La eficiencia energética, una obligación para las familias españolas

El aumento de la factura de la luz produce desolación y enfado por igual, y nos obliga a buscar soluciones dentro de los hogares que consigan disminuir, en la medida de lo posible, estos excesos que nadie quiere controlar ni a los que se quiere poner coto de una vez por todas.

Y es que, de nuevo, por enésimo año consecutivo, el precio de la luz vuelve a subir en este 2018, aproximadamente un 2,5 %, esta vez la culpa recaerá sobre los incrementos en el mercado mayorista. Solo desde el pasado diciembre del 2017, el precio de la luz se disparaba un 4,6 %, elevando la media del 2017 hasta un 10 % de incremento.

Esto ha provocado que muchos españoles se interesen por la llamada eficiencia energética, y qué fórmulas y estrategias existen para poder incorporarla en los hogares. De este modo, descubrimos que la eficiencia energética incluye el conocimiento de la energía que desperdiciamos en nuestros hogares,  conocer qué métodos, secretos o trucos existen para ahorrar en nuestro consumo diario, cómo podemos cambiar nuestros hábitos de consumo, cómo convertirnos, en definitiva, en unos usuarios más eficientes de la energía.

Con relación a los aparatos, procesos o instalaciones, sabemos que estos son más eficientes cuando su consumo es de media una cantidad inferior a la consumida habitualmente con anterioridad, antes de hacer la adaptación.

Establecer medidas de eficiencia energética en los hogares y también en las empresas no es solo una cuestión directamente relacionada con la economía, lo es también con el respeto al medio ambiente, pues la persona, el servicio o el producto es eficientemente energético cuando está comprometido con la naturaleza, por lo que busca abastecerse de energías limpias y renovables.

Existen muchas pequeñas acciones que podemos llevar a cabo dentro de los hogares para ahorrar en el consumo eléctrico, siendo más eficientes con gestos cotidianos que todos deberíamos implementar en nuestra rutina diaria, acciones tan simples como apagar las luces que no utilizamos, apagar las computadoras, wi fi y regletas que no utilizaremos por la noche, no dejar el móvil toda la noche cargando, asegurarse de que todos los electrodomésticos están en posición off cuando no se utilizan, colocar el termostato de los aires acondicionados en 24 º y, sobre todo, utilizar la iluminación LED.

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La iluminación Led, no solo el gran ahorro en el hogar

La iluminación LED debería ser el primer movimiento que todos hiciéramos en busca de la eficiencia energética, no solo porque consume la décima parte que una lámpara tradicional incandescente y puede durar hasta 500 veces más que esta iluminación, sino porque además no desprende calor y tiene multitud de posibilidades en decoración.

Por ejemplo, con un led para escaleras conseguirá una iluminación general de las escaleras, sin encandilar, adaptada al lugar con los muchos y variados diseños posibles, por lo que tendremos unas zonas comunes de nuestros bloques de pisos que seguirán una línea decorativa, sin desentonar.

A parte de estos dos beneficios, el ahorro energético y las muchas posibilidades para decorar cualquier tipo de instalación que posee, ya sea del hogar, zonas comunes o espacios de trabajo, los avances tecnológicos en este objeto han permitido perfeccionarlo continuamente hasta obtener un mayor rendimiento lumínico. De este modo, no es difícil encontrar aplicaciones en iluminaciones con Led para las calles, plazas, oficinas, fábricas, vehículos, jardines, piscinas…

Por si esto fuera poco, esta tecnología ha diseñado formas para que el LED pueda adaptarse a los viejos portalámparas y a los antiguos artefactos eléctricos donde se colocaban los tubos fluorescentes, con lo que no existen excusas válidas para no realizar esa adaptación a la nueva y más eficiente luminaria en los hogares.

Esta adaptación a los hogares no es en absoluto cara, pues puedes ir aplicándola a medida que se estropean o gastan las antiguas lámparas incandescentes e ir sustituyéndolas progresivamente, ya que existen fabricantes que han igualado los precios entre ambos tipos de lámparas.

Por otra parte, su uso en iluminación ha tenido un efecto realmente beneficioso para el medio ambiente, y no solo por el ahorro energético y por tanto su reducción en la emisión de gases. A estos elementos de iluminación los llaman ecológicos porque no utiliza mercurio ni ningún otro gas que produzca el temible efecto invernadero, ni que incremente el terrible sobrecalentamiento global.

Los leds, a su vez, son elementos seguros para los que los manipulan o para aquellos que trabajan o viven usándolos, porque trabajan con corriente continua de baja tensión, por lo que se reducen drásticamente los posibles accidentes domésticos por contacto con la corriente eléctrica, es decir, por electrocución, evitando a su vez las desagradables descargas que se producen en lámparas y apliques cuando existe algún nivel de derivación.

En definitiva y resumiendo, las ventajas del uso de la iluminación led son: el bajo consumo, la poca emisión de calor, la luz nítida y brillante que produce, la mayor duración en comparación con las lámparas tradicionales, su fácil instalación, el tremendo ahorro en la factura de suministro eléctrico, el control de la intensidad lumínica por control remoto, la dureza ante golpes y vibraciones excesivas, la baja contaminación, su capacidad lumínica en exteriores… son ecológicas y poseen un amplio espectro de formas y modelos para decoración, además de tener la posibilidad de cambiar de color en una misma lámpara led.

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