Una hace el recorrido por Coyoacán visitando las habitaciones de una casa azul desde un 6 de julio de 1907 hasta el 13 también de julio de 1954 y se siente fortalecida por el testimonio vital de Frida Kahlo: una postura que amalgama realidad, denuncia, amor, transparencia, ironía para asumir los temas humanos con intencionalidad política y belleza desde la perspectiva de la femineidad.
Frida Kahlo se viste de flores para llorar. Pintándose se celebra, seduce y revela. También se rebela. Mucho se ha dicho y escrito acerca de su dolor desde que ella misma lo mencionara en palabras y color. Siendo ícono femenino de la estética, la vastedad de su obra demuestra que las personas que aman apasionadamente son fauna silvestre: no pueden vivir en cautiverio.
Una se sienta en la noche para, entre sorbo y sorbo de aguardiente de penca, echar de menos a su amado y los trazos coloridos de Frida se le vienen trepando al recuerdo hasta que se le enreda la memoria y no sabe una si la voz es de una o de ella de tan femenina que es, tan de grito de guerra, tan de no me invadas compañero, tan de estar borrando a besos las cicatrices, tan de estar abriendo nuevas heridas con caricias que no llegan.
Como Frida se puede vivir resistiendo, ignorando las señales que nos envía la muerte pese a que nos desalojen de nuestros emplazamientos de lucha o prohíban nuestra voz; demandando la aplicación de la ley del sentido común, exigiendo respeto a las causas justas.
Una se levanta tempranito en la mañana con ganas de abreviar los tiempos de la ausencia y detrás del espejo surge Kahlo llenando de escaramujos y otras flores la alcoba, sin jabón para la ropa, sin lampazo ni sartén por el mango, sin pepitas en la lengua ni en los pinceles que no saben expresar lo que la sociedad espera: ese pobrecita mujer afanada que somos o qué será de mi si te vas compañero.
Es preciso vivir soñando siempre, creyéndonos seres alados que recorren el universo junto a Xolotl, inventando motivos para ser felices a diario, decidiendo enloquecer a fuego lento, planteándonos la autonomía cultural como pecado a cometer aunque nos merezca el infierno de la incomprensión y el hostigamiento finamente orquestado.
Se puede vivir amando apasionadamente en cualquier momento, con escalofrío y sobresalto, recibiendo acusaciones de ser culpables por nuestras manifestaciones de afecto. Se puede vivir convenciendo, argumentando la felicidad a fuerza de emprender un ayuno indefinido, sacrificando todo menos los principios, entregando la salud de ser preciso, infligiendo con ello una herida al sistema represivo; eternamente solidarizándose con el dolor y las luchas que, al pertenecer a la humanidad, jamás son ajenas.
Una traza la abscisa de su vida y hay continuidad en la búsqueda de nuevos lenguajes cromáticos que muestren el contenido sin cortinas de forma. Una mira cada uno de los óleos de esta Afrodita mexicana que teniendo el cuerpo destrozado mantuvo el espíritu incólume y se anima a contemporizar su ejemplo, avasallar los prejuicios, perder el maquillaje de las letras, resucitar entre los escombros de las causas perdidas y atreverse a besar la vida con la pasión inigualable de quien se sabe el ser más hermoso del universo.
Tal vez, desde lo más profundo del color que jamás está en huelga de silencio en las pinturas de Frida, aprendamos a vivir dejando la piel y el alma en el terreno al asumir responsablemente el acompañamiento y soporte de lo amado…enamuriéndonos.
enamuriendonos??? hermosa combinacion. Siempre me queda clavada alguna frase de tus escritos, pero este está entero en mi, tiene expresiones profundas, imagenes profundas, es bonito regalo el que nos haces, Ile. Llegó en un buen momento este escrito de la Frida.. felicidades
Admirables tanto el texto como el dibujo. Diferente a todo lo que se acostumbra a hacer sobre Frida cuando llegan estas fechas. La Frida Flor observando a la Frida sumergida en el tapiz. Espléndido, no hay otra palabra para describirlo. La gran Frida debe sentirse feliz de que todavía el lugar común cursi y ramplón no se devore la originalidad y la excelencia.
Qué magnífico dibujo, extraordinario verdaderamente. Frida sale de las flores, emerge de ellas como una flor más. Flor principalísima y primordial. Exquisito. El colorido y la composición se asemejan a un tapiz mexicano. Supongo que esa fue la intención. Es genial. Lo mejor que le he visto a Xulio Formoso. El texto está bien, muy poético y lírico pero un poco desfasado, ligeramente fuera de lugar. No es de los mejores.