Un equipo interdisciplinar de investigadores del Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM), junto al centro mixto de la Universidad de Valladolid, la Universidad de Tübingen (Alemania), el hospital universitario Marqués de Valdecilla de Santander y el CSIC, han comprobado el potencial de la gentamicina C1a y la apramicina como los nuevos antibióticos para bacterias multirresistentes.
Actualmente aproximadamente 33.000 personas fallecen en el mundo por infecciones resistentes a los antibióticos por bacterias tales como las pseudomonas aeeruginosa o el acinetobacter baumannii. Este asunto no es baladí para la Organización Mundial de la Salud (OMS), y se buscan nuevos antibióticos para evitar patógenos que causen la muerte a determinados grupos de pacientes que ya no tienen cura con los que habitualmente se utilizan.
Con el aumento en el número de infecciones bacterianas resistentes a las fluoroquinolonas y la escasez de nuevos antibióticos, los nuevos AGs forman parte de la última defensa contra este tipo de infecciones realmente muy peligrosas para la salud que son las causantes de la neumonía, la peritonitis o la sepsis.
La producción de estos dos nuevos antibióticos, descritos en el estudio publicado en Scientific Reports, será de bajo coste y se presentarán con solubilidad en agua de forma que puedan tener propiedades farmacocinéticas muy favorables en su uso y administración. De la muestra de antibióticos estudiados se han identificado tanto la gentamicina C1a y la apramicina como los dos más prometedores para llevar a la clínica. No obstante, la intención del grupo es realizar estudios futuros de nefrotoxicidad (afectación del riñón) y ototoxicidad (afectación del oído) con estos antibióticos. Este trabajo forma parte de un amplio estudio internacional de antibióticos aminoglucósidos.
En todo caso, la comunidad científica sigue las pesquisas para el desarrollo de nuevos antibióticos que sean capaces de hacer frente a los peligrosos microorganismos que son capaces de matar a las personas aunque estemos en el siglo XXI; un asunto crítico que sin duda, se debe seguir investigando.
El consumo indiscriminado, consecuencia de la automedicación en estos últimos años ha conseguido que muchos de estos fármacos , genéricos y desarrollados por laboratorios de prestigio, no tengan los efectos que tanto los médicos como los enfermos precisan. Nueva generación de antibióticos que trataran de curar, ser más eficaces en determinadas patologías respecto a los que actualmente son utilizados. Interesante, sin duda, este avance.