El debate Monarquía o República

La Monarquía, en si misma, no es democrática, sino solo en la medida que sea aceptada y sea útil para permitir que la democracia exista, funcione y permanezca. La opción republicana es más racional, pero no siempre cumple aquella triple utilidad, como bien nos enseña la historia, que también muestra defectos y errores de ambas instituciones.

Que se reabra ahora el debate de si Monarquía o República es normal y explicable, pero con casi cuarenta años de experiencia contrastada, no parece lo más adecuando en un momento de una compleja problemática acumulada. La libertad de expresión de ideas y preferencias, en los medios y aun en la calle, no puede ni debe ser coartada, precisamente esto es posible bajo la actual fórmula monárquica.

banderas-republicanas El debate Monarquía o República
Banderas republicanas en las movilizaciones sociales en Madrid

Lo razonable sería que las dos opciones -Monarquía o República- algún día pudieran someterse al voto expreso y directo de la ciudadanía y no dentro de un paquete de reforma constitucional, como se hizo y quizás se volverá a hacer. Como, por otra parte, seria también razonable que la vinculación entre los pueblos de un mismo Estado alguna vez pudiera ser sometida a la decisión libre y responsable de la gente. Sería, en principio, lo ideal que el marco constitucional lo permitiera y regulara.

Lo peor será acumular problemas vidriosos y de tal envergadura en un contexto de profunda crisis, con ambiente de descontento y de rechazo a casi todo. Claro que «a rió revuelto, ganancia de pescadores». Y, como se ve, siempre hay alguien al acecho para pescar en aguas turbias.

Lo sometido directamente a elección resulta, por principio, más democrático. Pero una excesiva radicalidad en este planteamiento, nos llevaría a rechazar a nuestros propios padres y hermanos, en el ámbito familiar, porque no los hemos elegido; como también, en el terreno social, a nuestros vecinos, que tampoco los hemos escogido.

Hay mucho de discutible en el origen y ejemplaridad de nuestra Monarquía, así como en el momento de plantear la abdicación, pero es más cierto que la institución monárquica fue y ha sido popularmente aceptada -principalmente por sus méritos-, ha sido útil y está formalmente consolidada. Así las cosas, todos los debates son lícitos y necesarios, pero sobrará toda crispación y oportunismo, que empiezan a asomar.

Lo deseable es que, sin ahogar deseos o clamores de mejora, sino todo lo contrario, las instituciones funcionen con la normalidad democráticamente prevista y establecida en su día por la voluntad popular. El debate es explicable, interesante y lícito, pero seguramente en este momento ‘no toca’, ni resolverá nada.

Wifredo Espina
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2 COMENTARIOS

  1. El país está hecho unos zorros, y hay quien ahora está agradecido al Rey. ¿Por qué?, ¿de qué? ¿No tiene nada que ver en esta situación? Si sólo reinó, pero no gobernó, no tiene arte ni parte en los logros que son de todos los españoles, sobre todo de los de abajo. En todo caso, se le agradecen los servicios prestados y tendrían que dejarnos decidir a nosotros qué régimen queremos. Sin amenazas, poeque para mí, la abdicación se trata solo de un intento de oxigenar la crisis institucional de un Estado víctima de una crisis estructural y a un viejo modelo de Jefatura del Estado reinstaurada por la dictadura franquista hace más de 35 años sin el apoyo de la sociedad española.
    Pero puestas así las cosas, y dado que han designado a dedo (ya sé será refrendado por el Parlamento de mayoría pepera, ya, con la ayudita del republicano de alma PSOE) conviene, entre otras cuestiones no menores, que el futuro rey recuerde algo dicho en su primer discurso: “…El mejor conocimiento del pasado favorece que las sociedades avancen con paso firme hacia el futuro, del mismo modo que los árboles precisan de recias raíces afianzadas en la tierra para poder crecer con más fuerza». Bueno, bueno, va a ser que nos nos vendrán conque hay que olvidar y pasar página de nuestro pasado y se va a implementar la Ley de Memoria Histórica en lo referente a la indemnización a las víctimas de la Guerra Civil y a su entierro digno, en línea con lo que Rajoy dice siempre cuando no quiere cambiar nada: “Hay que cumplir la Ley, nada fuera de ella”. Pues a ver si es verdad.

  2. Existe un principio. Nada es válido eternamente. El sistema monárquico fué aceptado en su momento por la mayoría de los españoles en una determinada situación social y democrática.

    Esta decisión no debe perpetuarse eternamente. La Monarquía goza de unos privilegios que convierte a los ciudadanos en comunes y privilegiados, al monarca no se le puede juzgar por sus actos. Esto en principio requiere ser cuestionado.

    En otro orden de cosas, la actuación de la Monarquía española no ha sido ejemplar, sino todo lo contrario. Salvo los halagos a su actuación en el 23-F. Actuación más que cuestionable y prueba de ello es que no se hayan querido desclasificar los documentos. El resto de actuaciones son muy cuestionables. El Rey no se ha enterado de la corrupción, de las calamidades de su pueblo, de los atropellos, etc.

    El pueblo quiere y tiene derecho a que se realice el referéndum. Franco se sometió en su día y lo gano. ¿No será democrático que lo mismo haga Felipe?

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