El gran maestro italoestadounidense Fabiano Luigi Caruana de 25 años ganó el Torneo de Candidatos de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE, siglas en francés), celebrado en Berlín, que se prolongó del 8 hasta el 28 de marzo de 2018. Se enfrentará al noruego Magnus Carlsen por el título de campeón mundial de ajedrez del 11 al 30 de noviembre en doce partidas.
Caruana era uno de los ocho candidatos, ya antes del torneo y en base a un millón de simulaciones previas, las posibilidades de triunfo de cada candidato le situaban en el segundo puesto: el armenio Levon Aronian 21,2, Fabiano Caruana 17,8, el azerí Shakhriyar Mamediarov 17,8, el estadounidense de origen filipino, Wesley So 12,3, el ruso Vladimir Kramnik 11,9, el chino Ding Liren 8,4 y los rusos Alexander Grischuk 6,9 y Sergei Karjakin 4,2.
Si se compara con los resultados finales: 1º Caruana 9 puntos; 2º-3º Mamediarov y Karjakin 8; 4º Ding Liren 7,5; 5º-6º Grischuk y Kramnik 6,5; 7º So 6; 8º Aronian 4,5. El torneo fue muy intenso y Caruana repetía favoritismo, de hecho, estuvo hace dos años a punto de ser candidato pero perdió en la última partida ante Sergei Karjakin. Ganó su última partida con negras ante Grischuk mientras en Berlín, Alemania perdía ante Brasil 0-1, en un amistoso previo al Mundial de Rusia.
El favorito, el armenio Aronian quedó el último, tal vez porque ha sido el que más ha arriesgado y el que de todos tiene un juego más creativo, lo que conlleva riesgos, dejando partidas para el recuerdo aunque haya sido perdedor. La sorpresa mayor ha sido por un lado, el único invicto, el chino Ding Liren -ojo con China, millones y millones de jugadores y líder en el ajedrez femenino- y por otro, el papel de Karjakin al que muchos desahuciaron antes de tiempo y que estuvo cerca del triunfo y repetir como candidato dos años después. La escuela rusa que presentaba tres candidatos sigue siendo una garantía. Por cierto, Karjakin y Caruana coinciden en el cambio de bandera antes de optar al campeonato mundial, aunque ahora la luzcan. El italoestadounidense tras decir que era “un gran honor representar a mi país de origen” exhibió la bandera estadounidense tras ganar.
Carlsen, campeón desde hace casi un lustro, defiende el título por tercera vez, tras las victorias en 2014 ante el indio Anand y en 2016 ante Karjakin. En cuanto a los enfrentamientos previos entre el noruego y el italoestadounidense, desde el inicial en 2007, Carlsen ha ganado 17 partidas, perdido 10 y han hecho tablas en 17 ocasiones, si bien Caruana no ha logrado ganarle en los últimos tres años.
Caruana será el primer nacido en Estados Unidos en disputar el campeonato mundial desde 1972 (si bien durante el cisma del ajedrez mundial con dos campeonatos, en 1996 Gata Kamski, de origen ruso llevaba la bandera americana) pero cualquier comparación con Bobby Fischer (1942-2008), es simplemente ridícula y esconde llamar la atención mediática. Ni por época, trayectoria, juego, carácter u otro aspecto se parecen en nada, ni tan siquiera en su origen. Tan solo hay una clara coincidencia, ambos pasaron la infancia en el barrio de Brooklyn en Nueva York.
Caruana, si bien nació en Estados Unidos, en concreto en Miami, tras pasar por Nueva York, residió mucho tiempo en Europa, en Hungría, Suiza, -en concreto el cantón de Tesino, de habla italiana-, incluida también una estancia en Madrid, -consiguió el título de gran maestro con 14 años- y consiguió el campeonato nacional italiano en cuatro ocasiones (2007, 2008, 2010 y 2011). Su reciente cambio de bandera tiene una explicación.
