Los contratos de los seguros son una de las principales barreras de accesibilidad para las personas con discapacidad visual tanto por la letra pequeña como por la opacidad de los mismos.
Esto lo explica un informe llamado «El sector seguros y las personas con discapacidad y sus familias» realizado sobre el sector de los seguros y las personas con discapacidad por la Fundación ONCE con el apoyo de la Fundación MAPFRE. En este estudio destacan a las personas con discapacidad visual y sus familias, el análisis de las barreras y la identificación de las oportunidades y además, afirman que la mayor parte de las pólizas están escritas y firmadas en papel y no tienen adaptación al formato digital con lo cual son ilegibles para ellos.
Asimismo destacan que muchas compañías les deniegan servicios concretos y pólizas debido a su discapacidad, a través de cláusulas evidentes o también a partir de un porcentaje de discapacidad reconocido. De igual forma, muchos seguros no amparan discapacidades sobrevenidas y no solo eso, sino que expulsan al usuario de la compañía ante el hecho.
El estudio incide en el carácter ilegal de esta exclusión debido a que la ley «prohíbe la denegación de acceso a la contratación, el establecimiento de procedimientos de contratación diferentes de los habitualmente utilizados por el asegurador o la imposición de condiciones más onerosas, por razón de discapacidad» a menos que existan «causas justificadas, proporcionadas y razonables, que se hallen documentadas previa y objetivamente».
Por ello, solicitan a las empresas que apuesten por promover la formación entre la red comercial para que las personas con discapacidad reciban un adecuado trato y puedan ser clientes potenciales no invisibles para el colectivo del seguro. De igual forma, subrayan la importancia de ampliar los segmentos de las pólizas de seguro atendiendo a la heterogeneidad de las personas con discapacidad y reclaman soluciones ante la probabilidad de riesgo probada.