España envejece y por primera vez, las muertes superan a los recién nacidos en este país. El INE registra de nuevo datos que hacen pensar que el movimiento natural de la población que registra de forma estadística tanto muertes, como bodas, bautizos y funerales, ofrezca cifras alarmantes.
El índice de envejecimiento en España, por tanto, aumenta y logra una marca histórica del 118 %, lo que supone que por cada 100 menores de 16 años, hay 118 mayores de 64.
De seguir así, el INE calcula que el porcentaje de mayores de 65 años podría ser del 26 % en el año 2031 y en 2066 alcanzaría el 35 % de la población. Eso sí, el número de habitantes superará los cien años de edad y cerca de la mitad de la población tendrá más de 50.
La tendencia decreciente se registra desde hace una década y aunque los datos referidos a las defunciones corresponden a números normales porque hablamos de personas mayores de 85 años, la mortalidad este año ha sido algo mayor. Por otro lado, las mujeres que son primíparas tienen 1.34 hijos lo que hace que la natalidad haya descendido en torno a un 4 % anual. El número de matrimonios sigue descendiendo y ya son normales o equivalentes el número de parejas de hecho que se constituyen así como parejas del mismo sexo. El declive de los matrimonios católicos es importante y cifra en un 20 % las personas que deciden contraer matrimonio por la iglesia.
Estos datos, sumados al envejecimiento normal de la población hace que la atención primaria esté agonizando tal y como explicó Josep Fumadó, representante de Médicos de Atención Primaria Rural ante el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España ante la Organización Médica Colegial. Los médicos de familia tienen cupos que se aproximan a dos mil pacientes y atienden una media de 45 consultas diarias. Ciertamente no en todas las comunidades la atención primaria es igual y justifica las grandes desigualdades territoriales. Hay una carencia de médicos de familia y solamente a partir del número 5000 los estudiantes de MIR no eligen esta especialidad.
El envejecimiento de la población hace que la atención sociosanitaria esté en precario, que además, no exista un protocolo para atender a los pacientes crónicos, que llegan a serlo durante treinta años y que la medicina de familia esté en números rojos.
Esto supone que las enfermedades crónicas más el aumento de las enfermedades respiratorias, los cánceres y otras patologías de etiología distinta, hagan que la población mayor no esté atendida correctamente. El progresivo pero constante envejecimiento de la población, además reducirá a la mitad el crecimiento potencial de España del 3 al 1 % en una década. Todo un reto para el sistema público de pensiones, para la productividad y para la dependencia y atención de nuestros mayores.