Previamente advertir que aunque se ha anunciado que el campeonato mundial será en Londres ya se prevén próximos movimientos para que se traslade bien en su totalidad o una parte del torneo a Estados Unidos, posiblemente a su capital ajedrecística, San Luis, gracias a los millones que está dispuesto a aportar –y que no despreciará la FIDE, tan necesitada de caudales- del denominado Tío Gilito del ajedrez –otros lo comparan con Michael Corleone-, el más que millonario, Rex Sinquefield.
Este mecenas es el auténtico muñidor en bambalinas para que Caruana cambiara Europa y la bandera italiana a la que representó hasta julio de 2015 por la de barras y estrellas. Ese cambio tuvo un coste que se calcula en unos 200 000 euros. La propia federación estadounidense no da detalles de quién pagó la transferencia aunque tiene un fondo para pagar a jugadores interesados en trasladarse a Estados Unidos, los países de origen por número de traslados son India, Armenia, Cuba, Rusia, Ucrania, Filipinas –origen de Wesley So, el otro candidato estadounidense-, Georgia, Azerbaiyán y Colombia.
Con este fichaje y otros, el millonario logró que Estados Unidos ganara la Olimpiada de Ajedrez en 2016 tras décadas de ostracismo. Sobre el reclutamiento de Caruana explicó: “hice mi parte, no puedo jugar” y sobre la posibilidad de repetir la jugada de comprar jugadores, “estoy abierto a sugerencias”. Todo es legal, por supuesto, las transferencias entre federaciones de ajedrez y cambios de nacionalidad son usuales. Un presentador televisivo, Jon Stewart de la serie ‘The Daily Show’ señaló al propio Sinquefield: “Estados Unidos está comprando empollones mercenarios”.
El propio Carlsen lo considera así, un jugador mercenario, y en una red social se burló de él tras la celebración de la Olimpiada de Ajedrez de Bakú en 2016 que ganó Estados Unidos: “quinto puesto” –en alusión a Noruega- “orgulloso de los compañeros de equipo, probablemente con otros se podría ir más lejos aunque me pregunto si Caruana y So todavía están a la venta” escribió en una red social el 13 de septiembre de 2016.
Un inciso reciente, sin embargo Caruana renunció a jugar en Arabia Saudí en diciembre de 2017 a pesar de la buena bolsa económica existente, al contrario que Carlsen que recibió críticas por este hecho –incluido su país, Noruega- y que, además, se vio condicionado por el gesto mediático de la negativa en participar de la hasta entonces campeona femenina en ajedrez rápido y blitz o relámpago, la ucraniana Anna Muzychuk.
El millonario Rex Sinquefield, nacido en San Luis, tiene como objetivo, y a la vez como obsesión, lograr que un estadounidense sea campeón del mundo, en concreto, auguraba que en 2020 pero ahora se le presenta la ocasión propicia. “Este es uno de los logros más significativos e históricos para el ajedrez estadounidense en años” ha declarado tras conocer la victoria de Caruana. En 2013 creó una Copa que lleva su apellido, la Copa Sinquefield, con un cuantioso premio, que ganó Caruana en 2014 tras siete victorias seguidas.
En la comparación con Fischer tampoco ayuda el nulo conocimiento del ajedrez que tiene el actual presidente estadounidense, Donald Trump, mostrado tras una intervención en Ambridge, durante la campaña presidencial en octubre de 2016. Una anécdota es que el propio Sinquefield tras esas declaraciones, llamó al entonces candidato con Trump, y hoy vicepresidente, Mike Pence, para darle a conocer la evolución del ajedrez en el país pero el político le contestó diciendo que no tenía noticia de las manifestaciones y que se lo contaría a Donald Trump. Finalmente, no se sabe si lo hizo.
Por último, citar que el excampeón mundial, Gari Kasparov, -residente en Nueva York desde 2013- es un fiel aliado del millonario que usó su evidente influencia para nombrar al ajedrecista como doctor honoris causa por la Universidad de San Luis.