedad rara la padecen menos de cinco de cada 10.000 habitantes que afecta a un gen en la fabricación de una determinada proteína.
Su tesón, su constancia y su filosofía de vida, ha hecho que durante toda su vida sea un ejemplo de fortaleza, templanza y es una auténtica historia de superación. Durante varios períodos de su vida no pudo acudir a clase debido a las consultas, a las diversas operaciones, etc. Gracias a la ayuda de su madre, pudo estudiar y no quedarse atrás. Su deseo es realizar la carrera de Biotecnología y Farmacia en la Universidad Francisco de Vitoria ya que su objetivo es ser investigadora en el campo de la biomedicina.
Carlota ha hecho una crítica dura hacia el actual sistema de acceso a la universidad ya que considera que es mucha presión jugárselo todo a un examen que determina el 40 % de la nota final de acceso a estudios superiores y por las desigualdades territoriales a la hora de evaluar a los estudiantes.
«No me parece justo que haya comunidades en las que sea algo más fácil o más difícil; debería estar consensuado», manifestó la alumna. Y es que «debería haber algo más de consenso entre las distintas regiones y a los alumnos nos convendría establecer un convenio».