Segunda oportunidad, de Susanne Bier

Drama en la comisaría

image121-e1441691806498 Segunda oportunidad, de Susanne BierUna segunda oportunidad (En hasard til), de la realizadora danesa Susanne Bier (ganadora del Oscar 2010 a la Mejor película de habla no inglesa por En un mundo mejor) es un dramón difícil de soportar acerca de personas a quienes algunos momentos de sus vidas se les escapan de las manos; una suerte de tragedia griega moderna con personajes que –como los clásicos- están movidos por sentimientos al límite y pasiones incontrolables.

También plantea la eterna disyuntiva del bien y el mal y la realidad de que nunca sabemos casi nada de las personas que tenemos más cerca (no digamos de las que nos caen lejos), de forma que ni los buenos son tan angelicales como parecen ni los malos tan depravados.

El reparto está compuesto por unos cuantos actores escandinavos encabezados por Nikolaj Coster-Waldau (Juego de tronos), en el papel del policía Andreas, auténtico protagonista que ve como su vida se derrumba sin que lo que se le ocurre hacer para parar la tragedia sirva para otra cosa que poner punto final a una satisfactoria existencia. Le secundan Ulrich Thomsen (El gran cuaderno), Maria Bonnevie (Lo que nadie sabía), Nikolaj Lie Kaas (Angeles y demonios) y la debutante Lykke May Anderson.

Los detectives Andreas y Simon (Ulrich Thomsen) son los mejores amigos pero tienen vidas muy diferentes: mientras Andreas lleva una existencia segura y feliz junto a su guapa mujer Ana (Marie Bonnevie) y el hijo recién nacido en una casa idílica al borde del mar, Simon está divorciado, apenas ve a su hijo, vive en un descuidado apartamento de la ciudad y pasa los ratos de ocio en el bar, emborrachándose (solución tópica y recurrente para muchos problemas en las sociedades del norte europeo donde la noche invernal dura seis meses largos, hace mucho frío y hasta tiempos relativamente recientes el alcohol estaba permitido solo en determinados sitios y horas). Todo cambia cuando la pareja de policías tiene que intervenir en una disputa conyugal entre unos drogadictos (Nikolaj Lie Kaas y Mai Andersen), también padres de un bebé al que mantienen, sucio y descuidado, en un armario empotrado. La vida de la pareja de yonquis es como el revés de la de Andreas, quien empezará a plantearse las nociones de justicia e injusticia, y acabará cometiendo actos impensables y comprobando que tampoco su realidad familiar era lo que parecía.

Para la realizadora, Una segunda oportunidad es “casi un cuento moral” que pone al descubierto el error de nuestra convicción de que algunas personas son mejores que otras “como algunas personas son más de derechas que otras”. Para el espectador, las iniciales escenas de angustia de la pareja que se estrena en el papel de padres resultan insoportables y el resto de la película una sucesión de explosiones emocionales que acaban por no funcionar como detonadores de sus cuerdas más sensibles. Es un caso de esos en que la realidad supera a la ficción; solo que en este se han dado demasiadas vueltas de tuerca y la supera excesivamente.

Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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