Mujeres alzadas

Teresa Gurza[1]

Nos encuentra este 8 de marzo, día en que internacionalmente conmemoramos a las valientes obreras textiles estadounidenses que fueron quemadas vivas frente a la puerta de la fábrica por demandar mejores condiciones laborales, con el incremento de casi 50 por ciento de los feminicidios en México; siete al día.

Pero también con esperanza por la inédita movilización de mujeres de 170 países, contra el acoso sexual y por la igualdad de género.

Tal como en otras muchísimas cuestiones fundamentales para el avance de la humanidad, como el divorcio, los matrimonios interraciales y la adopción de niños, han sido las actrices estadounidenses las primeras en alzar la voz.

Fueron las mujeres de Hollywood, las creadoras de #MeToo y Time’s up para denunciar los abusos sexuales del productor Harvey Weinstein, el pago desigual y el acoso; y reunir dinero para las víctimas de esta violencia.

Y como el ejemplo cunde, a veinte años del escándalo por hacerle sexo oral al presidente Clinton en el despacho oval, Monica Lewinski escribió su versión; y está recibiendo cartas solidarias que lamentan haya estado tan sola, en los momentos en que un acobardado Clinton negó haber tenido algo con ella; mentira que casi le cuesta el puesto.

Lewinski reconoce que fue sexo consentido; pero advierte que Clinton era 27 años mayor y el hombre más poderoso del planeta; y ella, una muchacha de 22, recién salida de la universidad y becaria en la Casa Blanca.

Advertencia que tiene mucho que ver, con los nuevos movimientos que denuncian los acosos sexuales por parte de poderosos; y que día a día, suman adeptas en todo el mundo.

En Francia, donde por cierto sólo el seis por ciento de las calles lleva nombre de mujer, encabezan las denuncias más de 130 trabajadoras del cine; que con un lazo blanco muestran su adhesión a Maintenant On Agit (ahora, actuamos) y #Balancetonporc (denuncia a tu cerdo), contraparte francesa, del estadounidense Time’s up.

“Hemos sufrido. Hemos aguantado. Nos han matado. Hemos gritado. Hemos delatado. Hemos denunciado. Nos hemos unido. Hemos polemizado. Ahora, actuamos”, señalan.

En España, donde los asesinatos de mujeres y los abusos sexuales contra menores han subido el 25 por ciento, periodistas de varios medios están al frente del llamado a una huelga femenina laboral, para este 8 de marzo.

“Estamos cansadas de estar sobrecargadas de trabajo y teniendo que dar en la casa y oficina todo y de prisa… El capitalismo no hubiera podido sostenerse sin la fortaleza femenina; su trabajo requiere preparación y gran responsabilidad las 24 horas del día, sin salario, vacaciones ni festivos, derecho a cobrar el paro y posibilidad de obtener una pensión de jubilación digna…”

El portal Periodistas en Español, da espacio al manifiesto LasPeriodistasParamos, que establece lo anterior; y convoca a las víctimas de machismo, “a terminar con ninguneos y brecha salarial, acoso sexual y espacios de opinión y tertulias masculinizadas”; explicando que el poder de los hombres, se refleja en los contenidos y enfoques que trasmiten una visión de la realidad parcial y sesgada; porque no tiene en cuenta las experiencias, relatos y vivencias, de las mujeres.

En Inglaterra hay casi a diario, multitudinarias manifestaciones por los mismos objetivos.

En América Latina, donde doce mujeres son asesinadas cada día, miles han salido a la calle como parte de la campaña internacional «Ni Una Menos» iniciada en Argentina, por la actriz Virginia Bimbo Godoy.

Y a la sublevación femenina se han unido las musulmanas. con  #MosqueMeToo; que denuncia el acoso sexual «que en forma de pellizcos, tocamientos y refregadas», sufren en el peregrinaje a La Meca y el ritual de siete vueltas alrededor de la Kaaba, el santuario más sagrado del Islam.

El creciente enojo de las mujeres, ha llegado hasta el Vaticano; obligando al papa Francisco a usar por primera vez en su reciente viaje al Perú, la palabra feminicidio; al pedir que se luche contra esta plaga que aflige a América.

Por todo lo anterior, sorprende que siga habiendo personas como los diputados rusos, que se oponen a quitar de la legislación de su país el contenido machista; y que como Vitali Milanov, aducen que todo proviene de “lesbianas apestosas”.

O como Marcela González Salas, secretaria de Cultura mexiquense, quien declaró que “los homenajes a Enrique Bátiz, (el director que tuvo problemas tras una acusación de acoso) deberán esperar a que se calme el feminismo nacional».

Pero aún  mayor indignación produce, que teniendo México quince de los multimillonarios de la lista de Forbes y políticos y funcionarios que disfrutan de canonjías y sueldos escandalosos, haya mujeres tarahumaras que deprimidas y desesperadas por no tener con qué alimentar a sus niños, opten por ahorcarse o arrojarse a los barrancos.

  1. Teresa Gurza es una periodista mexicana multipremiada que distribuye actualmente sus artículos de forma independiente
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