Museo del Prado: Velázquez, última década

Hasta el 9 de febrero de 2014, el Prado nos presenta una magna exposición de otoño, “Velázquez y la familia de Felipe IV”, colección de retratos procedentes de varios museos europeos, -principalmente el Kunsthistorisches de Viena- y norteamericanos, entre otros el Metropolitan de Nueva York.

Infanta María Teresa, Metropolitan Museum, Nueva York

En 1650 Velázquez llevaba más de un año en Italia, pintando para el Vaticano. Es curioso observar como, libre del rígido protocolo de la corte de Madrid, los retratos pintados en Italia muestran una mayor libertad en los registros expresivos que reflejan la personalidad e inquietudes de sus modelos.

Llamado reiteradamente por su mecenas, Felipe IV, tras su matrimonio con Mariana de Austria, regresa a España en 1651 y hasta su muerte en 1660 producirá los retratos más asombrosos de su carrera como pintor, son retratos intemporales, con algún toque de pincelada impresionista avanzándose a su tiempo, con aspectos sugeridos, no terminados. Algunas de estas obras maestras de madurez no se han visto antes en España. La mayor de ellas, “Las Meninas”, aunque no se ha movido de su espacio habitual, forma parte de esta exposición. Fue  realizada en 1654. La muestra continúa hasta 1670, con obras de su yerno y discípulo Juan Bautista Martínez del Mazo y de su otro discípulo principal, Juan Carreño de Miranda.

La muestra arranca con el retrato del Pontífice Inocencio X,  procedente del Wellington Museum de Londres, réplica del retrato homónimo de la Galería Doria Pamphili de Roma, y que se expone por primera vez en España. También pueden verse en esta primera sala los retratos de los cardenales Camillo Massimo, vestido de color azul intenso, que revela su condición de asesor papal secreto, procedente de The Bankes Collection (National Trust), el de   Camillo Astalli Pamphili, de la Hispanic Society of America, Nueva York, y el de Ferdinando Brandani, miembro de la secretaría papal, nueva identificación del hasta ahora conocido como Barbero del Papa del Museo del Prado.

Infanta Margarita, 1659, Kunsthistorisches Museum, Viena

Coincidiendo con esta segunda estancia de Velázquez en Roma, en 1649 Felipe IV se casaba con Mariana de Austria. El rey quería que pintase a la nueva reina. La exposición compara en esta segunda sección, algunos de los retratos romanos con los que realizaría en la corte a su llegada. El Felipe IV del Museo del Prado, La infanta María Teresa del Metropolitan Museum de Nueva York, futura esposa de Luis XIV de Francia, matrimonio que tendría como consecuencia a la muerte de Carlos II en 1700, la introducción de la Casa Borbón en España, la Guerra de Sucesión, la toma de Gibraltar por los ingleses aliados del candidato Habsburgo al trono español, o La reina Mariana de Austria también de la colección del Prado, revelan una vuelta al hieratismo y distancia que el pintor había empleado en sus retratos con anterioridad, antes de su expresiva época romana.

Precisamente, el período 1651 – 1660 constituye el núcleo central de la muestra, ya que está compuesto por los retratos reales pintados por Velázquez en estos últimos años de su vida, un conjunto de obra que es un capítulo aparte en su carrera, por su singularidad iconográfica y técnica y por la maestría de ese salto adelante en el tiempo, que representan. En estos años es cuando se dedica a pintar mujeres y niños: La Infanta María Teresa, El príncipe Felipe Próspero o La infanta Margarita, en azul y oro y de blanco, todos ellos pertenecientes a la colección de familia depositada en el Kunsthistorisches Museum de Viena. En esta etapa, la gama cromática incorpora la suntuosidad de los retratos reales, es más densa y variada, más sugerida, menos terminada. Entre estas obras destaca especialmente Las Meninas, pintura que no figura en el espacio expositivo de la muestra, pero que forma parte fundamental de este núcleo central,  ya que supone una formidable reivindicación del género del retrato. Su complejidad la equipara a la más erudita pintura de historia y la convierte en el mejor ejemplo del grado de sofisticación al que había llegado la corte española en un momento en el que la cultura atravesaba uno de sus momentos más creativos. Con su autorretrato incluido en esta compleja composición transdimensional, Velázquez realiza un destacado ejercicio de autoafirmación social y profesional.

La demanda de pintura a que dio lugar la llegada de la nueva reina y el nacimiento de infantes y príncipes, obligó a multiplicar el número de retratos y a poner en marcha un activo taller, cuyo reflejo se puede contemplar en la muestra en cuadros como La infanta Margarita o La reina Mariana de Austria, ambos procedentes del Museo del Louvre de París.

1_99-meninas-bis Museo del Prado: Velázquez, última década
Las Meninas, boceto de Velázquez, pintado por Martínez del Mazo. Dorset-Kingston Lacy, The Bankes Collection

 

La exposición finaliza con ejemplos del retrato cortesano posterior a Velázquez de la mano de Martínez del Mazo y Carreño. Partiendo de soluciones velazqueñas, ambos artistas renovaron la iconografía real en una dirección más abigarrada y barroca y crearon una tipología que singulariza el retrato cortesano español del momento respecto a otras tradiciones artísticas incorporando los espacios palaciegos como escenarios. Destacan Las Meninas, pintado se cree sobre un boceto del propio Velázquez, procedente de The Bankes Collection y La familia del pintor, del Kunsthistorisches Museum de Viena, sendas obras de Martínez del Mazo.

Ficha de la Exposición:

  • Museo del Prado, Edificio Jerónimos, sala C
  • Del 8 de octubre de 2013 al 9 de febrero de 2014
  • Comisario: Javier Portús, Jefe de Conservación de Pintura española (hasta 1700) del Museo del Prado.
  • Visita a la exposición con la entrada a las colecciones permanentes.
Teresa Fernandez Herrera
Algunas cosas que he aprendido a lo largo de mi vida. Soy Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, master en Psicología del Deporte por la UAM, diplomada en Empresas y Actividades Turísticas, conocedora de la Filosofía Védica. Responsable de Comunicación y Medios en Madrid de la ONG Internacional con base en India, Abrazando al Mundo. Miembro de la British Association of Freelance Writers. Certificada en Diseño de Permacultura. Trainer de Dragon Dreaming, metodología holística para el crecimiento personal, grupal y comunitario en el amor a la Tierra. Colaboradora en Periodistas-es y en las revistas Natural, Verdemente, The Ecologist para España y América Latina. Profesora de inglés avanzado.

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