Luis de Luis[1]
Y José Luis Gómez desaparece del escenario y lo hace por partida doble será, por turnos, un actor que estudia a Unamuno y, el mismísimo Don Miguel de Unamuno y Jugo en toda su señorial presencia y magnifica sabiduría.
A lo largo de un intenso y sabio diálogo entre Unamuno y su alter ego se irá narrando la hora más amarga del rector de Salamanca , o, lo que es lo mismo, la hora más amarga de una España deshaciéndose a manos de las iras y los odios, las venganzas y la sinrazón: la España de la ilustración y la democracia pulverizada por los Hunos y por los Hotros y, en medio, solitario, repudiado, silenciado y apartado, el sabio vasco: recitando poemas, paladeando dudas, acribillado de decepciones, inerme de desilusiones.
Gómez hace que fluyan a través de la figura de Unamuno (o, tal vez, también, al revés) toda la complejidad del hombre; del español, del ciudadano, del hombre de bien, del hombre lúcido, del erudito que está preso en las convulsiones y la violencia que asolaron este país en 1936.
Desbordante de ademanes chaplinianos, desbordado de certezas de hidalgo, con su mirada de dentro, José Luis Gómez (o, mejor dicho, Unamuno; o, aún mejor, el actor que le interpreta) interperla a cada espectador, le hace dar la cara y tomar partido ofreciéndole a legendario escritor en toda el gozoso esplendor de sus contradicciones, sus (in)coherencias y sus (des)conciertos que son, claro, los de cualquiera en una interpretación que roza lo mágico, y lo hace de lleno.
- Luis de Luis es crítico teatral
FICHA ARTÍSTICA
REPARTO
José Luis Gómez
Dirección: Carl Fillion y José Luis Gómez
Con la contribución textual y dramatúrgica de Pollux Hernúñez
Espacio escénico: Carl Fillion
Escenógrafo asociado: Eduardo Moreno
Iluminación: Felipe Ramos
Videoescena: Álvaro Luna
Espacio sonoro: Eduardo López