Amnistía Internacional (AI) ha lanzado una advertencia, el martes 23 de diciembre de 2014, para que el gobierno de Irak se tome en serio la protección de las mujeres y niñas de la minoría kurda yazidí, capturadas por los combatientes de la organización terrorista Estado Islámico (EI), quienes abusan sexualmente de ellas a partir de los 10 años.
Ya se han producido varios casos de suicidios de jóvenes que optan darse muerte ante la amenaza de verse obligadas a un matrimonio forzoso o a una violación.
Este ha sido el caso de una chica llamada Jilan, de 19 años, quien se ha suicidado para escapar al futuro de esclava sexual con que le habían amenazado los yihadistas, que consideran hereje la minoría a la que pertenecía. Jilan fue raptada en agosto de 2014, cuando el EI lanzó una gran ofensiva en la región de Sinjar, una de las cunas de la comunidad yazidí.
Los jefes de EI ofrecen los “cientos o quizá miles de mujeres capturadas en venta” a sus combatientes y simpatizantes, para que se casen o hagan con ellas lo que mejor les parezca, según AI. Jilal se suicidó atándose las muñecas y colgándose después, en el cuarto de baño, el día que les dieron unos vestidos de ceremonia y les dijeron que se los pusieran para exhibirlas con ellos.
Según Donatella Rovera, responsable de AI que ha entrevistado a más de 40 excautivas, “muchas de esas esclavas sexuales son niñas, la mayoría tiene 14 y 15 años, e incluso menos”. Randa, de 16 años y violada por un combatiente que le doblaba la edad, le dijo que los yihadistas “han arruinado sus vidas” porque en el caso de que logren escapar, su comunidad las rechaza después. Otra superviviente contó a la representante de AI que su hermana intentó matarse una noche pero que se lo impidieron otras dos prisioneras, que se despertaron. Wafa, de 27 años, ha relatado el intento fallido de suicidio, llevado a cabo junto con otra chica: “Nos anudamos un echarpe al cuello y cada una tiraba del de la otra con todas sus fuerzas. Yo me desvanecí cuando empezó a faltarme el aire”.
Según Donatella Rovera, “las consecuencias físicas y psicológicas del sufrimiento que han padecido estas mujeres son catastróficas. A muchas las han torturado y tratado como bestias. Las que consiguen escapar quedan traumatizadas quizá para siempre”.
Para AI, los asesinatos, torturas, violaciones y secuestros cometidos por EI contra los yazidís no son otra cosa que “una limpieza étnica”. Según un despacho de la agencia France-Presse, en su edición de octubre de 2014 la publicación propagandística Dabiq se jactaba de haber restablecido la esclavitud ofreciendo a sus combatientes mujeres y niñas como “botín de guerra”.