Machismo y toples

Una «culturO huevolucionada y normal».

1-MACHISMO-Y-TOPLESS Machismo y toples
Mucus al pie de calle.

Machismo y topless es un binomio normal en la culturO, sin ir más lejos en un municipio de la provincia de Castellón, la Vall d´Uixó dos peñas contrataron la semana pasada a una joven exhibiéndose en topless para promocionar los toros. Acontecimiento que llaman “bous al carrer”, en castellano “toros corriendo”.

Cuando vi en la tv a la mujer en este municipio exhibiéndose con el cartel por la calle, me dio una sensación de extrañeza, de cosa a punto de ser usada, vulnerable a cualquier improperio, una presa de caza… una impotencia, un ridículo, algo fuera del lugar de la alegría y dentro del lugar del uso, un fracaso, una tristeza…

Mucus, la inteligencia natural de un moco, esta vez no conversa con Bolonio el huevo, sino que se ha ido directamente a la calle para ver si aclara con todo su pensamiento mocarra este cachondeo que se tiene el machismo con la libertad.

Básicamente el concepto de libertad sexual, que tiene “el machismo conservador de la huevolución”, está unido a su concepto de mujer, distinguiendo dos tipos:

–         1) Esposa, madre, ama de casa, abnegada de la familia, fiel, devota de su pareja o marido (que le admire y que en su vida, él esté por encima de todo), dispuesta a servirle… básicamente vendría a considerarla como una propiedad más. Por eso cuadra con la religión, con la obediencia al hombre y la “admiración” a la Virgen sea la que sea…

–         2) Y las demás, a las que pueden mirar con deseo dependiendo en parte de cómo vistan, porque se han encargado de normalizar que son las mujeres las que ponen cachondos a los hombres y no al revés, puesto que si fuese así, en su ideario pasaría a la categoría de “puta”, y si son violadas dicen tranquila y normalmente “ellas se lo buscaron”.

El asunto tiene su cachondeo pues es el machismo sexista el que decide que: si la mujer quiere ser “admirada” por el hombre ha de ser siempre joven, delgada y “bella” exponiendo su cuerpo, insinuándolo o mostrándolo abiertamente.

Una vez que las mujeres ya tienen “interiorizada” esta dinámica, las pueden requerir para su denominado cachondeo (como en el caso de la Vall d´Uixó y sus toros a la carrera) o ya directamente como meretrices, según les convenga, por eso el negocio de la prostitución tiene tanta aceptación. Y luego dirán que a las mujeres no hay quien las entienda, que son unas “guarras” o que están todas locas… y que todo el mundo es libre y puede hacer lo que quiera; “los conservadores de los huevos” deberían hacérselo mirar ¡¿eh?!

De manera que a la mujer sólo le puede gustar un hombre y desear a uno, si desea a más es una fulana, el hombre en cambio, si le gustan muchas mujeres, las desea y se atreve con muchas es normal, porque lo que le pasa es que está hecho un toro.

La cuestión es que habría que preguntarse si en la “culturO” los hombres:

1)      ¿Verían tan normal que los propios hombres exhibiesen su cuerpo y las mujeres “los miraran y admiraran” por ello en la misma forma y cantidad que lo hacen ellos con ellas?

2)     ¿Serían capaces de soportar las comparaciones?

3)     ¿Aguantarían que las mujeres dejaran de ser de su propiedad por “mandato huevolucionado” y eligieran existiendo comparaciones?

Las personas hombres y mujeres, en nuestra existencia es obvio que contamos con las tres C: Cuerpo, Corazón y Cabeza. Un cuerpo que tiene necesidades físicas y sexuales, un corazón para sentir y una cabeza para reflexionar. Negar cualquiera de estas tres C es como enterrar una parte de nuestra propia vida, privándonos del privilegio de intentar ser en plenitud.

Teniendo en cuenta que cada persona tiene sus propias características: horas de sueño, frecuencia sexual, ritmo creativo, aptitudes, inquietudes, etc pretender cortar por el mismo patrón de rol a todas las personas del mismo sexo y aceptarlo, es como inmolarse para el provecho supuestamente social.

Desde el momento que nacemos quedamos expuest@s a la familia y a las normas sociales, es obvio que la familia no la podemos elegir en principio y la sociedad lo impregna todo.

Pero a medida que crecemos, en la propia existencia encontramos la posibilidad de aprender cada día, el querer hacerlo sí depende en gran parte de nuestra voluntad: leer, reflexionar, atender a nuestros sentimientos e intuiciones, sincerarnos con ellos, reconocer nuestros errores, aprender de ellos y actuar con valentía, relacionarnos con las demás personas con respeto y reciprocidad, dando lo mejor que haya en nosotr@s, convivir, tomar decisiones, apechugar con nuestras responsabilidades, buscar nuestras aptitudes y sacarlas… para en definitiva aprender a ser coherentes con nosotr@s mism@s desarrollando nuestra personalidad.

