Los datos son alarmantes pero corresponden a la España del siglo XXI. Según el informe «El Estado de la pobreza. Seguimiento del indicador de pobreza y exclusión social en España 2008-2016 de la Red Europea de lucha contra la pobreza y la exclusión social en el estado español» presentado en el congreso de los Diputados, un 27,9 % de la población vive en riesgo de pobreza y exclusión social aunque si bien es un número muy alto, se ha reducido 0.7 % puntos porcentuales con relación a los datos del año pasado. Es decir, 345.000 personas habrían ganado en calidad de vida.
España que está muy lejos de cumplir con la Estrategia Europa 2020 lanzada en 2009 por la que el gobierno se comprometió a reducir entre 1.4-1.5 millones el número de personas en riesgo de pobreza antes de finalizar 2019. Hablamos de pobreza, baja intensidad en el empleo o carencia material severa.
Personas que viven por debajo de los 684 euros al mes por unidad de consumo, es decir, 1700 euros al mes para una familia integrada por cinco personas. Aquellos que no pueden disfrutar de una semana de vacaciones o deben recibos de luz, agua, gas, o no tienen televisión ni teléfono, y también la pobreza extrema; personas que viven por debajo de los 342 euros al mes.
En el informe se señala que tener hijos supone que se arriesgue la familia a ser aún más pobres porque las cargas familiares suponen gastos añadidos. También existe igualdad entre hombres y mujeres en este aspecto y por comunidades en España los datos son realmente distintos según la tasa AROPE. La pobreza y exclusión social en España quedaría así; Canarias 45 %, Ceuta (42 %), Andalucía (52 %) frente a Navarra, País Vasco o La Rioja que arrojan datos inferiores al 15 %.
La Red Europea de Lucha contra la pobreza y la exclusión social en el Estado Español sugiere combinar políticas de protección social, de prevención para erradicar la pobreza ya que detrás de los números hay personas, familias y niños que lo están pasando realmente muy mal, añade el presidente de la EAPN-ES, Carlos Susías.
A estos datos hay que añadir la nueva figura del español pobre aunque esté trabajando. Sueldos míseros, explotación y falta de seguridad sugiere que el trabajador medio, muy cualificado, no puede afrontar una vida estable porque aunque trabaja es considerado pobre para los baremos de la Unión Europea.