España necesita un gobierno de transición para el cambio político

Los resultados electorales del 20 de diciembre de 2015 en España ponen de manifiesto una vez más que una mayoría social de izquierdas no ha sabido ponerse de acuerdo para que el Congreso de los Diputados refleje esa realidad política, que tiene suficientes objetivos comunes como para formar un gobierno de gestión que en un plazo determinado, pueden ser 24 meses, cambie las reglas del juego para hacer valer la voluntad popular.

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Congreso de los Diputados, diferencias entre 2011 y 2015

 

Según el escrutinio final del 20D, los partidos de izquierda en España PSOE, PODEMOS e IU han sumado 11.643.131 votos y 161 diputados, los partidos de derecha PP y CIUDADANOS 10.715.976 votos y 163 diputados, y los partidos nacionalistas de izquierda y derecha EH, DL BILDU Y CC 1.766.592 votos y 26 diputados.

Salvo que las presiones internacionales sobre PP y PSOE les fuercen a una coalición a la alemana, España parece abocada a unas nuevas elecciones legislativas en pocos meses, que de celebrarse con las mismas reglas que en la actualidad, no permiten aventurar un resultado muy diferente en términos ideológicos, aunque sí en un corrimiento del voto útil de derechas en favor del PP, que dejaría el país en manos de la derecha liberal y de unos gestores contaminados gravemente por la corrupción y las tramas empresariales que han facilitado la pobreza laboral y el enriquecimiento ilícito.

Así que teniendo en cuenta la confluencia que también se produce entre la izquierda española, la izquierda nacionalista, y en menor grado con la derecha nacionalista, existe la posibilidad de establecer un programa para el cambio político que podría incluir todas aquellas medidas que ya han comprometido previamente las fuerzas políticas, entre ellas:

  • Nueva ley electoral que avance en la proporcionalidad.
  • Derogar las leyes aprobadas solamente con el rodillo parlamentario del PP en la pasada legislatura, como la Reforma laboral, la Reforma educativa (LOMCE), la de Seguridad Ciudadana o “ley mordaza”, la Reforma de las pensiones, la Reforma del sistema eléctrico que penaliza las energías alternativas y permite la prórroga de las centrales nucleares como Garoña; así como la Reforma Local.
  • Derogar las normas que dificultan una aplicación real de las ayudas a la dependencia, la protección de la mujer, el derecho a la salud.
  • Restablecer la normativa que garantice la pluralidad en los medios públicos de comunicación.
  • Establecer los nuevos contenidos que debería tener la Constitución Española, especialmente en cuanto a blindar derechos fundamentales y establecer un Estado federal.
  • Mantener en este periodo de transición una nueva representación política ante la Unión Europea, apuntalando un eje de países del Sur que puedan enfrentarse con más eficacia a las imposiciones de Alemania y países nórdicos en materia fiscal.

Si se estima que el plazo para conseguir estos objetivos es de 24 meses, si se estima que puede hacerse en menos tiempo mejor, el acuerdo debería incluir también las medidas necesarias para incrementar los ingresos fiscales para evitar los nuevos recortes en servicios sociales a los que abocan en 2016 y 2017 los presupuestos que dejó aprobados el PP, y evitar así la injerencia de la Troika en el proceso.

Concluido el plazo acordado, se convocarían nuevas elecciones, para que los españoles puedan elegir un Parlamento acorde con el nuevo escenario social y político.

Xulio-Formoso-Mariano-Rajoy España necesita un gobierno de transición para el cambio político
Xulio Formoso: Mariano Rajoy, defensor de las esencias de la derecha española

 

Una opción alternativa pero con menos garantías de alcanzar estos objetivos sería dejar gobernar en minoría al PP y llevar a cabo los cambios legislativos desde el Congreso, pero sería un proceso llenos de incertidumbres, con más daño para los segmentos de la población que han resultado más afectados por las políticas implementadas en la pasada legislatura, y que el propio PP podría abortar en cualquier momento anticipando las elecciones antes de haber aprobado una nueva ley electoral.

