Un año sin ti y tres años del comienzo de la lucha. Jamás pensamos que te ibas a morir; solamente creíamos que era un escalón que había que bajar con mejor o peor acierto. Pero la enfermedad nos elige y no nos permite seguir en algunas ocasiones. 
Pablo Ráez es hoy un icono; eres un icono, ¿lo sabes?. Tu mensaje de solidaridad, de paz y amor ha servido para que muchas personas que ignoraban qué significaba donar médula, hoy lo hagan con normalidad. Has inspirado a muchos jóvenes a seguir porque en tu corta vida has sabido transmitirles la fuerza y la necesaria energía para que no malgasten la suya.
Eres el faro de muchas personas que luchan contra la leucemia y les estás dando la inspiración necesaria para continuar; porque se trata de continuar en esta vida a pesar de la vida; hasta el último día con la misma grandiosidad que tú tuviste. Eres y seguirás siendo el icono de la lucha contra la leucemia que nos hizo despedirte pero que no nos hará olvidarte. Tu valentía hizo que se multiplicaran por 1.300 las donaciones de médula solo en tu ciudad natal y hoy, aún hoy, queremos seguir informando lo que tú hubieras querido; que cada día es mágico, y siempre hay que vivirlo; ¡así que dona médula!
Tu lucha y el mensaje que nos dejaste se mantiene vivo porque tú estás entre nosotros. 80.000 nuevos donantes solamente en un año y en 2018 será, según dijo la ministra de Sanidad, un recórd histórico de trasplantes de médula ósea, y sabes quién está detrás de todo eso, ¿verdad? Pablo, solo tú.
Gracias a ti muchas personas han pasado de ser espectadores a ser donantes. Gracias a ti los trasplantes de médula están curando a muchos niños; a muchos jóvenes; a muchas personas que hoy viven aunque no tu no tuvieras la misma suerte. El altruismo, la generosidad y los valores que les hicieras comprender hoy se convierten en donaciones. Hace un año que te fuiste. Sigues entre todos nosotros y sigues en la mente de todos los que hoy esperan un diagnóstico o el final de la enfermedad. La leucemia está ahí y no la podemos elegir. Lo que sí es cierto es que nos enseñaste a donar. Gracias por tu esfuerzo, por tus palabras, por tu sonrisa.
Pablo, seguirás estando entre nosotros porque las personas como tú, nunca mueren.
