Por increíble que parezca, hay un gobierno de izquierda en Europa, antineoliberal, que marcha bien, escribe Emir Sader[1] para ALAI.
Por increíble que parezca, porque parece que el clima no daría para eso. Syriza no ha logrado enfrentar en Grecia la austeridad de la Unión Europea. El PSOE se ha negado en España a una alianza con Podemos, que habría llevado a un gobierno como el de Portugal. Y los portugueses que escriben artículos sobre tantos temas, no ayudan para nada en difundir el gobierno de Portugal, un gobierno de izquierda que triunfa. Una actitud cobarde es sumarse al silencio de los grandes medios internacionales en contra del gobierno portugués, que une a toda la izquierda del país.
Cuando el gobierno de derecha, aun quedando en primer lugar, no logró, hace un año y medio, mayoría suficiente para gobernar, surgió la propuesta de un gobierno de toda la izquierda, que reuniera a toda a la izquierda: al Partido Socialista, al Frente de Izquierda y al Partido Comunista, que sumados tendrían mayoría para gobernar. Tuvieron que llegar a un acuerdo entre ellos, con concesiones mutuas. El Partido Socialista tuvo que abandonar su propuesta de flexibilización de las relaciones laborales, así como la de privatización del sistema de trasportes, pero sobre todo abandonar las políticas de austeridad que promueven una devastación social en toda Europa. Los otros grupos de izquierda no participan directamente del gobierno, pero lo apoyan, a partir de un documento que define el fin de la política de austeridad a cambio de la retirada de la posición de salida de la Unión Europea.
Al inicio había un cierto escepticismo sobre la viabilidad de ese tipo de gobierno, en medio de acusaciones terroristas de la derecha, según las cuales el país iría a la quiebra. Casi un año y medio después, el gobierno socialista de Antonio Costa va muy bien, es más popular que nunca, y con resultados económicos y sociales muy positivos, confirmando que la vía de la izquierda contemporánea es la de la unidad en la lucha por la superación del modelo neoliberal.
Los sueldos de los servidores públicos fueron recuperados, su jornada de trabajo fue reducida de 40 a 35 horas, el sueldo vital fue elevado en términos reales, al igual que las remuneraciones de los retirados. Al mismo tiempo que se respetan los criterios sobre los déficits presupuestarios, dado que ese déficit bajó al 2,3 % del Producto Bruto Interno, la cifra más baja de la historia democrática de Portugal. Todo ello acompañado de la recuperación del crecimiento económico y la disminución del desempleo del 12,3 % al 10,5 %.
“Nuestro principal objetivo era frenar el programa de la derecha, y lo logramos”, dice la joven dirigente del Frente de Izquierdas Catarina Martins, líder de la bancada de ese partido en el Congreso. “Nosotros hemos contribuido para impulsar un conjunto de medidas que van en la dirección de una más grande justicia social”, ha declarado Jerónimo de Sousa, dirigente del Partido Comunista de Portugal. Era necesario encontrar “respuestas a los problemas urgentes de salarios, retiro de los trabajadores y de funcionamiento del sistema de salud”, agrega. “El acuerdo que logramos fue el mejor posible con el 10% de votos que tenemos”, comenta Catarina.
Ese esquema es el que casi fue aprobado en España, por la alianza del PSOE con Podemos, pero fue bombardeado por los sectores conservadores del socialismo español. Portugal demuestra que es una vía posible: al igual que los gobiernos progresistas de América Latina, organizar un gobierno centrado en la lucha por la superación del modelo neoliberal. España mira con esperanza a Portugal, pero también Francia, donde un candidato de izquierda triunfó en las primarias del Partido Socialista y propone un frente al otro candidato socialista –Melenchon– y al candidato verde.
¿Pero por qué un gobierno de izquierdas que triunfa no es difundido por las fuerzas de izquierda y por los intelectuales portugueses, y otros que a menudo escriben sobre Portugal, para destacar los reveses y las dificultades de la izquierda? Colaboran así para sabotear a ese gobierno, dejándolo en la sombra. Parece que es gente a quien solo le gusta destacar los errores y los problemas de la izquierda, pero que no está dispuesta a difundir y a reconocer los avances de ésta. A pesar de todo, el gobierno de unidad de la izquierda en Portugal avanza y tiende a volverse una referencia para la izquierda de los otros países de Europa.
- Emir Sader, sociólogo y científico político brasileño, es coordinador del Laboratorio de Políticas Públicas de la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ).