Los comicios del pasado domingo, 5 de junio de 2016, en 14 entidades federativas de México, es decir en 13 estados y en la Ciudad de México, ya que debemos señalarlo cuantas veces sea necesario, que la Capital de la República no fue elevada a la categoría de Estado sino que se quedó como lo que era antes de la Reforma, Entidad Federativa, dejó muchas enseñanzas y dejó al descubierto a los verdaderos perdedores y, obvio, a los verdaderos ganadores.
Si partimos de la tesis o punto de vista de que en nuestro las élites del poder se han decidido por el bipartidismo al más rancio estilo de Estados Unidos, nos referimos a ese sistema y a la predisposición de copiarle todo a la potencia del norte, ganó el bipartidismo del centro y de la derecha, para llamarle de alguna manera, el formado por el Partido Revolucionario Institucional, PRI, y el Partido Acción Nacional, PAN.
En esa tesitura, la verdadera perdedora, lo que es muy lamentable, es la llamada izquierda mexicana, desgajada y pulverizada por sus mismos líderes, iluminados, soberbios y todos de un protagonismo que raya en la tontería, quienes con base a sus propios intereses la han dividido en partidos y partiditos, y para despedazarla aún más, en tribus y grupúsculos.
Imagínense unidos los partidos que se dicen de izquierda, el de la Revolución Democrática, PRD; Movimiento de Regeneración Nacional, MORENA; Partido del Trabajo, PT, y Movimiento Ciudadano, serían invencibles.
Este fenómeno de las izquierdas disgregadas no es privativo de México, se presenta en muchas partes del mundo, como es ejemplo actual la España que por los intereses mezquinos de sus líderes no fueron capaces de formar gobierno y ahora ante la inminencia de unas repetidas elecciones se corre el peligro de que nuevamente el neofranquismo siga en el poder.
En verdad no sé de qué alardean Agustín Basave Benítez y Andrés Manuel López Obrador; el primero se dice ganador, sin embargo soslaya que la poca «ganancia» que obtuvo el Sol Azteca, antes tercera fuerza política, se logró con esas alianzas antinatura de querer revolver lo que es imposible, el agua y el aceite; la experiencia nos hace saber que de las mismas, el único que se beneficia es el Partido Acción Nacional, PAN.
El segundo no pudo ganar una sola gubernatura; el fracaso de David Monreal en Zacatecas ya le pegó y fuerte a su “gallo” para la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México en el 2018, Ricardo Monreal y todavía alardea de que fue el ganador en la elección de los componentes a la Asamblea Constituyente, cuando apenas superó por unos dígitos al PRD, sin explicar que en la composición total de la cámara será la tercera fuerza, por abajo del PRI y del PRD. Además y, esto es de los más grave, la Ciudad de México ha quedado dividida por la misma izquierda.
Lo dicho: en los comicios del pasado domingo, la Izquierda Mexicana, es la verdadera y triste perdedora.