Decir Mayte Martín, es decir siempre palabras mayores. Catalana sin raíces flamencas cantaora de flamenco, mejor cantante de boleros de España, Lámpara Minera del Cante de las Minas, recopiladora y musicadora de canciones populares de García Lorca, compositora, solo ocho discos en veintitrés años, porque ella nunca quiso grabar como pretexto para ir de gira.
El último, Tempo rubato es la historia de su vida personal y profesional a través de canciones, acompañándose de su guitarra, como también con la guitarra forma parte del cuarteto de cuerdas en lo visto y oído esta noche en la Sala Roja del Canal, que no es nuevo: AlCANTARaMANUEL.
Tuve ocasión de escuchar estas canciones por sorpresa, por uno de esos afortunados caprichos del destino, el 29 de diciembre de 2017 en Málaga, en la celebración del décimo aniversario de la Fundación Manuel Alcántara en la preciosa sala María Cristina de la Fundación Unicaja. Para mí fue un asombro. Ella en ese escenario, en presencia del poeta que le había inspirado para poner música a doce de sus poemas, convirtiéndolos en canción. Y dijo Manuel Alcántara esa noche: Mis poemas suenan mucho mejor cuando los canta ella.
Este 8 de junio 2018, el ambiente y el público eran distintos. Pero ella y su cuarteto eran los mismos, acompañados esta vez por un diseño de haces de luz para iluminar protagonismos sobre un fondo oscuro. Ellos eran Alejandro Hurtado a la guitarra, Dani Cubero violín, Guillermo Prats contrabajo y el gran Chico Fargas en la percusión.
AlCANTARaMANUEL no es flamenco. Son músicas sutiles, melancólicas o bravías, y una bella elaboración de ritmos, orientadas al sur malagueño del poeta. No se equivocó José Luis Ortiz Nuevo cuando le encargó la música para doce poemas de Manuel Alcántara con destino a la Bienal Flamenca de Málaga allá por 2007. Las canciones son paisajes de la niñez del poeta, del mar, de Málaga, de Picasso, Miguel Hernández, del amor y la muerte…La voz de múltiples registros de Mayte Martín, simplemente los dota de alma.
Por eso, entre las muchas cosas que dijo Mayte a lo largo del concierto, la más singular fue: Este disco fue muy especial en un momento de mi vida muy emocional, de sonido profundo y eterno, por lo que conservará el espíritu con el que se creó al cabo de los años.
Las canciones del concierto
Ella canta, se acompaña de su guitarra y dirige a sus músicos, siempre atenta a los momentos protagonistas de cada uno y al sonido de conjunto. Empiezan con un poema de sabor muy local, Por la mar chica del puerto. Es la presentación del poeta, escritor y periodista malagueño que ya cumplió los 90 años el pasado mes de enero. Ese puerto que está justo debajo del castillo de Gibralfaro, que tanto ha cambiado en los últimos años.
Sigue con el poema – canción dedicada a Miguel Hernández, lleno de sentimiento que va desgranando la triste historia del fin del poeta, mientras éste poeta era un niño en la playa o en el parque, que no podía saber que Miguel moría de España y cárcel.
Mayte dice que encontró una joyita, un poema pequeño entre la poesía de Manuel, Le gustaban pocas cosas. A dúo su voz y el violín van diciendo íntimamente cosas muy hermosas: Le gustaban pocas cosas / el alcohol y las ventanas / el mar desde una colina /el mar dentro de la playa / el olor de los jazmines / los libros de madrugada / el sol, el pan de los pueblos / Quevedo, recordar África / las noches y los amigos / el verano y tus pestañas.
Y así van siguiendo En aquel tiempo y No sabe el mar que es domingo, bolero y poema sinfónico intimísimo, boleros de nostalgias e inconsciencias que dejan el alma marcada. Llega quizá el más esperado, La paloma de Picasso que no sé si encierra un reproche por la ausencia del pintor de su tierra. La paloma se vuelve gaviota y ahí se implica el contrabajo de Guillermo Prats que al decir de Mayte es el “gaviotero mayor del reino.”
Manuel habla de la muerte como si fuera más luminosa que oscura. Es un réquiem y se llama Al sur de los limones. Luego para crear contraste, que también en esto Mayte es muy sabia canta Niño del 40, una remembranza de la niñez de Manuel.
No sé porque Mayte se despide y despide a sus músicos con el poema – canción No pensar nunca en la muerte. La verdad, no es nada triste, vuelve a verla más luminosa que oscura. Ella, Mayte nos habla del placer de la música con sus compañeros, del artista del mar Chico Fargas, del gaviotero mayor del reino, de la guitarra sabia y el violín exquisito. Y luego, la canción.
No pensar nunca en la muerte
Y dejar irse las tardes
Mirando como atardece.
Ver toda la mar enfrente
Y no estar triste por nada
Mientras el sol se arrepiente.
Y morirme de repente
El día menos pensado
Ese en el que pienso siempre.
