El Festival Internacional del Cante de las Minas puso fin a su edición 2017 pasadas las cuatro de la madrugada del domingo 13 de agosto con una soberbia actuación del ganador de la Lámpara Minera, Alfredo Tejada, quien además ha arrasado llevándose el primer premio de mineras, el premio de cartageneras, el premio al grupo ‘B’ de soleares, bulerías por soleá, cañas y polos y también el premio al grupo ‘C’ de bulerías, cantiñas, tangos y tientos. En total 30 000 euros en premios bien merecidos, porque Alfredo Tejada no ha tenido rival a su altura en esta edición del festival.
Alfredo Tejada ha sido el cantaor completo: voz flamenca, duende, técnica vocal, matices y sostenidos increíbles acompañados de gestualidad facial y corporal, o mejor, llevadas al compás de la música, del cante. Un saber estar en escena magistral. El cantaor ha dedicado el premio a su mujer, a punto de dar a luz a un nuevo miembro de la dinastía Tejada. Un niño que viene con doble fortuna bajo el brazo.
El Premio Desplante ha sido para el bailaor sevillano Fernando Jiménez Torres quien sí ha tenido competidores de categoría, como José María Maldonado, barcelonés residente en Madrid, bailaor, bailarín, coreógrafo y pintor; y la gaditana Macarena Martínez Cepero, quien a sus 24 años cuenta con un currículo de escándalo. Ha sido segundo premio.
Tras tres años desiertos en guitarra, este año los tres finalistas han tenido su premio. El Bordón Minero se lo ha llevado el jovencísimo alicantino Alejandro Hurtado García ¡con solo 23 años! Y sus compañeros finalistas, Israel Cerreduela y Luis Medina Blanco, se han llevado ex aequo el segundo premio.
Dos finalistas para el premio Filón a instrumentistas. El premio mayor se lo ha llevado muy merecidamente el segundo premio del año pasado, el cordobés Sergio de Lope, extraordinario intérprete de flauta travesera, muy bien acompañado de un elenco de guitarra, bajo eléctrico, percusión, y palmero cantaor. El segundo premio para el pianista Pablo Suárez quien ha estado acompañado de sus compañeros del trío Camerata Flamenco Project, el chelista José Luis López, Ramiro Obedman saxo/flautista y Antonio Campos al cante.
Los premios ‘de consolación’ al cante han sido para las cantaoras Esther Merino por tarantas y para Anabel de Vico por malagueñas.
Hasta aquí la reseña oficial. Ahora las emociones fuertes, la trastienda de premios otorgados por el público y por no pocos veteranos flamencólogos presentes cada año en el festival. Los más sonados han sido los de baile. Al final de la tercera noche de concurso, vistos ya todos los bailaores/bailaoras semifinalistas, la sorpresa inesperada fue la ausencia en la final de José María Maldonado, quien tuvo una actuación que pasaba de largo a todas las demás. Para algún miembro del jurado ‘le faltó alma’, para otro ‘hubo debate’. ‘Se han equivocado ellos’ me dijo un conocido personaje del mundo del flamenco. Y es que, para muchos, no se entiende esa eliminación.
Desaparecido Maldonado de la final, la elección no ofrecía dudas. La ganadora in pectore del Desplante era Macarena Martínez. No es habitual tener una trayectoria a su edad como la que tiene esta bailaora gaditana, coreógrafa y con compañía propia antes de cumplir los 18. Y sobre todo ¡cómo baila, de cuerpo entero y asomándola el duende por todos los poros de la piel! ¡cuánta naturalidad y armonía en cada uno de sus movimientos! En la final, primero bailó un Taranto con una coreografía de diseño propio de alto voltaje; pero donde se salió fue en su segundo baile por alegrías. No exagero: la mayor ovación cerrada, unánime del público de este festival, para concursantes, fue la que se llevó Macarena al final de las alegrías. En ese momento no había duda. Macarena era la virtual ganadora del Desplante 2017. La sorpresa cuando fue anunciada como segundo premio rozó la incredulidad. Creo que ni Fernando Jiménez se esperaba el premio mayor. ¡Enhorabuena!
Isabel Heredia Reyes La Repompilla quedó segunda en cante el año pasado. Este año se presentaba en semifinales por mineras, taranta, caña y petenera. Pasó a la final, sí, solo por taranta. Pero…La Repompilla es una gitana granaína racial donde las haya y no debió de sentarla nada bien pasar por la mínima y con una triple competencia demasiado arriesgada. Así que salió a escena, muy envuelta en un lujoso mantón bordado, cantó la primera estrofa, se levantó y con mucho tronío y sin volver la vista atrás salió del escenario, como diciendo ¡aquí estoy yo y de aquí me marcho, porque a mí no me echa nadie! ¡Faltaría más!
La noche empezó con la entrega del Castillete de Oro al Principado de Asturias por la confluencia de cuencas mineras. El año pasado Asturias y La Unión tuvieron un primer acercamiento, concretamente con Langreo. En esta edición del festival, la cantautora Marisa Valle Rosso con su hermosa voz ha dado un concierto de canciones asturianas.
El representante de Asturias Vicente Domínguez ha dicho que en el festival se respira duende y ha recurrido a Federico García Lorca para describir ese sentimiento: Para buscar el duende no hay mapas, el duende duele o quema la sangre.
Hasta el próximo año.
- Enlace a las reseñas del Festival del Cante de las Minas de La Unión 2017