Me habría gustado que Julio Anguita y Juan Carlos Monedero hubieran dispuesto de una mayor y mejor revisión a la hora de transcribir su interesante conversación A la izquierda de lo posible, que la editorial Icaria ha publicado recientemente en su colección Más Madera a dos voces.
El hecho de que esta colección se caracterice por ser un proyecto pensado desde la urgencia, tal como se afirma en su presentación, no debería comportar los errores de redacción y las erratas varias que se advierten al poner por escrito la provechosa charla entre el excoordinador general de Izquierda Unida y el profesor de Ciencia Política de la Universidad Complutense de Madrid. Con todo, el libro -de poco más de cien páginas- se lee con gusto desde el principio y responde a las expectativas que dos politólogos como los nombrados levantan siempre. Uno y otro son dos intelectuales militantes que desde su vocación pedagógica, como señala Miguel Urbán en el prólogo, han tratado de hacernos comprender que, al fin y al cabo, aunque nadie se atreva a decirlo, el emperador camina desnudo.
Para Monedero sigue siendo válida la frase del historiador Ramón Carande, que resumió España en dos palabras: demasiados retrocesos. A un impulso siempre le siguió un contraimpulso, desde la guerra de la Comunidades de Castilla con Carlos V, pasando por la Contrarreforma frente a la Reforma o la revolución liberal de Europa frente al absolutismo de Fernando VII y el carlismo. Cuando en Europa se da la revolución democrática tras el fascismo, que trajo consigo el Estado social, en nuestro país nos toca el franquismo. No es verdad que haya habido o haya las dos Españas a las que se refirió Antonio Machado, sostiene Monedero, porque hubo una mayoría de españoles que han querido construir su bienestar y se han encontrado con una minoría muy fuerte que ha sabido frenar cualquier desarrollo de esa mayoría.
Para Julio Anguita, combatir al PP ahora tiene que ir acompañado de un proyecto alternativo y de un relato histórico. Ese proyecto ha de enfrentarse como contrapoder al proyecto cultural que tiene la derecha y que está más arraigado de que se puede suponer. También es necesario resolver tres cuestiones de Estado: centralidad o federalidad, monarquía o república y religiosidad o laicidad. Cuando Anguita se refiere al surgimiento de frentes cívicos como el que él mismo ha promovido, afirma que esos frentes se deben armar con las razones de la legalidad emanadas de Carta Social Europea de 1961 y situar al adversario, por lo tanto, en la ilegalidad. El gobierno está en esa ilegalidad al no respetar los derechos establecidos (al trabajo, al subsididio de desempleo, a las pensiones dignas, a la vivienda, a la educación). Entre las razones de legalidad está el derecho a la rebeldía, que desde Tomás de Aquino, el Padre Suárez y John Locke se le plantea a los pueblos cuando se encuentran ante un gobierno que no cumple la legalidad. Esto consta asimismo en la declaración de independencia de los Estados Unidos y en la Declaración de Derechos Humanos de 1948. A la inmensa mayoría de la población no debemos irle con un discurso de izquierdas, sino con un discurso basado en la lógica inmediata y en los textos que el propio gobierno y el propio poder utilizan contra el pueblo.
Es misión de los frentes cívicos unificar propuestas, afirma Julio Anguita, porque detrás de esa unificación vendrá la unidad de acción y llegarán también los elementos que hagan posible una articulación organizativa que termine por vincularse o por hacerse contrapoder, que es en el fondo lo que se está buscando. Para tal menester, que Monedero equipara con el de navegar al que se refería Saint-Exupery, no se debe empezar construyendo barcos, cortando maderas, clavando clavos o reclutando tripulación: si quieres navegar -asegura el escritor francés-, construye en los hombres y mujeres anhelo de mar. «Si el proyecto de Frente Cívico se consolida, termina por decir Anguita, no seré cargo público o tendré presencia en la vida institucional por tres azones: mi edad, mi salud y la verdad de que nunca segundas partes fueron buenas». El esfuerzo y dedicación que le dedicará para impulsarlo y defenderlo no consistirá en ir de la ceca a la meca como espectáculo mediático para ganar audiencias o confortar egos. Se trata de trabajar, organizar, luchar y consolidar la mayoría.
*Conversación entre Julio Anguita y Juan Carlos Monedero: a la izquiera de lo posible, Icaria Editorial, 2013.