Los productores del documental más visto en la historia de México, Presunto culpable, del que se han contabilizado más de 1,8 millones de espectadores, han sido absueltos de los 19 cargos que había en su contra.
Así lo han anunciado Layda Negrete y Roberto Hernández en su cuenta de Twitter: Les tengo una buena noticia: el juzgado 18 civil del TSJDF acaba de emitir una sentencia favorable en el caso Presunto Culpable. Pero también advierten de que todavía no se han terminado los litigios contra la película, pues queda una demanda, la de la Policía Judicial.
El año pasado, en julio, Layda y Roberto denunciaron que estaban siendo acosados y hostigados desde que filmaron la película, pero que en esos momentos ya era demasiado el hostigamiento, y Casa de los Derechos de Periodistas de México se apresuró a informar de que respaldaba la protesta, y que les ofrecía todo el apoyo moral que necesitaran.
Aseguraban que “la mayoría de estas demandas contienen reclamaciones idénticas por el mismo hecho. Esta multiplicidad de procesos con una misma causa opera como una sanción en sí misma, con efectos disuasivos en nuestra labor de continuar nuestro trabajo periodístico sobre el poder judicial”.
A pesar de las causas penales que afrontaban en México, Presunto Culpable también fue transmitido por televisión en los Estados Unidos, y tras competir contra miles de programas en esa nación, se hizo acreedor a un Emmy como mejor investigación periodística del año. En España fue galardonado en el año 2010 con los premios del jurado y del público en el VII Festival Documenta Madrid, imponiéndose a otras 22, entre las que figuraba The Cove, sobre las matanzas de delfines. En aquella ocasión no pudieron asistir. Preguntados por aquel momento dicen que les hubiera encantado ir al festival de Dcoumenta Madrid a recibir el premio porque, fue la única oportunidad que han tenido de conocer la península, ya que jamás han pisado suelo español.
El documental muestra cómo cambió la vida de José Antonio (Toño) Zúñiga, un joven de 26 años, vendedor en un puesto callejero (tiangui) de Iztapalapa, cuando el lunes 14 de diciembre de 2005 le detiene una patrulla de la policía y le arresta violentamente, acusándole de homicidio. Preso por un crimen que no cometió. Toño logra contactar a dos jóvenes abogados (Layda y Roberto), quienes se hacen cargo del caso. Junto con un tercer personaje, demuestran las anomalías del proceso tras enfrentarse a un sistema judicial fallido que ha aceptado pruebas incriminatorias falsas. Al final, consiguen liberarlo.