La política, el diablo…

Dice el Diccionario del Diablo, de Ambrose Bierce, que política es un ‘conflicto de intereses disfrazado de lucha de principios’, es el ‘manejo de los intereses públicos en provecho privado’. 

Bierce reproduce certeramente esa forma de pensamiento a la que no me atrevo a tildar de escuela porque es más una corriente vulgar, popular en el sentido de numerosa, una corriente, descabezada, de gente que considera que el mundo donde se toman las decisiones que gobiernan nuestras vidas está poblado de personas interesadas en su propio interés, únicamente. Esto tiene mucho jugo, este decir tiene mucho juego, también.

política-y-diablo-600x417 La política, el diablo…

Conflicto de intereses carente de creencias pero disfrazado de combate de ideas, de respetables ideas. Eso por un lado.

Por otro, la política es para los biercinos —para los que no saben que opinan lo mismo que el ¿intelectual, pensador? estadounidense que desapareció en la Revolución Mexicana hacia el año 1914— el lugar o el modo en el que unos cuantos manejan, trastean con lo que compete a todos.

¿Liberalismo en estado puro? No estoy seguro, de lo que sí estoy seguro es de que aquí hay tomate. Voy a intentar exprimirlo.

¿La política es un conflicto o es el ámbito donde se resuelven los conflictos?

Por supuesto que la política es el lugar donde confluyen los intereses contrapuestos, los problemas. Eso es indudable.

¿Hay lucha en la política? Es evidente que sí, si por tal entendemos al menos el debate o la negociación. Y de ahí para arriba.

¿Pero se lucha por unos principios, con unos principios, o se lucha por unos intereses únicamente con esos intereses?

¿Existen los principios, las ideas? Por supuesto. Están a nuestra disposición, a nuestro alrededor, muy cerca de nosotros. A veces las traemos casi de serie.

¿Disfrazamos el mero conflicto con la nobleza de las ideas, de los principios?

Sí, como siempre, todo son preguntas. Preguntas que me he limitado a formular para que tú, lector, sepas lo que no sabías que sabías. Ahora respóndelas. Yo únicamente te he liberado alguna cuestión: viviendo en una realidad donde existen las ideas, la política es el lugar donde confluyen dialécticamente los intereses contrapuestos, los problemas. Aquí tienes otra, en consonancia con la anterior: en ese espacio, en ese ámbito, lo que se produce es una negociación, un debate, una búsqueda consensuada de cuáles intereses son primordiales, cuándo lo son. Por qué y para qué lo son quedan fuera del espacio de la política, es un asunto de quienes no ejercen la política: de los politólogos.

José Luis Ibáñez Salas
Editor de material didáctico para diversos niveles educativos en Santillana Educación, historiador y escritor. Director de la revista digital de divulgación histórica Anatomía de la Historia, es autor de El franquismo, La Transición, ¿Qué eres, España?, La Historia: el relato del pasado y La música (pop) y nosotros (publicados los cinco libros por Sílex ediciones), fue socio fundador de Punto de Vista Editores y escribe habitualmente relatos (algunos de los cuales han aparecido en el blog literario Narrativa Breve, dirigido por el escritor Francisco Rodríguez Criado) y artículos para distintos medios de comunicación, como la revista colombiana Al Poniente o las españolas Nueva Tribuna, Moon Magazine y Analytiks. Tiene escrita una novela y ha comenzado a escribir otras dos.

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