6 COMENTARIOS

  1. Me parece un buen programa de mínimos para un gobierno de transición… con problemas por las previsibles revueltas internas en PP y PSOE (¿Recordáis la cara de Esperanza en el balcón? y el ego de Pablo Iglesias que desborda el monasterio de El Escorial.
    A las modificaciones enumeradas, añadiría la funesta reforma de la justicia que nos han metido de tapadillo (tasas y ley de enjuiciamiento criminal) y el principio del largo camino para denunciar el concordato vaticano (veremos qué cara de centrista se le pone a ese pequeño dictador teñido de naranja.)
    En cualquier caso habría que proceder esencialmente primero en lo político, de forma que no se nos echen encima los austericidas. La prensa alemana ya ha empezado y antes de que lleguen los Reyes Magos (que sólo llegan al sur) tendremos noticias de la troika acuciando la reforma de los presupuestos de 2016, la última trampa del PP antes de las elecciones. Veremos cómo salen de ella.
    En cuanto a la alianza con Francia e Italia en el seno de la UE no parece fácil que el PP vaya a dejarse arrastrar a un enfrentamiento, por ligero que fuese, con «mamá Angela» que luego no le acaricie las heridas..

  2. Amigo Rafael, el planteamiento que haces es bastante cuerdo y, seguramente, el que más podría beneficiar a España y a los españoles de a pie. Es una lástima que tanto PP como PSOE estén más por la labor de salvar sus trastes. Los «emergentes» sólo esperan que el carro pare para subirse a vociferar lo mal que lo han hecho los «tradicionales» y lo bien que lo van a hacer ellos. Creo que, una vez más, los del bipartidismo nos van a poner en nuevos aprietos. Y los nuevos seguirán con sus ínfulas de salvadores de la patria.

    El Supremo acaba de confirmar la prisión para una exalcaldesa del PSOE (la de Jerez), su antecesor (Pacheco, del partido andalucista) está en la cárcel, y la que ocupó su puesto (del PP) está siendo investigada por sus conexiones con la trama Gurtel. Sean del color que sean, la corrupción cabalga entre las huestes de todos los partidos. Ese debe ser el primer trabajo del nuevo gobierno: impedir la corrupción a toda costa. Cada día nos parecemos más a determinados países donde también se habla español.

  3. Escucho un debate en una televisión francesa titulado ¿el cambio es un programa? Se les ve muy repantigados en su alternancia y hablan del cambio como de «cosas del sur», mencionando repetidamente España, Grecia y Portugal. Me recuerdan estos «perros guardianes» de la opinión pública algo que acabo de leer firmado por Varoufakis, al que adoro, quien se niega a aceptar que se hable de «los griegos», «los irlandeses» o «los alemanes» porque, asegura, hay cigarras y hormigas en el sur y en el norte.

    Dice muchas más cosas para reflexionar. Es un librito publicado en Francia titulado «Nuestra primavera de Atenas». Supongo que en breve veremos una segunda puesta en escena de muchas de las cosas que explica.

  4. Incomprensiblemente, en estos últimos meses, cuando tanta gente ha recuperado la ilusión y las ganas, yo he hecho el viaje inverso y -como en la magnífica viñeta de El Roto- me preguntaba quién me iba a engañar esta vez. Porque con las opciones delante ni siquiera era capaz de intuir el voto útil.

    Eso no quita para que piense que, antes de que se monte el pollo en el Parlamento, debería alcanzarse este, u otro, acuerdo de mínimos para que la máquina empiece a rodar.

  5. Un análisis racional y lógico con seis punto clave y con resultados inciertos de cara al futuro inmediato. Independientemente de la supuesta coalición con sauerkraut, el suicidio político del PSOE comenzó hace ya algun tiempo pero nadie allí parece verlo; al igual que los lemmings siguen camino al despeñadero con la diferencia de que ni siquiera necesitan flautista, van ellos solos, felices de desbarrancarse.
    Soberbia caricatura de Rajoy, he visto decenas pero esta es la mejor y de lejos.

  6. Coincido con el análisis, sería un acuerdo de mínimos para pasar página de la nefasta labor del PP y sobre todo solucionar la cuestión catalana, una consulta aunque en principio no sea vinculante y una reforma constitucional son imprescindibles para salir del impasse. En cuanto al resto del programa, de acuerdo, pero insisto, con un acuerdo de mínimos ya que hay diferencias en los programas de la posible coalición de izquierdas, incluyendo los nacionalistas. La opción de dejar al PP gobernar solo acabaría con un Gobierno que no mandaría nada y lo haría el Parlamento que no aprobaría ninguna ley del PP que les intentaría dar la vuelta en el Senado aprovechando allí su mayoría, abocando a nuevas elecciones. Una coalición a la alemana sería la peor solución y un suicidio político para el PSOE.

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