El compositor español Lorenzo Palomo (Ciudad Real, 1938) ha presentado en Madrid su ‘penúltimo’ disco titulado Arabescos, con obras sinfónicas interpretadas por la Orquesta de Castilla y León, dirigida en esta ocasión por Jesús López Cobos en la que sería la última de las grabaciones en estudio del director español más internacional, recientemente fallecido.
El disco ha sido publicado en el sello Naxos y es el séptimo de Palomo para esta casa de música.
Acompañó al compositor en la presentación, en la Quinta de Mahler, el musicólogo José Luis García del Busto, académico de Bellas Artes con quien Palomo mantiene una estrecha complicidad
El contenido de Arabescos es una buena muestra de la larga y brillante trayectoria internacional de Lorenzo Palomo, un compositor de gran repercusión internacional al que muchos no dudan en llamar «el nuevo Albéniz». Su carrera, siempre avalada por su gran éxito entre el público y el entusiasmo incondicional que suscita entre los músicos, quedó patente, como bien tendríamos ocasión de comprobar más tarde, en la interpretación en directo de la pieza titulada Humoresca (una de las que conforman el CD), a cargo de dos de ellos, ya que al principio habíamos escuchado la grabación de otra de las piezas, la titulada Arabesca.
Efectivamente, una vez finalizada la presentación, fue el turno de los dos músicos (pianista y contrabajista) que, en vivo y en directo, ofrecieron la primicia de unos fragmentos de ‘Humoresca’: Ximo Clemente Riera, al contrabajo, es el solista del álbum y un verdadero entusiasta de la obra de Palomo, mientras que el pianista Miguel Ángel Fernández Vega, se declara entusiasta absoluto de la forma de llevar el ritmo de Clemente Riera cuyos movimientos al contrabajo, según Fernández Vega, equivalen a toda una dirección de orquesta. Pero el trabajo del pianista también va mucho más allá, puesto que su música compendia, en esencia creativa, la que luego será de toda la orquesta, siendo la clave compositiva de la expansión posterior contenida en el disco.
Ximo Clemente, en excedencia de la Orquesta de Castillal y León, reside en Amsterdam, donde disfruta de un contrato con la Orquesta de esta ciudad, mientras que Fernández Vega, profesor del Conservatorio de Astorga, había venido a Madrid en viaje de ida y vuelta sólo para poder tocar con él.