Podemos ha hecho público su desacuerdo con la XII Cumbre de Jefes de Estado o de Gobierno del Grupo de los Veinte, más conocida como G20, que se celebra en Hamburgo (Alemania), porque, aunque se presenta como un espacio informal, «las élites económicas y políticas del mundo consideran el G20 un foro central en cuestiones financieras y económicas».
Desde la Secretaría de Europa y la Secretaría Internacional de este partido emergente español consideran que esta cumbre del G20 representa una forma de gobernar el mundo no democrática, opaca y en la que solamente tienen voz y voto las élites de los países más poderosos: «Se trata de una cumbre de las injusticias en la que están representados los que provocaron la crisis financiera que aún sufrimos y sus consecuencias desastrosas para las mayorías sociales y el medioambiente».
El G20 fue incapaz de anticipar y prevenir la crisis financiera de 2007/08 y no ha tenido voluntad política alguna para regular el sistema financiero desde entonces. Tampoco ha sabido reaccionar a las crisis ambientales, sociales y políticas de largo alcance ni a la escalada de conflictos de intereses entre los Estados que componen el grupo. Por eso, señala Podemos, «es parte del problema y contribuye a profundizar las causas de las crisis globales. El G20 es ilegítimo, no es representativo, funciona sin transparencia, es neoliberal y antidemocrático».
Además, no existen criterios de derechos humanos para la participación en el G20, sino que ésta tiene que ver exclusivamente con el poder económico y militar. Por esa razón, en esta Cumbre participarán gobernantes como Trump, Putin o Erdogan, quien acaba de encarcelar a la dirección de Amnistía Internacional en Turquía. Podemos sostiene que «la UE y el Gobierno español legitiman con su participación acrítica estos regímenes autoritarios y un foro antidemocrático que no se rige por ningún principio del derecho internacional».
Según Miguel Urbán, secretario de Europa de Podemos, “el G20 no ha mostrado ninguna voluntad para acabar con los paraísos fiscales, punta del iceberg de un sistema de corrupción supranacional que permiten el robo de fondos públicos que deberían servir para combatir las desigualdades. Corrupción, crimen organizado y paraísos fiscales viajan en el mismo tren”.
En 2009 el G20 aseguró que eliminaría gradualmente los subsidios a los combustibles fósiles, pero los gobiernos del G20 siguen gastando cuatro veces más dinero público en combustibles fósiles que en energías renovables. “El cambio climático es una amenaza real para el planeta y sus habitantes. Los Gobiernos cuyo países realizan más emisiones de dióxido de carbono tienen la obligación de realizar cambios profundos en su modelo de desarrollo. España y la UE deben aprovechar el marco del G20 para rechazar la unilateralidad de Trump, que perjudica el bien común global, y reafirmar su compromiso con la sostenibilidad incrementado sus políticas de transición energética de una manera creíble”, argumenta Pablo Bustinduy, secretario de Internacional de Podemos.
En lo referente al comercio, Bustinduy ha señalado que “nos preocupa gravemente que la UE utilice la figura de Trump como justificación para enterrar cualquier cuestionamiento del mal llamado libre comercio y sus consecuencias, como lo han hecho con la aprobación del CETA en España, un tratado comercial contra la soberanía popular y los derechos de la ciudadanía. Frente a la internacional reaccionaria de Trump y May y frente a la austeridad y el neoliberalismo que ha hundido nuestras sociedades en Europa desde la crisis, en muchos países están emergiendo fuerzas políticas y sociales que defienden un orden más mundial con justicia y derechos sociales, feminista y por la convivencia”.
Mientras tanto, “la política comercial de la UE sigue avanzando de forma antidemocrática y sin transparencia. Por ejemplo, el recién anunciado acuerdo comercial UE-Japón (JEFTA) es otro tratado opaco y antidemocrático que atenta contra los derechos de los trabajadores y trabajadoras”, opina Miguel Urbán.
El contenido neoliberal de estos tratados elimina, por ejemplo, la regulación y el control del sistema financiero, lo que genera inestabilidad financiera y nuevas burbujas que deriven en otra crisis lo que producirá más desempleo y miseria como lo vivido los últimos años: “Seguir con este sistema ineficaz y corrupto o acabar con el neoliberalismo y distribuir riquezas y democracia. Este sería el debate que debemos tener sobre esta cumbre”, concluye Miguel Urbán.
Podemos considera necesario un cambio de políticas globales y avanzar hacia unas políticas que pongan los derechos humanos y la justicia social, ambiental y de género en el centro y no los intereses económicos de las élites económicas y militares del planeta: «Esto sólo se conseguirá con una ciudadanía activa y con instituciones democráticas que puedan revertir una situación que nos conduce a la catástrofe».
Con estos argumentos, Podemos saluda a la sociedad civil organizada contra el G20 y denuncia «que el Gobierno alemán viole los derechos constitucionales mediante la represión policial, militarizando la ciudad para garantizar que los líderes mundiales decidan sobre el mundo de espaldas a la ciudadanía».