¡No se deje conllevar!

La semana pasada publiqué en este medio un comentario relacionado con la casi pobreza crítica, que con contadas y honrosas excepciones, caracteriza al periodismo venezolano y quizás al de otras naciones de habla hispana, sobre todo en el denominado institucional, que no es otro que el que se emplea para difundir las actividades que desarrollan los entes gubernamentales, como presidencia de la República, gobernaciones de estado, alcaldías de municipio e institutos autónomos. Por un momento pensé que había sido muy duro en el trato, y en consecuencia, las respuestas estarían subidas de tono.

Ponderé el interés de muchos comunicadores sociales por hacer un buen uso del lenguaje que emplean; pero hice hincapié en el hecho de que hay periodistas con muchos años en el ejercicio de su profesión y que aún utilizan la misma cantidad de palabras y la misma forma de iniciar y de culminar una nota periodística, amén de que frecuentemente incurren en errores, muchos de los cuales son de elemental ortografía.

Los comentarios, por el contrario, fueron elogiosos e impregnados de agradecimiento, lo cual me estimula a continuar este trabajo de divulgación periodística, siempre convencido de que solo soy un aficionado del buen decir.

El tema de hoy, que es el mal uso del verbo conllevar, lo he abordado en muchas ocasiones, a lo largo de los más de veinte años en los que me he dedicado a escribir sobre asuntos de lenguaje, y en cada entrega he procurado mostrar ejemplos que contribuyan con la disipación de las dudas, y por ende, de las impropiedades. Me complace saber que a la luz de los aportes mostrados, muchos han sido los redactores que han adquirido soltura en el manejo del asunto.

El día jueves 20 de los corrientes [mayo 2021] oí a un reportero de un espacio noticioso en una de televisora de Colombia, decir que «la situación actual de esa nación sudamericana podría conllevar a…», lo cual me permite colegir que el vicio de usar el referido verbo de manera inadecuada, no es endémico de Venezuela, sino que se ha extendido allende las fronteras. No voy a mostrar las definiciones que registra el DLE, pues para los efectos de este artículo, son innecesarias. Solo me referiré al uso inadecuado.

Muchos son los redactores, incluidos docentes de Comunicación Social y escritores de gran prestigio, que aún no se han percatado del mal empleo de conllevar, y en tal sentido, lo usan como si fuese sinónimo de llevar, sobre todo en el contexto de conducir a un lugar, de manera real o abstracta. Es por eso que a cada rato pueden leerse u oírse expresiones como: «La escasez de combustible puede conllevar a la paralización del transporte público», «No permitamos que la terquedad nos conlleve al fracaso»; «Tarde o temprano nuestro desempeño nos conllevará a la victoria», etc. 

En los ejemplos citados, tomados de algunas publicaciones en redes sociales, el verbo conllevar está mal utilizado, pues aunque la intención es decir que tal o cual circunstancia o acción llevará, conducirá o guiará a determinado fin, ese no es el verbo adecuado. Se le atribuye un valor semántico que no tiene. 

Conllevar, verbo compuesto por la partícula con y el verbo llevar, significa «llevar con», «llevar consigo», «llevar aparejado», es decir, que algo sucede igualmente proporcional con la causa que pueda originarlo, como por ejemplo: «La escasez de gasoil (diesel) conlleva el riesgo de la pérdida de la cosecha de maíz», «El aumento del costo del pasaje urbano conlleva el peligro de una explosión social»; «La solución del conflicto conlleva grandes riesgos». 

Visto desde otro ángulo, debe entenderse que la falta del mencionado hidrocarburo lleva consigo, lleva aparejado, lleva en sí misma el riesgo de la pérdida de la cosecha de maíz. Igual criterio es aplicable a los otros dos casos, toda vez que la intención es señalar que algo lleva consigo una consecuencia. 

El origen del error de acompañar al verbo conllevar con «a», está en un cruce semántico con llevar, que sí lleva la referida preposición. Es una falta de sintaxis en la que incurren muchos redactores descuidados, pues quizás  piensan que llevar y conllevar son sinónimos. No lo son, aunque tienen una raíz común y una familiaridad muy cercana.

Una forma de evitar el mal uso de conllevar, es persuadirse de que jamás debe ir acompañado de la preposición «a», y de que no significa «llevar a», sino «llevar con». El contexto determinará cuál es el que se debe usar.

David Figueroa Díaz
David Figueroa Díaz (Araure, Venezuela, 1964) se inició en el periodismo de opinión a los 17 años de edad, y más tarde se convirtió en un estudioso del lenguaje oral y escrito. Mantuvo una publicación semanal por más de veinte años en el diario Última Hora de Acarigua-Araure, estado Portuguesa, y a partir de 2018 en El Impulso de Barquisimeto, dedicada al análisis y corrección de los errores más frecuentes en los medios de comunicación y en el habla cotidiana. Es licenciado en Comunicación Social (Cum Laude) por la Universidad Católica Cecilio Acosta (Unica) de Maracaibo; docente universitario, director de Comunicación e Información de la Alcaldía del municipio Guanarito. Es corredactor del Manual de Estilo de los Periodistas de la Dirección de Medios Públicos del Gobierno de Portuguesa; facilitador de talleres de ortografía y redacción periodística para medios impresos y digitales; miembro del Colegio Nacional de Periodistas seccional Portuguesa (CNP) y de la Asociación de Locutores y Operadores de Radio (Aloer).

1 COMENTARIO

  1. Buen día, excelente como todos los artículos. Quisiera que me aclares sobre lo siguiente:
    1.- Hay personas que dicen, «se me quedó matemáticas»
    2.- Otras, «se me quedó el teléfono»
    ¿Hay error en alguna?

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