Se cumplen treinta años de aquel día de agosto de 1988 en el que un jovencísimo guitarrista se llevó a golpe de méritos musicales sobre las seis cuerdas el preciado premio Bordón Minero de las Minas de la Unión. Treinta años más tarde llega a la ciudad minera como maestro indiscutible de la guitarra, tanto en toque como en composición y creador de espectáculos orquestales, con temas de su última producción discográfica Memoria de los sentidos o regreso al flamenco genuino, que es lo que lleva en el alma desde sus orígenes. En escena, Vicente Amigo.
Arrancó con guitarra solista por Tarantas, en honor al lugar en que se encuentra y en memoria de aquellos lejanos concursos de 1988. Se le nota desde el primer minuto contento, relajado, dispuesto a disfrutar, como si para él esto no fuera trabajo. Un ejemplo de saber fundir trabajo y responsabilidad en puro disfrute, de ahí que los sonidos salgan sin esfuerzo, como si la música estuviera escondida en su guitarra y el tacto de sus largos dedos en trastes y cuerdas la sacara al exterior. Su expresión lo dice todo: se divierte y se recrea transmitiendo sentimientos a través de sonidos llenos de ritmos y belleza.
Salen a escena sus músicos. Por su derecha, el bailaor El Choro, el cantaor Rafael de Utrera y el gran Paquito González en la percusión. Por su izquierda, el guitarrista Añil Fernández y el bajo eléctrico Ewen Vernal, quienes ya estuvieron en la presentación absoluta de este trabajo el 1 de mayo de 2017 en el Teatro Real de Madrid. Más tarde llegaría Pedro el Granaíno como artista invitado para cantar entre otras cosas Las cuatro lunas, bulerías con letra de Vicente Amigo dedicada al torero Alejandro Talavante.
Esta noche en concierto libre incluye canciones que le gustan y que gustan de otros trabajos anteriores; del álbum Un momento en el sonido sigue ahora por tangos, ya con todos sus músicos, que juntos suenan como orquesta de más instrumentos; esa es la impresión que se vive.
Del álbum Paseo de Gracia de 2009, sintiéndose muy personal en la noche unionense, incluye en su repertorio Autorretrato, unas bulerías por soleá subrayadas por la voz de registros casi infinitos de Rafael de Utrera con gran apoyo de percusión de Paquito González y una primera incursión de El Choro al contrapunto con ese zapateado tan suyo y personal.
¡Qué gran noche para cerrar las galas del festival! Mucho público en la sala, que va creciendo en fervor por lo que sucede en el escenario. Incursión en el trabajo que da título al concierto de esta noche con un tema festero, Amoralí, rumbas de ida y vuelta y la cara de Vicente que ríe de contento y disfrute; se le ve feliz en este concierto. Sigue la onda festera con unas bulerías puestas en escena para lucimiento del bailaor. La diversión y la alegría de vivir invade definitivamente la sala, que la atruena con aplausos a cada final de tema.
Seguimos en la “Memoria de los sentidos”, ahora con el palo madre de los palos flamencos, la soleá, con tema muy querido por el guitarrista sevillano, Sevilla, un claro homenaje en recuerdo de su tierra flamenca por excelencia. Compositor y letrista en el tema siguiente, para lucimiento de la voz grave, dulce, profunda y melismática de Pedro el Granaíno. Y para seguir con el Granaíno llegan esas Cuatro lunas por bulerías, con esas letras:
La luna de Talavante está llorando
Esta llorando la luna de Talavante
Está llorando
Está llorando sea creciente o menguante
Está llorando la luna de Talavante.
Al final llega el homenaje al maestro de maestros de la guitarra, a Paco de Lucía y no podía ser de otra manera que con el Réquiem.
Será la tierra, serán los soles,
Mares y luna quienes te añoren.
Será el Flamenco,
Quien con más fuerza
Te eche de menos y te llore…
Esta noche cantan al alimón Rafael de Utrera y Pedro el Granaíno. Entonces estuvieron en el disco además de los dos cantaores de esta noche, Miguel Poveda, Arcángel y Niña Pastori.
Y esta noche como espectador de lujo estuvo en la sala Arcángel, quien tras su actuación de la noche anterior, se quedó en La Unión para no perderse el concierto de su amigo Vicente.
Casi dos horas de concierto y nadie se quiere ir. Vicente rescata de su álbum Tierra de 2013, de música clásica, el tema Roma, para así completar un recorrido extenso por su trayectoria musical. Y como siempre pasa con los conciertos de Vicente Amigo y acompañantes de lujo: son inolvidables.