En la serie Rumbo a Mondiacult 2025 es necesario poner de relieve el importante papel que puede jugar la Cooperación Cultural para el Desarrollo español en la Conferencia Mundial de Políticas Culturales y Desarrollo Sostenible (Mondiacult), que se celebrará en Barcelona en 2025, posiblemente en otoño.
Previamente la Cooperación para el desarrollo española tiene dos importantes citas. La primera, la Cumbre del Futuro, que se celebra los días 22 y 23 de septiembre de este año en la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, con el objetivo de alcanzar un Pacto Global o Pacto de Futuro, orientado a la acción, como expresión de la solidaridad mundial con las generaciones actuales y futuras.
Y la segunda, que España albergará la cuarta Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo a principios de julio de 2025, que supondrá un impulso a la movilización de todas las políticas y los recursos para el desarrollo por parte de la comunidad internacional para la consecución de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a nivel global.
Después de las anteriores ediciones (Monterrey en 2002, Doha en 2008 y Addis Abeba en 2015), la elección de España como sede evidencia su liderazgo para el logro de consensos, la apertura al diálogo y la construcción de puentes entre múltiples actores; pero sobre todo evidencia la solidaridad de la ciudadanía española, comprometida con la lucha contra la pobreza y el hambre, la erradicación de las desigualdades y las brechas de género, la protección de los derechos humanos, la prosperidad económica compartida, la protección del medio ambiente y la acción climática, la paz y la construcción de sociedades más justas e inclusivas.
Efectivamente, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) tuvo una participación muy activa en la Mondiacult 2022, celebrada en México, organizando foros internacionales, exposiciones, conferencias magistrales y eventos paralelos, de acuerdo con el Gobierno mexicano. La pretensión de la AECID era que Mondiacult 2022 definiera una agenda mundial que convirtiera a la cultura en motor de desarrollo sostenible, lo que exigía la transversalización de la diversidad cultural.
Y la Declaración de Mondiacult 2022 proporcionó pistas para renovar algunos elementos de la Estrategia de Cultura y Desarrollo de la Cooperación Española (2007); lo que permitirá además que esté en consonancia con la Ley de Cooperación para el Desarrollo Sostenible y Solidaridad Global (2023), que pretende mejorar, entre otras cosas, los instrumentos de coordinación, concertación y la solidaridad global entre los actores.
Cabe esperar que la Mondiacult 2025 nos deje también elementos que nos permitan seguir avanzando en la Cooperación Cultural, de ahí la importancia de que el Ministerio de Cultura, de acuerdo con la UNESCO, ponga en marcha algo así como un grupo de trabajo interministerial que vaya «ordenando» las muchas actividades a desarrollar, entre las que se incluyen, además de las propias de la Conferencia, la organización de un Foro Mundial sobre Políticas Culturales, donde quizás podría presentarse un primer Informe Mundial sobre dichas políticas.
Por todo ello, reiteramos que la Cooperación Cultural española y la AECID están muy bien posicionadas para la tarea, en la que tendrá un especial protagonismo su Dirección General de Relaciones Culturales y Científicas, que ejecuta programas como Patrimonio para el Desarrollo o Capacitación Cultural-ACERCA, que gestiona la Cooperación y Promoción Cultural, la cooperación universitaria y científica y la coordinación de relaciones, en la que están presentes la Red de Centros Culturales, las Oficinas de la Cooperación, las Embajadas y Consulados y otras instituciones.
Sería deseable coordinar también la participación de la diplomacia cultural española que, además de la AECID, cuenta con instituciones importantes como el Instituto Cervantes, Acción Cultural Española -AC/E- o la Fundación Carolina, y la de las instituciones iberoamericanas: la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) y la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB).
Señalamos además la importancia de la participación de la sociedad civil y sus organizaciones culturales de forma directa en la Conferencia y quizás también con un Foro específico. Por último, destacamos la importancia de contar con una estrategia para que los medios de comunicación se conviertan en una efectiva «caja de resonancia» de Mondiacult 2025.