Éste quizá pueda ser un recorrido que nos encamine hacia una felicidad personal y no impuesta por una culturO desigualitaria que trata a las personas como mercancía o como trofeo; lo cual por lo que voy viviendo tiene mucho de empeño, creatividad, esfuerzo y deseo de fraternidad, igualdad y libertad. ¿Cuánt@ están dispuest@s a seguirlo? ¿De qué depende?

Enlaces:

Toples, adaptación de topless

Marisa Babiano
Me llamo Marisa Babiano Puerto, o sea Mar de risa y aunque habitante habitual de la Babia, me gustaría mejorar y llegar a buen Puerto. Después de licenciarme en Psicología y enterarme sobre algo del comportamiento humano en general y el sexista en particular, no pude por menos que interesarme por el humor. Además de formarme en intervención con víctimas de violencia de género, he trabajado a través del humor gráfico temas de igualdad, prevención VG, conciliación y convivencia escolar, comenzando en 1999 en el Área de la Mujer en Torrejón de Ardoz. El 29 de febrero del 2000 publiqué mi primera viñeta en prensa escrita, desde entonces y hasta hoy, que lo sigo haciendo en periódicos digitales. Así he pasado por: "Sur Madrid", "Global Henares", "Diario de Alcalá" y el digital cronicadearagon.es. Con participaciones puntuales en "El Ideal" de Granada y en la revista "Ideas & Negocios". He realizado exposiciones individuales y he concurrido en exposiciones y muestras colectivas de humor gráfico tales como: Muestras de Humor Social organizadas por la Universidad de Alicante, Muestras Internacionales de las Artes del Humor organizadas por el Instituto Quevedo del Humor dependiente de la Fundación General de la Universidad de Alcalá de Henares y en el Salon International du Dessin de Presse et d´Humour en Saint-Just-Le-Martel (Francia).

3 COMENTARIOS

  1. ME ha gustado el artículo, por eso no puedo evitar avergonzarme de lo que hicieron en la Vall d’Uixó (demasiado cerca de mi casa para creérmelo), y me veo en la obligación de corregir que «bous al carrer» no significa «toros corriendo», sino que van a mostrarlos en la calle y no en la tradicional plaza de toros… otra manera de maltratarlos, todo sea dicho.

  2. Como no me interesan las corridas de toros o lo que tenga relación con ello, tampoco las puedo seguir (resido en Chile), creo que jamás veré un topless en tal circunstancia. Yo no más me los pierdo. Y como ya hace tiempo que se me pasó la edad del esplendor físico, tampoco podría acreditar y exhibirme, menos compararme.
    La realidad, no es tan absoluta como uno cree, percibe o siente, es más entreverada. ¿Qué es más disminuyente de la persona? La que se exhibe a conciencia de lo que provoca (por lo general femenina) corporalmente o la que observa (habitualmente masculinos) embobado y «hormonado», algunos cuasi-enajenados de pronto, como en trance de instinto de apareamiento puro.
    Escuché una vez al experto Dr. Benjamín Viel (salud pública) señalar que, en realidad, el principal órgano sexual es el cerebro, pero creemos y nos dejamos llevar por los genitales.
    Los comportamientos aparte de las normas culturales de la sociedad, tienen relación con la circunstancialidades y nuestras experiencias.
    Por 1976 en Canal 13 TV, Chile, «Don Francisco» (el mismo de la Teletón), personaje de TV representado por Mario Kreutzberger, organizó un concurso nacional de «Míster Chile». Los concursantes y exhibidos (al final en pequeño traje de baño) eran hombres. El público, exclusivamente femenino, mayor de edad legalmente, a teatro lleno, alentado por trucos de los productores para darles más ánimo y «hormo-normalidad».
    Era de los pocos hombres no concursantes presentes en cada oportunidad, como reportero gráfico de un diario (era joven, entonces, de cuerpo y de alma; hoy me queda lo segundo). Fueron varios capítulos. La sensación extraña (mujeres por todas partes y llenas de entusiasmo al ver la exhibición de varones) me ocurrió en el capítulo 1, después me acostumbré. En una ocasión, con otro colega necesitamos subirnos a unas tarimas y no había cómo; mujeres en masa y entusiastas, apenas escucharon nuestro dilema, nos elevaron en un dos por tres, agarrándonos de cualquier lugar asible de nuestra estructura corporal. Es la única vez que he tenido un «encuentro cercano del cuarto tipo» con un «cardumen» de manos de mujeres anónimas entrometidas y sin autorización. Mi colega quedó indignado, yo simplemente lo tomé como una anécdota de la situación y hasta hoy me río de mí mismo. (Repito, entonces yo era joven).
    El programa era grabado a mitad de semana y luego editado. Era farandulero, pero igualmente hormonal, sin duda, con los roles cambiados: hombres exhibidos, mujeres observantes y análiticas, etc.
    ¡Ah! se me olvidaba un dato pequeño… menor diríamos.
    El canal de TV para el cual se hacía y por cuya frecuencia se transmitía el «Míster Chile», es el 13, de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

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