La Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (APBA) cuenta desde 2018 con la certificación Halal (lícito, permitido, autorizado en la religión musulmana) y con una dársena dedicada para el transporte de productos certificados, siendo el segundo puerto de Europa después del holandés de Rotterdam con esta normativa.
En Europa y resto del mundo son ya numerosos los puertos que cuentan con la certificación Halal por parte de alguna entidad certificadora internacional.
Algeciras fue el segundo puerto tras Huelva en contar con el certificado Halal. Así, por ejemplo, en el aspecto alimentario, los importadores de carne española garantizan a los países islámicos que el paso, almacenamiento e inspección del producto se ha hecho de acuerdo a la normativa internacional de carácter Halal.
El producto más exportado es el aceite de oliva, que, con el certificado Halal, ha incrementado sus exportaciones un 178 por ciento hacia países como Marruecos, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Malasia o Turquía. En concreto, desde Algeciras, han sido más de 180.000 toneladas en 2020, un 21 por ciento más que en 2019.
En el puerto de Algeciras cuentan además con este certificado la agencia Paublete, González Gaggero, la transitaria TIBA, Total Logistic, Docks Comerciales (concesionaria del Puesto de Inspección Fronteriza de Algeciras) siendo la última, Partida Logistics.
Asimismo, los restaurantes y cafeterías del puerto de Algeciras deberán ofrecer un menú Halal para los transportistas o inmigrantes musulmanes que usen sus instalaciones. Sin embargo, este año, al no haber tenido lugar la Operación Paso del Estrecho, la presencia de inmigrantes musulmanes provenientes de países europeos se ha visto mermada.
Hay que recordar que la APBA participó en 2020 en la jornada virtual ‘El mercado Halal una oportunidad para las empresas andaluzas’, organizada por la Agencia Andaluza de Promoción Exterior (Extenda) y el Instituto Halal.
En el Instituto Halal de la Junta Islámica han certificado a más de medio millar de empresas españolas, que gestionan más de cinco mil productos, muchos de ellas del sector alimentario pero también del turístico, logístico e incluso una compañía tecnológica.
En la certificación Halal, se deben satisfacer tres requisitos principales: no contener, ni incluir en su composición algo que sea ilícito según la ley islámica; la preparación, elaboración, transporte o almacenamiento de los alimentos debe hacerse mediante la utilización de aparatos o medios exentos de lo que se considera ilícito por la ley islámica y no haber tenido contacto directo con cualquier alimento que no cumpla los anteriores requisitos.
Dicha certificación es la herramienta que garantiza la trazabilidad de los productos y servicios, que dirigidos a los musulmanes cumplen, en toda la cadena logística, con los requisitos de la ley islámica y son aptos para el consumo tanto en España, como en los 27 países de Unión Europea (un mercado de 44 millones de personas) y mayoría de países musulmanes.
Detrás se encuentran productos no solo alimenticios sino también otros como cosméticos, en un mercado de 1600 millones de personas y 56 países. El mercado Halal cuenta con unos 5000 millones de euros de exportaciones en productos desde España.
Para obtener este certificado es necesario pasar auditorías de empresas, donde se hará la evaluación documental de los sistemas de calidad y producción. Se evalúan las muestras tomadas tanto en la propia fábrica como los productos finales. Por otro lado, el personal que se ve implicado durante todo el proceso de producción o distribución será evaluado.
Del mismo modo, también se ha desarrollado el proyecto ‘Mercado Halal’ que buscaba crear ventajas competitivas para empresas de Andalucía, Algarve y Bajo Alentejo y que culmina en abril de 2022.
Se contemplaban además de foros digitales, talleres, microrutas turísticas, una plataforma que potencie la venta de productos por vía digital y los servicios empresariales halal, además de participación en importantes ferias internacionales.
Uno de los últimos actos han sido la impartición de varios talleres teórico-prácticos en la Fundación Tres Culturas en Sevilla, así como el pasado noviembre en las localidades lusas de Beja y Mértola, esta última, hermanada con la marroquí Chauen.
El proyecto contó con una inversión de casi un millón de euros, en concreto, 946.853, de los que 710.140 financia el programa Interreg VA España-Portugal (Poctep 2014-2020).
