LcLibros edita Los payasos, de Luis Miguel González Cruz

La Casa del Lector (Matadero Madrid), dentro del Festival de Teatro Iberdrama (Teatro en español 2013), ha sido escenario de la presentación de la nueva colección de textos teatrales de la editorial Literaturas Com Libros, elegido por reunir en sí todo tipo de disciplinas artísticas.

portada-los-payasos LcLibros edita Los payasos, de Luis Miguel González CruzLcLibros es una editorial electrónica que nace en España en 2005 con el objetivo de mantener al alcance del lector aquellas obras literarias que, agotado su recorrido impreso, atesoran calidad como para seguir estando al alcance del público. De esta manera, las ediciones electrónicas sobrepasa las fronteras políticas y no tiene límites físicos de impresión, no se agotan por mucho que se vendan.

Los payasos, de Luis Miguel González Cruz, es la primera incursión de LcLibros en el mundo de la edición de piezas teatrales, contando con el conocimiento que tiene Teatro del Astillero de la escritura dramática contemporánea.

La editorial LcLibros celebra con esto, el número 100 de su catálogo, dando así inicio al nuevo periplo editorial.

Sobre Los payasos

«La escritura de los payasos nace como un acto de amor, aunque no de respeto, a dos medios: el circo y la televisión. Y es que tanto circo como televisión siguen caminos muy cercanos al teatro, quizás grotescos, pero caminos teatrales a la postre.

El autor, Luis Miguel González Cruz, declara que la discusión entre teatro leído y representado es absolutamente estéril. Cada vez hay más gente que gusta de leer teatro, no obstante lo cual, el novedoso formato plantea nuevos retos, pero a la lectura, no al teatro leído. Por supuesto que la puesta en escena supondrá siempre en teatro la culminación del proceso, pero la imaginación lectora, el traspasar límites de los propios sentidos, es fundamental en este reto. Y hay algo más cuando se habla de teatro: Si el texto es demasiado literario, queda muerto. El teatro ha de tener acción y las palabras han de impulsar la acción para hacerla avanzar («todo lo que no haga avanzar la acción, es contrario al drama») pero el teatro es un texto y es literatura. De ahí que Los payasos, según su autor, sean a la vez un divertimento y son un texto que se puede poner fácilmente en escena. Un texto donde, además, se entrecruzan las industrias culturales que fueron muy potentes en el pasado siglo XX (teatro, pero sobre todo tv), por el deseo, el placer de trascender por parte del ser humano de traspasar límites, lo que convierte el texto de Los payasos en un viaje irónico crítico y divertido sobre la realidad de España. Y todo se desenvuelve en espacios a la vez realistas y cambiantes (plató que es restaurante, que es un barco que es…)

Insiste mucho el autor en subrayar que el teatro trabaja sobre la ilusión del ojo (lo retiniano que dijo Marcel Duchamp a propósito de la pintura), porque si bien es posible engañar al ojo, no engañará a la mente. O Peter Brook, de quien algunos dijeron «no he visto nada» al ver sus montajes. No has visto nada porque no has abierto las orejas (eliminar lo retiniano), ergo trabajar con la mente es salvar al Teatro. En este sentido sí que la edición del teatro, sea o no ebook, es todo un reto a favor de la cultura y al destape de las orejas.

La ruptura de los límites entre los géneros se revela también otro debate igualmente estéril, para lo que cita a otro contemporáneo, el alemán Roland schimmelpfennig, quien afirma que todo texto se puede llevar a escena, incluido el listín telefónico.

El libro se abre con un prólogo de Raúl Hernández Garrido, autor del siguiente título ya en ciernes de la colección. Otros escritores en perspectiva son Inmaculada Alvear y José Ramón Fernández. Siempre teatro en español.

Sobre el autor de Los payasos:

Luis Miguel González Cruz (Cáceres, 1965) es autor y director de teatro y realizador de televisión. Sus inicios los dedica a la novela con Apuntes y revelaciones acerca del espejismo (1982) y Jazmines en el desierto (1984) y al cine con cortometrajes como Crónica infantil y Viaje en bote (1985), Sin decir adiós (1986), Por la espalda (1987) y la videocreación Hostia (1988). Sin dejar el cine, pues escribe y dirige los cortometrajes Café de puchero, y Amor-love, en 1992 comienza a escribir para el teatro con Thebas Motel, ganando los premios Rojas Zorrilla de Toledo y el Certamen Nacional de Literatura Ciudad de Alcorcón. A esa obra le sigue Agonía (1995) con la que gana el Premio Calderón de la Barca. Ese mismo año funda Teatro del Astillero junto a Juan Mayorga, José Ramón Fernández y Raúl Hernández Garrido.

En 1999 recibe el premio Lope de Vega por Eterno retorno y en 2001 el premio Borne de Ciutadella de Menorca por La negra, que es traducida al francés, italiano, polaco, catalán e inglés (asimismo fue estrenada en diferentes producciones en Madrid, Pamplona, Valparaíso, Cracovia y Milán).

En 1987 ingresa en TVE como realizador de programas, donde ha desarrollado una continuada labor tanto en la realización como la dirección de programas culturales como Los Conciertos de la 2, La Mandrágora o Días de cine.

En 1999 debuta en la dirección teatral con la puesta en escena Martes, 3:00 a.m. más al sur de Carolina del Sur, de Arturo Sánchez Velasco, premio Marqués de Bradomín dirigiendo, desde entonces, doce obras.

Recibe premios de desarrollo de proyectos teatrales de la Comunidad de Madrid para escribir dos obras: Underground y Los payasos, que ahora se presenta en su edición digital.

  • Los payasos, Luis Miguel González Cruz. Edición ebook
  • Longitud 67 páginas en Adobe Digital Editions
  • ISBN 978-84-15414-79-7 (epub)
  • P.V.P. 1,99 €
Nunci de León
Doctor en Filología por la Complutense, me licencié en la Universidad de Oviedo, donde profesores como Alarcos, Clavería, Caso o Cachero me marcaron más de lo que entonces pensé. Inolvidables fueron los que antes tuve en el antiguo Instituto Femenino "Juan del Enzina" de León: siempre que cruzo la Plaza de Santo Martino me vuelven los recuerdos. Pero sobre todos ellos está Angelines Herrero, mi maestra de primaria, que se fijó en mí con devoción. Tengo buen oído para los idiomas y para la música, también para la escritura, de ahí que a veces me guíe más por el sonido que por el significado de las palabras. Mi director de tesis fue Álvaro Porto Dapena, a quien debo el sentido del orden que yo pueda tener al estructurar un texto. Escribir me cuesta y me pone en forma, en tanto que leer a los maestros me incita a afilar mi estilo. Me van los clásicos, los románticos y los barrocos. Y de la Edad Media, hasta la Inquisición.

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