Greenpeace denuncia el abandono de las víctimas de Fukushima

EQUO pide el cierre inmediato de las centrales nucleares en España

Tatsuko Okawara

«Mi vida ha dado una vuelta de 180 grados. Tengo mi propia casa pero no puedo volver. Tengo tierra pero no la puedo utilizar. Soy un granjero pero no puedo serlo nunca más en Iitate», explica Kenichi Hasegawa, quien era granjero en la prefectura de Iiate y que lleva tres años viviendo con su mujer y su madre en un piso en la ciudad de Fukushima.

«Por favor no se olviden de Fukushima. El mundo debe aprender de Chernóbil, de Three Mile Island y de Fukushima».

Este es uno de los testimonios de víctimas de la catástrofe recogidos por Greenpeace tres años después del accidente nuclear de Fukushima, que constatan el abandono de los afectados. Greenpeace pide que el dolor y el sufrimiento de las víctimas no se olvide y reclama a la industria nuclear que se responsabilice de las consecuencias de la catástrofe nuclear.

Coincidiendo con este aniversario, la organización ecologista también ha publicado el informe Huyendo de la responsabilidad en el que analiza cómo los proveedores nucleares continúan eludiendo su responsabilidad. Greenpeace documenta cómo funcionarios públicos de distintos países (Estados Unidos, India, Canadá y Japón) están ayudando a la industria atómica para que siga sin asumir responsabilidad en caso de otro accidente nuclear. En concreto, el Convenio sobre Indemnización Suplementaria por Daños Nucleares (CSC) proporcionará una protección internacional casi perfecta incluso en casos de negligencia.

«La industria nuclear lleva 60 años ignorando una simple lección: si lo rompes, lo pagas», ha declarado Raquel Montón, responsable de la campaña Nuclear de Greenpeace. «Pero quien paga sus platos rotos son sus víctimas. Ahora es en Fukushima, mañana podría ser en cualquier lugar del mundo. Por ello debemos eliminar la energía nuclear lo antes posible».

En el documento se expone cómo los proveedores de reactores y otros componentes nucleares buscaron protección especial de responsabilidad en la década de 1950 y siguen buscandola en la actualidad. Los convenios internacionales actuales sobre responsabilidad nuclear y las leyes nacionales apoyan injustamente a la industria y son contrarias a los conceptos básicos de responsabilidad legal.

La organización ecologista hace un repaso por los principales acontecimientos desde que tuvo lugar el accidente que destruyó tres reactores de la central nuclear de Fukushima Daiichi en marzo de 2011. Greenpeace destaca las irresponsables actuaciones de TEPCO, del Gobierno japonés y de las agencias nucleares, su repercusión en la salud pública y el actual estado de los reactores.

«Greenpeace mantiene su apoyo a aquellos que perdieron a sus seres queridos en el terremoto y el tsunami, pero también su solidaridad con todos los habitantes de Fukushima cuya salud está en riesgo y pide apoyo para reconstruir su vidas», concluye Montón.

Tatsuko Okawara es una marionetista de Tamura City, en la prefectura de Fukushima. Le preocupa que la gente olvide lo que pasó en la central nuclear de Fukushima Daiichi. Que se piense que el desastre ya ha terminado. «Olvidarse de las cosas significa que hay una posibilidad de que puedan volver a pasar. Este es mi mensaje. Es la teoría de la historia. La gente que se olvida de cómo es la guerra es la que empieza la siguiente guerra. Olvidarse de cosas da mucho miedo, pero el sufrimiento sigue».

EQUO pide el cierre inmediato de las centrales nucleares en España

Greenpeace pide el cierre de la central nuclear de Garoña

Coincidiendo con el aniversario del desastre de Fukushima, EQUO ha exigido al Gobierno el inmediato cierre de las centrales nucleares operativas en España, debido a los graves riesgos a los que se expone la ciudadanía y a la ingobernabilidad experimentada en recientes accidentes nucleares. También ha señalado al necesidad de apostar por un modelo más seguro, barato y sostenible, que esté al servicio de las personas.

En este sentido, EQUO ha recordado las terribles consecuencias que el incidente implicó para la población japonesa, como es el caso de la emisión de radioactividad a la atmósfera y al agua. Unos efectos que perdurarán durante muchos años y que aún no están controlados.

Este partido político también ha exigido al Gobierno que deje de ceder al chantaje de Nuclenor, y ordene el inicio inmediato del desmantelamiento de la central nuclear de Garoña. La central de Garoña, operada por Nuclenor (sociedad formada por Iberdrola y Endesa), ha superado ya la vida útil para la que fue diseñada, y se encuentra en parada desde diciembre de 2012. Es una central gemela de Fukushima I, la que más daños sufrió en el accidente de Japón.

A juicio de EQUO, queda de manifiesto cómo el Ejecutivo de Rajoy antepone los intereses de las grandes empresas a los de la ciudadanía. Así, el coportavoz federal de EQUO, Juan López de Uralde ha criticado que «el Gobierno está cediendo al chantaje de Iberdrola y Endesa, dos empresas que anteponen claramente sus beneficios económicos a la seguridad de la ciudadanía».

Esta formación ha señalado que los análisis efectuados después del incidente de Fukushima revelan que dicha central debe acometer importantes obras de mejora de su seguridad ante accidentes, obras que de momento siguen pendientes de ejecución. Aún así, el gobierno parece ceder al chantaje de las eléctricas, y ha anunciado un real decreto que permitirá la reapertura de la central de Garoña, aún cuando todavía no ha realizado esas obras de mejora de su seguridad.

EQUO ha pedido también al Gobierno que empiece el cambio de modelo energético, desde el actual basado en los combustibles fósiles y la energía nuclear, altamente contaminantes y dependientes del exterior, hacia un nuevo modelo basado en las energías renovables, limpias y autónomas. Para Uralde «las energías renovables a fecha de hoy son una alternativa real, tanto desde el punto de vista técnico como económico, además de ser una fuente importante de generación de bienestar y empleo. Es hora de apostar claramente por las energías renovables».

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