Un 40,5% de los niños y adolescentes de América Latina son pobres, lo que significa que afecta a 70,5 millones de personas menores de 18 años. De ese total, el 16,3% se encuentra en pobreza extrema, entendiendo como tal la existencia de una privación grave.
Esa es una de las mediciones de la edición de 2013 del Panorama Social de América Latina, que presenta las cifras oficiales de la Comisión Económica para América Latina, Cepal, sobre la pobreza por ingresos.
De acuerdo con el informe, el producto por habitante de América Latina y el Caribe creció un 4,5 % en 2010, un 3,2 % en 2011 y sólo un 1,9 % en 2012. Mientras que la tasa de desempleo disminuyó ligeramente de 2011 a 2012, de 6,7 % a 6,4 %. El poder adquisitivo de los salarios medios se mantuvo o se incrementó, en concordancia con los bajos niveles que presentó la inflación, cuyo promedio simple pasó del 7,1 % al 5,4 % entre 2011 y 2012.
Para el año 2012, un 28,2 % de la población de América Latina era pobre, mientras que 11,3 % era indigente o se encontraba en pobreza extrema, lo que significa que 164 millones de las personas son pobres y, de ellas, 66 millones lo son extremadamente.
Con respecto a la tasa de pobreza de 2011, que se situó en 29,6 %, las cifras representan una disminución de 1,4 puntos porcentuales, mientras que la pobreza extrema se mantuvo sin cambios apreciables, ya que el valor observado en 2012 es apenas 0,3 puntos porcentuales inferior al de 2011, que si situó en 11,6 %.
De manera general, la pobreza en promedio llega a 15,7 puntos porcentuales acumulados desde el año 2002. La pobreza extrema también registra una caída apreciable, de 8,0 puntos porcentuales, aun cuando su ritmo de disminución se ha frenado en los años recientes.
De los once países que cuentan con información disponible al año 2012, seis registraron disminuciones considerables de los niveles de pobreza. México es el único país con información disponible para 2012 donde los indicadores de pobreza aumentaron pasando del 36,3 % al 37,1 % en el caso de la pobreza y del 13,3 % al 14,2 % en el caso de la pobreza extrema.