La empresa Encapsulae dirigida por un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, ha desarrollado un aditivo que procura una superficie de contacto tanto en los envases de plástico como en otras cajas de ese material que impide el crecimiento de las bacterias asociadas a la listeria.
El aditivo que ya está patentado está basado en la investigación del Instituto de Cerámica y Vidrio del CSIC y la empresa Encapsulae que han demostrado una alta actividad en 24 horas tras experimentar con 100.000 unidades formadorass de colonias que una vez probadas con este se convirtieron a cero.
«Se trata de un proceso disruptivo donde hemos modificando la distancia de los enlaces químicos de un preservante alimentario empleado habitualmente en productos cárnicos. El encapsulado del aditivo modificado en el envase plástico genera una superficie de contacto que impide el crecimiento de las bacterias. El efecto se ha demostrado, entre otros microorganismos, para la Listeria monocytogenes. Así, un simple envase de plástico aumenta la seguridad alimentaria”, explica el profesor José Francisco Fernández Lozano, del Instituto de Cerámica y Vidrio del CSIC.
“La capacidad de producción actual permite suministrar aditivo para más de 50 millones de envases de alimentación. El aditivo está aprobado para su uso en envases plásticos de contacto con alimentos según las normativas EC 10/2011 y como aditivo activo según la EC450/2009”
La listeriosis es una infección grave producida por la bacteria Listeria Monocytogenes que tiene poca morbilidad (se dan pocos casos de infección) pero muy alta mortalidad, un 30%, que en el caso de grupos sensibles, como ancianos y fetos se eleva aún más hasta un 70 %. Durante el año 2017, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (European Food Safety Authority EFSA) reportó 2.480 casos de listeriosis en la Unión Europea, con 227 muertes.
En España ese mismo año hubo 284 casos confirmados y durante la crisis de este año de la carne mechada ha habido en un solo brote más de 330 casos, con 3 muertes y 7 abortos
Las listerias son bacterias muy resistentes a diversas condiciones, como la acidez y las bajas temperaturas, e incluso tiene capacidad de crecimiento a temperaturas de refrigeración entre 2°C y 4°C. Dicha resistencia hace que esté ampliamente distribuida en el medio agrario, en los suelos, plantas, forrajes, materia fecal, aguas residuales y agua.
La principal ruta de transmisión para el ser humano es el consumo de alimentos contaminados, como productos cárnicos listos para el consumo; por ejemplo, salchichas cocidas o patés, pescados ahumados, productos lácteos elaborados con leche cruda y ensaladas preparadas.