Muestrario de los errores más frecuentes (4)

Antes de darle cabida a la cuarta entrega de esta selección de las que en mi opinión son las impropiedades lingüísticas que más aparecen en los medios de comunicación social y que se han arraigado en el habla cotidiana, acuso recibo de una observación que me hizo el cineasta, periodista y excompañero de estudios en la siempre recordada Universidad Católica Cecilio Acosta de Maracaibo, Luis Rahamut, con relación al artículo 3 de este muestrario.

Algunos que no me conocen y menos aun leen mis artículos, han dicho que no acepto equivocaciones, lo cual no es cierto, pues siempre que incurro en despropósitos, los admito sin ningún complejo. Ahora, lo que no acepto son las necedades de algunas personas que, sin el debido conocimiento, pretenden dictar cátedra sobre lo que no saben, especialmente en el lenguaje escrito y el oral. ¿Notaron la diferencia? ¡Gracias!

El ojo avizor de Luis captó el desliz que tuve al mostrar los ejemplos sobre el uso inadecuado de másy mas. Sin ánimos de justificar la pifia, debo decir que al escribir los casos en los que el referido vocablo no lleva tilde, creí haberlo hecho bien; pero el procesador de palabras de mi computadora (ordenador) me jugó una mala pasada, como muy a menudo les ocurre a muchas personas, incluidas algunas que son poseedoras de un sobresaliente nivel de instrucción; pero por no revisar bien lo que publican, de cuando en cuando se les cuelan algunos gazapos. El error fue doble, dado que creí haber escrito estuve; pero apareció tuve. ¡Pido disculpas!

Entonces, con los mismos ejemplos del pasado sábado, una vez más les recalco que se escribe más (con tilde) cuando es adverbio de cantidad o comparativo: «Hubo más personas que ayer»; «El precio del dólar cada día está más elevado»; «Quiero más azúcar»; «Las selecciones de Centroamérica son las más débiles que participarán en el Mundial de Fútbol de 2026».

No la lleva cuando sustituye a pero: «Me gustaría viajar; mas no tengo dinero»; «Todos estaban contentos con el resultado; mas yo no estuve de acuerdo».

Ay, ahí, hay

Muchos son los redactores que no tienen claro el uso de esas tres palabras, por lo que no está demás decirles que ayes una interjección que se emplea para expresar dolor, sorpresa u otra emoción derivada de algo que ocurre de manera intempestiva: «¡Ay, qué vergüenza!»; «¡Ay, papá, la cosa se está poniendo buena!»; «¡Ay, amor, no esperaba menos de ti!».

Ahí es un adverbio de lugar físico o abstracto: «Ahí está ubicado el rectorado de nuestra Alma Mater»; «Ahí se consiguen precios más bajos!»; «Ahí está el detalle»; «Ahí en ese caso deberás actuar con mucha prudencia».

Haya, allá, aya

Las mismas dudas y confusiones ocurren con estos vocablos, que algunos creen que por su parecido fonético podrán usarse indistintamente.

La primera, sin complicaciones gramaticales, es una conjugación del verbo haber: «Siempre que haya (no haiga) la disponibilidad podremos ayudarte»; «Mientras haya disturbios, las actividades comerciales estarán reducidas al mínimo».

La segunda es un adverbio demostrativo de lugar: «Allá la cosa está buena»; «De allá para acá me detuve en la Encrucijada»; «Si Dios quiere, por allá nos veremos».

Aya, aparte de que es una fruta que no conozco, se refiere a la «mujer encargada de custodiar niños y cuidar de su crianza», aunque ese trabajo también puede realizarlo alguien de sexo masculino, y en ese caso se le llamaría ayo.

Con tilde o sin ella

La regla general de acentuación establece que a los monosílabos no se les coloca tilde; pero exceptúa de ella a los que cumple más de una función dentro de la oración: él/el, tú/tu, té/te, sí/si, mí/mi, sé/se, dé/de, más/mas.

Entre los que no llevan el signo gráfico están: mes, bien, sol, ve, ya, son, fe, fue, vio, dio, guion.

Vez y ves

Es indispensable que esas personas a las que les gusta escribir en medios digitales y en redes sociales de manera muy frecuente, y otras que lo hacen de manera esporádica, sepan que vez y ves son homófonas (suenan igual); pero no significan lo mismo. Vez es sinónimo de momento u ocasión: «Me comprometo en que esta vez no fallaré»; «La primera vez que fui a Caracas…».

Ves es del verbo ver: «¿Qué me ves?»; «Si me ves que estoy llorando…».

David Figueroa Díaz
David Figueroa Díaz (Araure, Venezuela, 1964) se inició en el periodismo de opinión a los 17 años de edad, y más tarde se convirtió en un estudioso del lenguaje oral y escrito. Mantuvo una publicación semanal por más de veinte años en el diario Última Hora de Acarigua-Araure, estado Portuguesa, y a partir de 2018 en El Impulso de Barquisimeto, dedicada al análisis y corrección de los errores más frecuentes en los medios de comunicación y en el habla cotidiana. Es licenciado en Comunicación Social (Cum Laude) por la Universidad Católica Cecilio Acosta (Unica) de Maracaibo; docente universitario, director de Comunicación e Información de la Alcaldía del municipio Guanarito. Es corredactor del Manual de Estilo de los Periodistas de la Dirección de Medios Públicos del Gobierno de Portuguesa; facilitador de talleres de ortografía y redacción periodística para medios impresos y digitales; miembro del Colegio Nacional de Periodistas seccional Portuguesa (CNP) y de la Asociación de Locutores y Operadores de Radio (Aloer).

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí
Captcha verification failed!
La puntuación de usuario de captcha falló. ¡por favor contáctenos!

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.