Elevar a carácter de dramática esa idea de Internet como mero transmisor de datos propios y ajenos nos priva de la oportunidad de conocer nuestro ‘lugar en el mundo’. El ‘Día Mundial de Internet 2014’ se ha convertido en un punto de encuentro de quienes experimentan su privacidad como un proceso con otros y quienes distinguen senectud y olvido. ¿Cuál es nuestra relación con los objetos?
La mala-educación continúa siendo ese escenario donde prevalece un modelo de interrogar al niño y la niña, sugiriendo que las respuestas dotan de validez al mundo frente a la pregunta, objeto poseído por el interrogador. Convertir a niños preguntones en niños taimados no es la respuesta que merezca aglutinar el fin de la acción de preguntar. El interrogante es una grafía insinuante para generar lugares desposeídos. Esta mala-educación descartó los objetos y su objetividad en respuesta al orden de éstos. Todo este complejo neurótico que estudiara en su arqueología Michel Foucault y sus reglas superan la lógica subjetiva, limitando el espacio-tiempo del mundo. Sin embargo para el mal-educado la norma supera a la regla, que subjetivizada sólo espera respuestas.
El orden de los objetos compone un arbitrio sujeto al capricho de la mala-educación. Si analizamos el espacio-lugar en dependencia de las facultades subjetivas se converge sobre el común de los sentidos humanos. Así la voz como eco advierte de la resonancia del volumen geométrico, la visión busca el reflejo de la infinitud, el olor en su memoria reclama la intimidad del recuerdo, el sabor sólo la confianza en la digestión, y todo para dramatizar la textura de la interpretación por reconocer el mundo. Pero, a su vez, la mala-educación reclama para sí su ‘lugar en el mundo’ como propiedad del mundo.
La textura de la Red se compone de objetos no-privados. Y más acá de la obsesión compulsiva del mal-educado, está no desautorizar a los objetos del mundo para que desposeídos compongan múltiples geometrías al interactuar entre sí.
El ‘daimon’ del niño y de la niña siempre fue su genialidad, semejante a su acto desobediente, como esa insumisión de la Red donde los objetos son preguntas. Pero privar también es perder el sentido o los sentidos si al introducirnos en la hiper-textura de la Red somos capaces de categorizar acuerdos en su singular ecosistema. Porque la hiper-realidad sólo trata de aumentar la oportunidad de ser otros y/o con otros.
Creo que el ‘Día Mundial de Internet 2014’ se ha convertido en un punto de encuentro de quienes pretenden dejar de ser mal-educados, y quienes persisten en valorar lo propio y en su mundo, autorizando a la cognitividad como respuesta frente al riesgo del virtuosismo de ser espontáneamente ridículos. Así, el mal-educado continúa siendo un ser cognitivo que fomenta confundir identidad con idolatría, enajenándose finalmente en el ídolo y de su ‘lugar en el mundo’, al traspasar esta propiedad de su estar privado. El mundo propio no es un ‘lugar en el mundo’ y jamás, entonces, se pudo hablar de privacidad del sujeto.
Comenzaba esta apología del objeto reclamando tu ‘lugar en el mundo’ como lector/ra usufructuaria en Red. Usabilidad es tu accesibilidad. Y criticaba la arrogancia de entender Internet como mero transmisor de información, descuidando tu ‘lugar en el mundo’. Pero ahora reclamo, y ciertamente lo hago sobre el ‘Día Mundial de Internet 2014’, que me acompañes para dejar en depósito todas las preguntas posibles y recuperar aquel ‘daimon’ del cual nos privaron a causa de la mala-educación.
Te espero.