A mediados de este mes, la editorial Renacimiento pondrá en las librerías esta obra de Clara Campoamor, una personalidad sobresaliente en la historia del feminismo en España, defensora del voto de la mujer, logrado tras la instauración de la segunda República. La edición corre a cargo de Luis Español Bouché.
«Clara Campoamor era, y lo fue durante todos los años del exilio y hasta fecha muy reciente, en que se la ha reivindicado un poco a hurto por su labor parlamentaria, una de esas personas que lo perdieron todo en la guerra, hasta el prestigio de los perdedores, sólo porque era una política liberal y porque su visión de las cosas no se avino a las versiones oficiales de unos y otros. El libro del que nos ocupamos no es […] un libro estrictamente literario, pero no por ello es menos sorprendente y valioso. Al contrario, la inteligencia de su autora y su escritura, sencilla e implacable, lo hace mucho más valioso que la mayoría de los que se publicaron entonces, ¡y después!, quizá porque abandonando la retórica dejaba de ser propagandístico. Se leerá, sin la menor duda, como un vertiginoso episodio nacional. […] Las ideas de Campoamor fueron netas, ponderadas y, acaso lo más prodigioso, con una meridiana lucidez, ya que las exponía en el mismo 1936. Lo que otros empezaron a admitir tantos años después, ella lo vio claro cuando solo habían transcurrido unas pocas semanas de lucha.» (Andrés Trapiello, Las armas y las letras)
Clara Campoamor (Madrid, 1888-Lausana, 1972) consiguió, frente a la opinión de su propio partido (Partido radical) y de la socialista Victoria Kent, que las Cortes Constituyentes de la Segunda República aprobaran el sufragio femenino, en contra de lo que ha dicho recientemente Albert Rivera, líder de Ciudadanos.
El Anuario Facultad de Derecho 2010, en relación al voto femenino destaca que “en un ambiente tenso”, se llegó a la votación definitiva del artículo 34 de la Constitución. Fue aprobado, nominalmente, por 161 votos a favor y 121 en contra. Votaron a favor el Partido Socialista (con la destacada excepción de Indalecio Prieto y los suyos), pequeños núcleos republicanos al servicio de la República (catalanes, federales, progresistas, galleguistas), y la derecha. En contra votaron Acción Republicana, el Partidos Radical y el Radical-Socialista. No votaron 188 Diputados, y estuvo ausente un alto porcentaje de la Cámara.
La primavera de 1936 sorprendió a Clara Campoamor en Madrid, donde asistió al triunfo del Frente Popular y, ya en verano, al estallido de la Guerra Civil. Campoamor, temiendo por su vida, tuvo que huir de la zona republicana en el otoño de 1936, y se instaló en Suiza. A finales de aquel año había redactado el cuerpo principal de su más conocido libro La revolución española vista por una republicana, que se publicó en francés en 1937. Esta obra no se limita a reflejar el ambiente vivido en Madrid durante los primeros meses de la guerra, sino que constituye un personal análisis de los orígenes del conflicto, así como de las previsibles dificultades que nacerían -según la autora- de la victoria de cualquiera de los contendientes.
Clara Campoamor vivió en Suiza, en Argentina y alguna vez en París. Tras la victoria de Franco intentó en varias ocasiones afincarse de nuevo en España, sin éxito. Su condición de masona la hacía sospechosa a los ojos del Tribunal Especial de Represión de la Masonería y el Comunismo, así que finalmente tuvo que abandonar la esperanza de volver a ver España. Murió en el exilio, en Suiza, en 1972.