Entre el 26 de julio y el 6 de agosto de 1982 se celebró en México la Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales (Mondiacult), convocada por la UNESCO, con la asistencia de 126 Estados miembros y con los objetivos de pasar revista a los conocimientos y experiencias en materia de políticas y usos culturales, promover la investigación sobre los problemas fundamentales de la cultura en el mundo contemporáneo, formular nuevas directrices para fomentar el desarrollo cultural en los proyectos generales de desarrollo y facilitar la cooperación cultural internacional.
La Declaración de México sobre las Políticas Culturales establecía una definición de cultura que ha tenido una gran proyección e influencia:
«…en su sentido más amplio, la cultura puede considerarse actualmente como el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o un grupo social. Ella engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales al ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias»
«…la cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden»
Con aquella Declaración se afirmaban los principios siguientes:
- Preservar y defender las identidades y los derechos culturales de todos los pueblos, criticando las hegemonías de las potencias históricas y reconociendo los derechos de los pueblos indígenas;
- El vínculo indisoluble entre cultura y desarrollo;
- Cultura y democracia, destacando la necesidad de la igualdad de oportunidades en la educación y la cultura, reivindicando la participación de las comunidades culturales y la sociedad civil y considerando que la cultura es un derecho humano;
- Patrimonio cultural, llamando a defender y preservar el patrimonio de los pueblos y el patrimonio «inmaterial»;
- Creación artística e intelectual y educación artística, defendiendo la necesidad de la libertad de pensamiento y expresión en la creación, para lo que es imprescindible establecer las condiciones que faciliten, estimulen y garanticen la creación artística e intelectual, sin discriminaciones de carácter político, ideológico, económico y social;
- Relaciones entre cultura, educación, ciencia y comunicación, afirmando que el desarrollo global de la sociedad exige políticas complementarias en estos campos, a fin de establecer un equilibrio armonioso entre el progreso técnico y la elevación intelectual y moral de la humanidad. Además de una referencia a las industrias culturales, se destaca el papel determinante de los medios de comunicación, todo lo cual tiene una gran importancia en nuestros días;
- Planificación, administración y financiación de las actividades culturales, para lo que serán necesarias instituciones y estudios académicos para la formación y a profesionalización de la gestión cultural; y
- Cooperación cultural internacional, destacando que es esencial para la actividad creadora del hombre y para el completo desarrollo de la persona y de la sociedad, la más amplia difusión de las ideas y de los conocimientos sobre la base del intercambio y encuentros culturales.
Se ponían así las bases de las políticas culturales, y cuarenta años después, del 28 al 30 de septiembre de 2022, tuvo lugar, también en México, la segunda Mondiacult, de la que hablaremos en próximas entregas.