Dos películas norteamericanas más en competición: «Foxcatcher» del estadounidense Bennett Miller y «Maps to the stars» del canadiense David Cronenberg, que no me han provocado ni emoción ni entusiasmo, aún si ambas son de brillante factura.
Bennet Miller es el oscarizado autor del biopic sobre «Truman Capote» realizado en 2006. En 2011 dirigió «La estrategia» cuya acción transcurría en el medio del baseball. En «Foxcatcher» el telón de fondo es ahora la lucha libre, y está inspirado en la autobiografía de un personaje poco conocido por el público: Mark Schultz ex campeón olímpico de lucha libre en la década de los ochenta.
Schultz relata su ambigua relación con un mecenas de ese deporte, el esquizofrénico y paranoíco multimillonario John du Pont, quien terminó sus días en la cárcel tras haber asesinado a su hermano, el también luchador y entrenador de lucha libre Dave Schultz.
Le sobra fácilmente media hora a este relato en el que se reparten el protagonismo tres personajes: por un lado los dos hermanos con su carrera deportiva en total fusión y solidaridad y por otro el personaje del siniestro millonario, de latente homosexualidad, un tema éste sin embargo que el cineasta evita evocar de manera explícita.
Un patético personaje que vive rodeado de los trofeos ganados por sus caballos de carreras y sueña con ser entrenador de lucha libre, un deporte despreciado por su madre –la actriz Vanessa Redgrave- que no lo considera digno en esas tierras de cazadores de zorros (foxcatcher). La breve aparición de la actriz inglesa da lugar sin embargo a una de las mejores secuencias del film. Un buen ejemplo de como con una mirada se pueden decir en el cine muchas más cosas que con largas páginas de diálogos.
Ese magnate va a atraer a Mark Schultz, con su millonario sponsor, haciéndole caer luego en la droga, y sembrando la cizaña con su hermano, que ve impotente la decadencia. Un personaje, el de Du Pont, que resulta un tanto liso, sin sorpresa ni misterio desde el comienzo hasta el fin, interpretado por el actor Steve Carell. Los dos hermanos son los actores Mark Ruffalo y Chaning Tatum, quienes dados sus personajes de fornidos luchadores no tienen una interpretación muy matizada.
El guión se queda finalmente a medio camino entre un biopic sobre el frustrado y demente multimillonario y esa historia de fraternidad quebrada que hubiera merecido un mayor desarrollo, sobre ese tema de los «juguetes rotos» en el mundo deportivo. Las escenas de lucha libre están en todo caso muy bien filmadas, como una verdadera coreografia, pero le falta a mi juicio tensión dramática y el desenlace trágico llega de forma un tanto abrupta.
David Cronenberg
«Maps to the stars» del canadiense David Cronenberg es una parodia del superficial y estupido mundo de Hollywood, con sus niños prodigio y arrogantes estrellas, sus actrices obsesionadas por no envejecer y pasar por encima del cadaver de sus competidoras, o sus guionistas mercenarios en busca de trabajo. Pero en esta ocasión, el autor de «Crash», de «Una historia de violencia», «Spider» o «Cosmopolis», ha optado por el género de la sátira y la comedia.
La película arranca con la llegada a Los Angeles, la meca del cine, de una joven marcada por grandes quemaduras en su cuerpo y en su cara, que sale de un asilo siquiátrico y va en busca de la casa en donde vivían sus padres y su hermano: un psicólogo y su esposa con su hijo prodigio, repelente protagonista de una conocida serie televisiva. Si añaden el personaje de una vieja y decadente actriz, cliente de ese psicólogo de opereta, y un chofer y guionista interpretado por el joven Robert Pattinson, tienen practicameente la sinopsis del film.
La estupidez y superficialidad de ese mundo hollywoodense que describe Cronenberg es algo que me deja de piedra, y su humor sobre esos seres neuróticos no llega a interesarme. Sobre fondo de incendio doloso y tentativa de crimen fratricida, de incesto familiar, padres que resultan ser hermanos, y hermanos incestuosos a su vez, o de celos entre patéticas actrices, y niños estrellas, las dos horas y ocho minutos de metraje se hacen interminables.
Veterano cineasta canadiense y asiduo competidor en el festival de Cannes, es la quinta vez que viene en competición, ganó el premio especial del jurado en 1996 con «Crash» y todas sus películas anteriores eran mucho más interesantes que esta. En su caso podemos hablar por lo tanto de abierta decepción. Me quedo con el Cronenberg de «Crash» o de «Una historia de violencia», pues esta comedia, aunque visualmente bien filmada, no encuentro que tenga ni encanto, ni gracia, ni emoción..
La presencia del actor Robert Pattinson, exvampiro de «Crepúsculo», ha propulsado en todo caso la película en las redes sociales y no tendrá problemas en su distribución comercial.