El antiguo jefe militar de Bosnia Slobodn Praljak se ha suicidado el 29 de noviembre de 2017 cuando el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (PIY) ha anunciado su condena a 20 años de cárcel. En un golpe teatral, el acusado ha gritado “Praljak no es un criminal. Rechazo vuestro veredicto”, y después ha sacado una ampolla de veneno y la ha bebido ante los jueces.
Trasladado a un hospital de La Haya, Praljak, de 72 años, ha fallecido poco después.
Ingeniero y director de teatro, Slobodan Praljak –a quien muchos croatas siguen considerando un héroe- no era originalmente militar, pero la guerra le convirtió en 1993 en responsable de las fuerzas armadas de la República croata de Herceg-Bosnia, y su nombre figura entre los responsables de la destrucción del puente otomano de Mostar.
No es la primera vez que se suicida un condenado por el TPIY. En 2006, quien fuera el jefe de los serbios de Croacia, Milan Babic, se suicidó en la cárcel del tribunal en La Haya, tras ser condenado a 13 años por “exacciones cometidas durante la guerra de 1991-1995 en Croacia”. Y años antes, en junio de 1998, también se suicidó en la cárcel otro serbio de Croacia, Slavko Dokmanovic, exalcalde de Vukobar, condenado por su participación en una masacre en la que se ejecutó sumariamente a 261 personas.
La muerte de Slobodan Praljak ha ocurrido durante el juicio de apelación de seis antiguos dirigentes y militares de alta graduación de los croatas de Bosnia, acusados de crímenes de guerra en el conflicto croato-musulmán que estalló durante la guerra de Bosnia (1992-1995).
Inmediatamente antes del suicidio de Praljak, Jadranko Prlic, exdirigente de los croatas de Bosnia, había sido condenado a 25 años de cárcel por dirigir el traslado de poblaciones musulmanas y por cometer asesinatos, violaciones y destrucción de bienes civiles con el objetivo de crear “la gran Croacia”, en el transcurso de una guerra que causó más de 100 000 muertos y 2,2 millones de desplazados.