Huérfanos de Google-news

Les aconsejaría jugar al número 16.014. Existe una tradición española sobre lo oportuno de apostar por números vinculados a: cataclismos, catástrofes, accidentes, desgracias… Las predicciones de los agoreros son credo para quienes encuentran la recompensa en el azar.

El oficio de agorero se debe a sus prosélitos. Definidos quienes creyentes de su causa perciben los procesos sin pasos intermedios, olvidando la ruta de los acontecimientos sobre otra lógica sospechosa. De la misma manera, mentir es desordenar elementos aunque sean todos éstos nombrados de manera accidental.

Evidentemente, me refiero  a la crónica sobre la inclusión del ‘pago por enlazar’ como obligatorio en España. Tal y como recoge la reforma de la ‘Ley de Propiedad Intelectual’ aprobada por el gobierno de España. Y todo esto a expensas de la reforma del Código Penal español que criminalice la utilización de ‘enlaces’ en internet y las redes sociales de manera no-autorizada.

La mediocridad de criterio es ese oportunismo de la cultura por el reconocimiento de los atributos de: un objeto, un bien, un producto o una persona (si se entiende como objeto finalizado el individuo adulto) en boca de quien se atribuye su producto. Es terrible confundir atribución con propiedad. Más cuando la atribución se debe a ese estigma de quien por potestad es capaz (y muchas veces por jerarquía) de ocultar los residuos de los elementos (a veces latentes) que se mantienen en planos secundarios de los objetos-productos, por razón de que fueron proceso y la gestión de su proceso.

Las equivalencias entre atribuciones y propiedad genera un objeto-producto que es socializable acorde a la accesibilidad al objeto, cuando la medida de su socialización se corresponde con otra atribución-social: el poder de consumo del producto en orden al valor arbitrario del mismo, si el valor es la monetarización de su tránsito-social.

La pugna conceptual, de quienes por ejemplo hablan sobre las TIC (Tecnologías de la Información de la Comunicación), entre ‘accesibilidad’ y ‘conectividad’ incide en afirmar la superación de la accesibilidad a las TIC por la conectividad  a las mismas. Lo cual confirma, a su vez, esa afirmación del producto del deber ‘estar en el mundo conectadamente’ con el gradiente de accesibilidad al producto.

La confusión entre ‘proceso’ y ‘producto’ pervierte nuestro propio concepto de participación social y política. Al entenderse participación por el producto de una acción puntual (y muchas veces anacrónica por desactualizada) en contra del proceso de participación que soporta su calidad en su gradiente de participación por acceso informado.

En este sentido, afirmar: el proceso, las diversas capas del proceso y la conversión del proceso en verificable; multiplica la necesidad de entender el proceso como multitarea sincrónica con otros para actualizar el consenso-creativo y generativo.

Incorporar esta mirada, ayuda a poder dimensionar el entendimiento sobre la apropiación del producto. Más si hemos incorporado el espacio posibilitador del horizonte de esa mirada sobre los ecosistemas-TIC. Horizonte que no puede ser negado al haberse completado de acciones no sólo de los pioneros sino de quienes co-participan diariamente en el tránsito en un espacio (denominado aún virtual) ya enlazado e integrado. Razón de denominar a la ‘web’.

El pensamiento como proceso enlazado que es, puede ser representado de diversas maneras dependiendo del tamaño de la red en el espacio donde la idea es expresada. Pero el carácter de lo expresable define meramente la elección del soporte que en un entorno transmedia es compatible con su despliegue a través o en numerosas plataformas de comunicación. Más en un espacio proclive, en el que el consumidor del medio participa y quiere participar en el proceso. Afirmándose, de nuevo, algo que persigo explicar en este texto, que enlazar es: despliegue del espacio, contribución a la emancipación durante el proceso, afirmación del gestor o gestores del mismo, desarrollo y socialización participada y aprendizaje sobre el acuerdo actualizado con otros durante el proceso creativo.

La interpretación sesgada del significado de las palabras debe obligar a hacer recordar el primer acuerdo sobre éstas para resetear el debate de ideas que se acumulan por dichas pero no-pensadas. La palabra ‘autor’ proviene del latín ‘auctor’ que significa instigador o promotor. De esa manera el ‘autor’ no debe entenderse como el creador de nada sino como el gestor perfeccionador y divulgador de un proceso.

Las autorías son el cúmulo perpetuable de lo dicho, al ensalzar la vida de las cosas.

Kepa Paul Larrañaga
NETólogo, Especializado en Derechos de Infancia. Experto en “Gestión estratégica y liderazgo social”, por el Programa del Departamento de Gestión Pública del IESE. Actualmente (desde enero de 2014 hasta la actualidad en relación a infancia y adolescencia): ➣ Codirector del libro coeditado por UNED, Ministerio de Justicia y Thomson Reuters­Aranzadi "Menores e Internet". ➣ Coordinador del “Diccionario de Política e Intervención Social sobre Infancia y Adolescencia” coeditado por FAPMI (Federación de Asociaciones para la Prevención del Maltrato Infantil), SENAME (Servicio Nacional de Menores de Chile) y Thomson Reuters­Aranzadi. ➣ Miembro del “Grupo de Trabajo Público­Privado de Menores e Internet” de Red.es para la Agenda Digital española. ➣ Evaluador del II PENIA (Plan Estratégico Nacional de Infancia y Adolescencia). ➣ Vocal Asesor de la Cátedra Santander Derecho y Menores de la Universidad Pontificia Comillas (ICADE) ➣ Miembro de OCTA (Observatorio de Contenidos Televisivos y Audiovisuales)

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