En diciembre de 2019 Madrid ha estado animado por villancicos gitanos andaluces en el Auditorio Nacional, en el Teatro Flamenco (antes Alfil), en el Café Berlín y, como cada año, la Zambomba de Jerez en la Sala García Lorca de la Fundación Casa Patas, el viernes 27 de diciembre.
Hasta que el pueblo las canta
Las coplas, coplas no son;
Y cuando las canta el pueblo,
Ya nadie sabe el autor.
Gitanos: una minoría étnica históricamente marginada y maltratada por la sociedad gachó. Pero ellos, los gitanos andaluces sud occidentales, se han agarrado a una honda devoción cristiana que singularizaron en la personita de un Jesús recién nacido, tan marginado que tuvo que nacer en un pesebre.
Quizá por eso lo sintieron tan suyo y por eso aprendieron a manifestar cantando con devoción y alegría en aquellos patios de vecinos de Jerez y de toda la provincia de Cádiz, estos cantos populares que llegaron a ser la base de cancioneros cultos, sobre todo de los poetas de la Generación del 27. Músicas y letras, auténticas joyas literarias de tradición popular.
Zambomba de jerez, Arte y compás de Navidad nos regaló el pasado viernes el sentido más profundo del significado de la Navidad, que raramente se conserva hoy en día en las reuniones familiares de la Nochebuena. Ahí sí se vivió, transmitida magistralmente por el jerezano santiaguero Ezequiel Benítez, hijo del flamencólogo Alfredo Benítez, secundado por un elenco jerezano rebosante de aje, lo que distingue a los gitanos de los que no lo son, virtuosos del compás que fue gran protagonista hasta conmover al público que llenaba hasta la bandera la García Lorca.
Paco León, el joven guitarrista del Puerto de Santa María, vinculado estrechamente a Jerez por ser alumno aventajado del gran Paco Cepero; Israel López, no solo el amo de la zambomba, emoción a pleno con su cante, baile, maestro de ceremonias espontáneo para interactuar con el público; ellas, las cantaoras y bailaoras, geniales al compás, Marymar Barea, Tamara de Tañé, Sandra Rincón y Mari Ángeles Quirós.
Dicen que los villancicos populares nacidos de las reuniones familiares navideñas en los patios de vecinos han sido oscurecidos por el gran Flamenco. Gracias a Dios hay quien se empeña en que prevalezcan, y aquí no queda más remedio que nombrar al icónico guitarrista jerezano Parrilla de Jerez, quien por primera vez hizo que se editaran en disco por la Caja San Fernando. Sí o sí, mientras se celebre la Navidad se cantarán villancicos.
Ezequiel Benítez empezó la noche por alegrías, ¿podría ser de otra forma cuando se celebra el aniversario del nacimiento más importante de la historia de la cristiandad, que hoy celebran unos 2400 millones de personas? Y después, ¿qué es algo que no puede faltar en un programa de villancicos gitanos andaluces? Los campanilleros, esta vez con letras propias de Ezequiel Benítez, ortodoxia e innovación que van parejas cuando se trata de un cantaor con una impronta tan personal.
Con la soleá llegaron las letras con hondo sentido social, reivindicativas de igualdad de trato, algo que los gitanos llevan pidiendo hasta el día de hoy desde hace siglos. Mucho han mejorado las cosas, pero aún siguen siendo la etnia minoritaria más cuestionada en el mundo, aunque por fortuna sabemos que en Jerez y alrededores no.
Bulerías, bulerías a compás del grande, Bulerías del Chaqueta y hasta un antiguo bolero, María Dolores a compás de bulería. ¿Bolero por bulerías?
La segunda parte fue la auténtica zambomba jerezana, participativa, alegre y popular, emocionante, la que transmitió hasta el fondo del alma el sentimiento de la Natividad. Por Aire de bulerías una declaración de devoción a Jesús el Redentor; villancico de Jerez, más bulerías, maravilla de palmas al compás, protagonistas del momento y ¡cómo suenan, a gloria! Momento de protagonismo de la guitarra y la zambomba, una guitarra de Paco León que esta noche ha sido maestra en rasgueos prodigiosos. Villancicos populares coreados por el público gracias a Israel López.
Por fandangos, el popular Alegría, alegría, alegría; y después…
Todos los cristianos de la cristiandad
Celebran por bulerías
Cantando por Navidad.
La Virgen como gitana
A los gitanos camela…
Todo eso y más, y un fin de fiesta por fandangos donde todos se turnaron para cantar y bailar. Verdaderamente, guste o no, emocione o no, este es un espectáculo único.