El pasado 15 de diciembre de 2017, Ahed Tamimi y su familia se manifestaban en su pueblo de Nabil Saleh, cerca de Ramalla, en Cisjordania, contra la decisión de Donald Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel. La situación se volvió dramática cuando una pelota de goma, disparada desde una distancia corta por un solado israelí, dio en la cabeza de Mohammed Tamimi, el primo de 14 años de Ahed. El adolescente tuvo que sufrir una delicada operación quirúrgica y ha perdido parte del cráneo.
Ese mismo día, por la tarde, Ahed se encontró de frente con unos soldados israelíes que irrumpieron en el patio de su casa. Un vídeo la muestra, sin armas, insultando y dando golpes y patadas a dos soldados que llevan equipo de protección.
Cuatro días después del incidente, Ahed y su madre Nariman, de 42 años, fueron detenidas. El 1 de enero de 2018 las acusaron de agresión con agravantes a los soldados, y de impedirles desarrollar sus funciones.
A pesar de que no representaba ninguna amenaza seria, la joven, que hoy 1 de febrero de 2018 cumple 17 años, fue juzgada ayer por un tribunal militar que la acusa de doce cargos y pide diez años de cárcel, así como que continúe detenida hasta que se conozca la sentencia, denuncia en un comunicado Amnistía Internacional (AI) que ha puesto en marcha una recogida de firmas para pedir la liberta inmediata de Ahed.
La historia de Ahed –sigue el comunicado de AI- es emblemática del trato que reciben los niños palestinos que participan en acciones militantes. Israel viola la Convención de los derechos del niño, a la que está adherida, que entre otras cosas establece que el encarcelamiento de un niño debe ser siempre el último recurso y durante el período más breve que sea posible.
“Ahed es uno de los cerca de 350 niños palestinos actualmente detenidos en cárceles israelíes. Cada año, las fuerzas israelíes detienen y empapelan a entre 500 y 700 menores palestinos, a los que sistemáticamente maltratan, torturan o someten a otros tratos degradantes, sin que estén presentes ni su abogado ni su familia”, ha manifestado Sylvie Brigot-Vilain, directora General de Amnistía Internacional France, promotora de la campaña de recogida de firmas.
Desde que el controvertido presidente estadounidense manifestó su reconocimiento de Jerusalén como capital del Estado de Israel, y su decisión de abrir allí una legación diplomática, la policía israelí lleva detenidos más de 600 palestinos, en distintas manifestaciones de protesta.
Por su parte, la adolescente Ahed, quien milita desde 2010 y se hizo famosa en una imagen que la mostraba con 11 años, con el puño en alto y exigiendo a unos soldados conocer el paradero de su hermano, que estaba detenido, se ha convertido en un símbolo de la resistencia palestina ya que posee excelentes dotes como comunicadora para explicar la “causa palestina”. En septiembre de 2017 intervino en el Parlamento Europeo en una conferencia organizada por los eurodiputados españoles de Izquierda Unida Angela Vallina y Javier Couso, sobre “El papel de la mujer en la resistencia popular palestina”.
Ahed fue clara directa: “Estamos pagando un precio altísimo. El holocausto (del pueblo judío) repercutió en nosotros. La resolución de la causa palestina no es solo nuestra sino que, por los orígenes del problema, incumbe a la comunidad internacional”.